Al pasar por el fraccionamiento Real de San Felipe, en el municipio de García, pareciera que los vecinos habitan viviendas con dimensiones normales, sin embargo, ya poniendo atención a las casas, es notorio que la pintura dividen los terrenos mismos que apenas miden tres metros de ancho por 15 de fondo, a las cuales denominan: “las minicasitas”.
En un recorrido de la plataforma MILENIO-Multimedios se constató las condiciones en que las familias viven, muchas de ellas “apretadas”, pues algunas reconocieron estar de posesionarios, ya que no tienen a dónde irse y quienes eran dueños de las viviendas les dijeron que no tenían problemas en que las habitaran.
Una joven madre respondió a las siguientes preguntas:
¿Y cómo le hacen para vivir aquí?
Pues apretados, oiga, yo nada más tengo a mi niño y a mis papás, somos cuatro en total.
¿Y cómo le hacen para acomodarse?
Pues mi papá está en esa casa y yo estoy acá... Ya tenemos aquí como unos 10 años viviendo.
¿Y es cómodo vivir así?
Pues no, porque las casas están muy chiquitas, son para familias chiquitas, por ejemplo, ella y el niño sí caben, pero ya las familias grandes no caben.
Durante el recorrido también se observó que en el sector hay muchas minicasitas abandonadas, con maleza y llenas de grafiti, a lo cual los vecinos advirtieron que sí es una de las colonias más inseguras del municipio.
“Sí (hay mucha inseguridad), yo creo que es la colonia más insegura porque como las casas están solas, cualquier gente viene y se mete”, contestó otra joven madre de familia.
Otros vecinos, de plano, admitieron que estaban de “metidos (posesionarios)”, al argumentar que quienes eran dueños de las casas ya no las pudieron pagar y optaron por ahí quedarse.
“Nosotros aquí estamos nada más de metidos, los que estaban pagando ya no pagaron y valió queso, dijeron: ‘¡Ahí quédense, si se las venden aquellos, pues está mejor!’ Y aquí mucha gente es la que está metida”.
Otra pareja de esposos ya grandes, dijeron haber comprado una minicasita cuando el fraccionamiento se creó allá por 2008, misma que les costó 185 mil pesos, y afirmaron que ahorita las están vendiendo en poco más de 300 mil pesos.
“Infonavit me dio aquí, pues a mí tampoco me gustó nada, pero tengo que vivir aquí”, refirió el señor.
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