Constancia, paciencia y mucho amor, son la base para formar binomios caninos que entran en acción tras un desastre natural.
Este miércoles, MILENIO visitó el Centro de Adiestramiento de Búsqueda y Rescate, ubicado en el Campo Militar 1A, en la Ciudad de México.
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Entrenamiento
El entrenamiento fue en la mañana, para evitar que se asoleen y se fatiguen.
Primero apareció Bombo, un can de amplia experiencia, quien participó en las labores de rescate tras el desgajamiento del cerro del Chiquihuite.
Aunque ya sabe cómo actuar en estas situaciones, diario reafirma lo aprendido. Acompañado de su manejador, este lomito olfateó la simulación del área siniestrada.
"¿Qué hay ahí hijo? ¡Busca! ¿Qué hay ahí, qué hay papá? ¡Posible víctima, posible víctima!", exclamó su manejador.
"Depende las condiciones del área siniestrada procede con cuidado, procede a un marcaje activo, ya sea ladrar o un marcaje pasivo, que puede ser echarse y mantenerse en el lugar hasta que se acerque su manejador con cuidado", explicó el Subteniente Josué García Noriega, Comandante de la Compañía Canófila del Ejército Mexicano.
Después le tocó el turno a Dipterio, un cachorro de 8 meses de edad y apenas inició su adiestramiento y promete ser un gran can rescatista.
"Nuestros canes aprenden a base de juego premio, ya que ellos así se les otorga ese juego y aprenden más rápido", dijo el Comandante de la Compañía Canófila.
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Durante el ejercicio, este canino estuvo olfateando la zona de desastre buscando su juguete. Cuando lo encontró, ladró.
Al terminar la sesión, los perros fueron valorados por un equipo multidisciplinario, quienes lo revisan de patas a cabeza, para verificar que están en buen estado de salud.
Los binomios caninos del Ejército Mexicano entrenan alrededor de 3 horas diarias, que incluyen periodos de descanso y relajación.
HCM