Bajan límite de velocidad en la carretera Nacional

Monterrey-Santiago

Elementos de Tránsito y de la Policía Federal montaron un operativo frente al C5, en El Uro.

La Policía Federal marcaba el límite en 80 km/h. (RAÚL PALACIOS)
Joel Sampayo
Monterrey /

La alta cifra de muertes por accidentes de carretera obligó a las autoridades viales a tomar una medida radical: reducir de 80 a 60 kilómetros por hora la velocidad máxima entre los municipios de Santiago y Monterrey.

Acostumbrados a circular a más de 100 kilómetros por hora, muchos conductores fueron sorprendidos por un operativo donde oficiales de Tránsito de Monterrey y de la Policía Federal establecieron un retén frente al C5, en El Uro.

Los agentes utilizaron dos armas muy efectivas: la pistola de radar y el cuaderno de infracciones.

En un ejercicio realizado por MILENIO Monterrey, se circuló entre ambas localidades a 60 kilómetros por hora, con luces intermitentes y por el carril de la derecha, pero la mayoría de los vehículos llevaban velocidades muy superiores al límite establecido.

De acuerdo con el reglamento de la Policía Federal, la velocidad máxima en carretera es de 80 kilómetros por hora y 110 en autopistas.

En esta ocasión, un acuerdo entre la estación Monterrey de la Policía Federal y los departamentos de Tránsito de Santiago y Monterrey logró que se marcara un nuevo límite de velocidad, debido al elevado número de percances atribuidos a conducir demasiado rápido.

Aunque existen anuncios en los camellones centrales donde se advierte de una multa de hasta 59 mil pesos, no especifican la falta o la autoridad que sancionaría.

La infracción por exceso de velocidad, de acuerdo con la Policía Federal, es de 60 días de salario mínimo, es decir, alrededor de 5 mil 069 pesos, mientras que el reglamento homologado de Tránsito de Monterrey establece que la sanción es de mil 267 pesos con 35 centavos.

Pero de ahí le pueden surgir varias cosas más, como no portar licencia o tarjeta de circulación, no usar cinturón de seguridad y tantos etcéteras que se convierten en infracciones que, ya en montón, pueden resultar cuantiosas.

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