Se pudo prevenir la muerte de María Fernanda Martínez Jiménez, de 26 años, quien el pasado sábado falleció a causa de un ataque de tiburón en la playa de Melaque en Cihuatlán, Jalisco, aseguró el académico de la Universidad de Guadalajara, Luis Eugenio Rivera Cervantes.
“A unos cuantos metros de la playa había unos juegos inflables que abarcan más o menos unos 30 metros cuadrados, propician una sombra en la parte inferior, estamos hablando de una zona no profunda de máximo tres metros de profundidad, esto hace que la fauna marina llámese cangrejos, langostas, peces acudan a refugiarse en estas zonas de sombra”, dijo Luis Eugenio Rivera Cervantes, académico de UdeG.
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El también investigador del Centro Universitario de la Costa Sur en la UdeG, mencionó que la fauna marina acude a refugiarse en estas zonas de sombre creyendo que son refugios naturales y cuando llegan forzosamente van a atraer a los depredadores en este caso los tiburones.
Mencionó que hay un desconocimiento por parte de quienes colocaron y autorizaron el juego inflable en la zona, por lo que hace un llamado a las autoridades correspondientes para que se asesoren sobre los riesgos que existen.
“El llamado es a la autoridad o a los particulares que luego colocan este tipo de juegos para que antes se asesoren, para que antes pregunten a los especialistas que riesgos hay de colocare este tipo de estructuras”, comentó.
Refirió que los tiburones están en su zona de distribución natural lo que sí es un hecho inaudito es que se haya dado por primera vez en la historia un ataque de tiburón en esta bahía de Barra de Navidad y Melaque, que hasta previo este situación se consideraba una de las playas más tranquilas y seguras.
Recalcó que en los seres humanos no forma parte de la dieta de los tiburones y si realmente hubiera querido alimentarse de la persona la hubiera devorado completamente.
“Simplemente llegó y quiso probar que era eso que estaba ahí nadando y entonces por el tamaño del animal, por el tamaño del hocico del animal por la dentadura porque tienen varias hileras de dientes extremadamente filosos se dio desgraciadamente esta situación”, mencionó.
Finalmente, recordó que los seres humanos no están adaptados para estar en el mar y muchas veces se les olvida que al entrar se vuelven susceptibles a sufrir un ataque de forma involuntaria de un ser marino, tal y como sucedió con Marifer.
JMH