Festejan a San Miguel Arcángel en la cúspide del cerro en Atlixco

El sitio donde se ubica es el punto más alto de la ciudad y es visitado por miles de personas al año.

Festejan a San Miguel Arcángel en Atlixco | Agencia Enfoque
Rafael González
Puebla /

En el municipio de Atlixco, se localiza la Capilla de San Miguel Arcángel, ubicada en la cúspide del cerro del mismo nombre. Esta capilla o ermita se construyó en el siglo XVIII. Cada 29 de septiembre este edificio católico recibe a cientos de fieles que acuden con motivo de la fiesta del Arcángel.

Dicha celebración en ocasiones llega a coincidir con la festividad del Huey Atlixcáyotl, que se realiza el último domingo de septiembre, lo que hace más grande la fiesta. Pero hay que recalcar que son dos eventos totalmente diferentes.

A esta capilla, desde ocho días antes de la fecha indicada, se sube la escultura del Arcángel San Miguel, que se guarda en la iglesia de la Soledad.

Este templo es uno de los monumentos históricos más emblemáticos de este Pueblo Mágico y el conjunto es característico por la silueta que dibuja en el paisaje urbano.

El sitio donde se ubica es el punto más alto de la ciudad y es visitado por miles de personas al año, para disfrutar de la vista panorámica hacia los cuatro puntos cardinales.

Desde ahí se puede apreciar todo el valle, sus múltiples elevaciones naturales, la sierra del Tentzo y los volcanes Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Malintzi, así como el conjunto urbano asentado a su alrededor.

Es precisamente esta característica topográfica, elevación de mil 980 metros sobre el nivel del mar y a 150 metros del nivel de la ciudad, con un dominio total de las visuales, un factor para determinar, desde tiempos prehispánicos, la ubicación de un adoratorio (teocalli) en la cima del cerrito, dedicado a Quetzalcóatl.

Una de las referencias más antiguas al respecto, es la que se encuentra en la Matrícula de Huejotzingo, de 1560.

Según la historia, en tiempos de la colonización española, estos espacios con valor estratégico militar y de evangelización, fueron determinantes para la primera edificación religiosa construida en el Siglo XVI, el Convento de Santa María de Jesús y/o de la Asunción, también conocido como de San Francisco.

Ya para el siglo XVIII, la ermita de San Miguel se observa en el mapa de San Pedro Atlixco y San Baltazar, Villa de Atlixco, 1740, con forma similar a la actual. Fue construida como una ermita que dependía del Convento de Santa María de la Asunción, con uso esporádico para la celebración del día 29 de septiembre, fiesta de San Miguel Arcángel.

En diversos testimonios gráficos existe la evidencia de la clásica silueta del valle de Atlixco, con su cerrito de San Miguel coronado por la Capilla como son grabados, pinturas y fotografías del siglo XIX y XX.

A la cima del cerro se llega por varias rampas y escaleras, la última conduce a la plataforma bardeada a una altura de un metro en promedio y es donde se ubica la capilla.

Es una construcción de menores dimensiones a un templo, una nave de 14 por 9 metros, aproximadamente. Está conformada por una bóveda de cañón corrido, y la fachada compuesta de portón, ventana, nicho y espadaña, entre dos contrafuertes rematados con pináculos y una pequeña sacristía lateral.

La entrada principal orientada hacia el este y desde hacía varios años luce un color amarillo ocre en sus muros y jambas blancas en los vanos.

En su interior se conserva un retablo neoclásico al fondo y un púlpito en piedra muy primitivo.

Los sismos del 15 de junio de 1999 y el del 19 de septiembre de 2017, provocaron importantes daños en su estructura y, en el último caso, el cierre por dos años.

En torno a esta ermita existe una leyenda, misma que ha pasado de forma oral de generación en generación. En ella se cuenta acerca del Diablito que estaba posado a los pies del Arcángel Miguel. Era una escultura en madera de aproximadamente 45 centímetros, la cual estaba pintada de negro con los ojos rojos que miraban fijamente al espectador.

Cada año, por tradición, esta efigie se colocaba a los pies del Arcángel San Miguel y acabando la celebración el diablito era llevado a la sacristía del exconvento de San Francisco, en donde se dice era amarrado con una cadena a un tubo con la cara hacia la pared, tradición que tenían todos los mayordomos del lugar.

Se dice que en dicho sitio se llegaban a encontrar amarres y figuritas en la espalda del Diablito lo que supone que había gente que lo adoraba y le pedía favores, por lo que el señor cura Uribe, lo aventó a un sótano y no se volvió a ver en la capilla de San Miguel.

Se dice que la imagen del Diablito tenía más de 150 años antes de desaparecer en 1985. Al respecto hay varias versiones. Una de ellas, que está amarrado con cadenas y viendo a la pared en el ex convento de San Francisco.

Otra se la atribuyen a un conocido comerciante de la región que en un día de juerga, de relajo, sustrajo al Diablito de la Capilla de San Miguel en vísperas del festejo y la fue a vender por unos tragos a la cantina del Peñón de Atlixco. Y la más inverosímil es que el diablito se “escapó”, cansado de estar atado y anda haciendo diabluras.

AFM

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