Laberintos y recovecos; así son las impresionantes criptas del Templo Expiatorio de León

Comunidad

Sus inicios se remontan a la década de los años 20, mucho antes de que el recinto terminara de construirse.

Especial | Fotos: Ana Ortigoza
Ana Ortigoza
Guanajuato /

Múltiples pasillos, accesos y santos, es una parte de lo que pueden observar los visitantes en las criptas del Templo Expiatorio; un espacio subterráneo donde descansan cientos de cuerpos e incluso familias enteras, muchas de ellas de la localidad.

Hoy en día, las criptas del templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús del municipio de León, son conocidas por turistas y locales que acuden continuamente para apreciar su belleza; sin embargo, sus inicios se remontan a la década de los años 20, mucho antes de que el recinto terminara de construirse.

Fue en el año de 1920 cuando la primera piedra fue colocada, aunque hasta el año 1921 arrancó la obra con la colaboración de la población leonesa, desde la primera donación de los terrenos en la entonces calle Real, misma que era propiedad de Natalia Araujo.

Según diversas investigaciones del Archivo Histórico Municipal, las criptas fueron ideadas para apoyar, con su venta, a la edificación y aprovechar los huecos que presentaba la cimentación. Así mismo, varios autores precisan que fue hasta el año de 1924 cuando dio inicio su construcción, aunque esta se vio interrumpida por la inundación del año de 1926.

Foto: Ana Ortigoza

Posteriormente, dio inicio la Guerra Cristera, lo que dificultó que pese a estar en condiciones óptimas, comenzaran a brindar servicio a los locales; de modo que estos pudieron acceder a las mismas hasta el año de 1950. Esto en suma, indica que el espacio ha atravesado por varias etapas que lo vuelven más interesante y que enriquecen su historia.

Se trata de siete áreas con capillas en las que se expone la vida de Cristo y se puede apreciar a diversas figuras religiosas, las cuales acompañan a los visitantes durante todo el recorrido, el cual cada vez se torna más emocionante, debido a la gran cantidad de accesos con los que cuenta el espacio.

La entrada principal se ubica en la parte trasera del templo, donde los visitantes se encuentran con unas escaleras que conducen a la parte subterránea del templo Expiatorio.

Foto: Ana Ortigoza

Desde su llegada, las personas pueden entrar en contacto con bellas pinturas e imágenes de bulto, así como extractos bíblicos, como el Salmo 25,8, que dice: “Señor, como la casa en que Tú morías y el lugar donde tu gloria reposa [...] ¡Qué terrible es este lugar: no es sino la casa de Dios y la Puerta del cielo!”

En la parte frontal se encuentra una virgen, rodeada de múltiples criptas; mientras que a la derecha comienza el recorrido laberíntico e impresionante que brindan las criptas. De las 12 capillas con las que cuenta el espacio, la más importante es la llamada Ábside, misma que refleja la pasión de Cristo; seguida de la dedicada a la Virgen de los Dolores, que refleja el sufrimiento de la madre de Jesús al ser despojada de su hijo.

Según relatan los conocedores, investigadores y locales, cada capilla tiene su razón de existir, pero también cada pasillo y acceso, que, entre más avanza el recorrido, se sitúan más metros por debajo del suelo.

Foto: Ana Ortigoza

Cabe mencionar que algunos de sus pasillos están conectados de extremo a extremo, lo cual es impresionante descubrir mientras se camina por ellos. Según se sabe, si bien muchos de los mismos cuentan con la altura suficiente, otros más son angostos y más reducidos, lo que, al obligar a la mayor parte de las personas a agacharse, hace una alusión a la humildad que todos los seres humanos deben conservar a lo largo de su vida.

Por otro lado, pese a que el espacio está perfectamente iluminado, sin duda es un sitio donde muchas personas podrían sentir claustrofobia, debido a que es un enorme e imponente laberinto donde los accesos se conectan con otros más.

Así mismo, aunque no es un atractivo turístico, ha captado la atención de muchos que provienen de otros estados y países, no sólo por su belleza, sino por lo fascinante que es cambiar en él, su historia y lo que ello representa.

Incluso después de ser visitado, algunos aseguran haber escuchado ecos o voces, pero ello sólo ha quedado en historias que se transmiten de persona a persona.

Foto: Ana Ortigoza


MKHC

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