Bombera por vocación y admiración

Alondra Muñoz Alcántara es parte del H. Cuerpo de Bomberos de Pachuca, con ella son cinco las mujeres que forman parte de este equipo con mayoría de hombres

Alondra Muñoz Alcántara, parte del H. Cuerpo de Bomberos de Pachuca. (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

La niñez de Alondra Muñoz Alcántara fue singular. Su papá, Luis Alejandro Muñoz Juárez, fue bombero en Cuautepec de Hinojosa y como parte de sus juegos, él le enseñó a salvar su vida en caso de un incendio en casa.

Ahora, después de 15 años de esos juegos, Alondra decidió ser parte del equipo del H. Cuerpo de Bomberos de Pachuca, en el que se siente cobijada y apoyada por sus compañeros en una actividad que, hasta hace no más de diez años en Hidalgo, no era considerada para mujeres por el ambiente que se vivía.

“Tenía como seis años cuando mi papá nos cubría los ojos a mi hermana y a mí para que, a rastras, nos aprendiéramos la casa y pudiéramos huir en caso de un incendio. Fue muy motivante para nosotras, que lo veíamos como un juego, pero para él fue salvaguardar nuestras vidas”.

“Ahora recuerdo que eso, y ver a mi papá tan orgulloso de ser bombero con su uniforme y vivir la fraternidad que había dentro de su equipo, me hizo decidir ser bombera en Pachuca, me siento orgullosa y contenta. Cumplí un año dos meses dentro del Cuerpo de Bomberos”, expresa la joven de 21 años, quien porta su uniforme con orgullo.


Hace un año –platica- cuando entró al H. Cuerpo de Bomberos de Pachuca, sus compañeros preferían mantenerse al margen de tratarla, pero con la convivencia, además del tesón inyectado en las actividades que realiza día a día, logró el respeto de sus compañeros, a quienes les fue difícil aceptar al principio a mujeres dentro del equipo, tal como lo señaló el comandante Saúl Márquez Guevara, encargado de la Estación de Bomberos de la Avenida Madero.

“Debo de admitir que hace algunos años había un machismo preponderante en las estaciones de bomberos, y en muchos lugares más, por lo que no eran bien aceptadas las mujeres. Sin embargo, se ha trabajado en esta transición y ha habido una excelente respuesta, porque las mujeres han mostrados que no sólo son dedicadas y perceptivas, son profesionales y realizan las labores que se les solicitan”.

“Hace algunos años sí hubo mujeres dentro de las estaciones de bomberos, pero por esta situación, algunas preferían salir para no tener problemas”, explica Márquez Guevara, quien indica que sólo no permite a las mujeres cargar objetos pesados, como por ejemplo un tanque de gas, con el fin de que no se lastimen, “pero de ahí en adelante, todo lo hacen”.

Alondra no usa maquillaje, “el equipo pesa entre 15 y 20 kilos, pero si se moja pesa más, así que entre eso y cargar la manguera, además del calor del mismo incendio, logra que sudes mucho y pues es mejor estar concentrada en lo que haces y no en si te lastima un ojo por el maquillaje”, y a cara lavada, asegura que es un trabajo que disfruta, que ama y en el que desea seguir preparándose para llegar a cumplir con firmeza su objetivo de ayudar a las personas que requieran de los servicios de este grupo, conformado por 69 elementos, entre los que están en la estación de la avenida Madero y del grupo del C. Doria.

Su primer incendio la puso nerviosa, “y como a todos, me dio miedo”, pero recordó que tenía que ser cuidadosa y fuerte en una situación así, ya que no podía cometer errores que pudieran afectar la tarea.

“Fue en el incendio de la parte superior de una casa, tuve que controlar el fuego, así que subí, sentí el calor del fuego y me metí, sin titubeos, porque además hay gente afuera observando. Tuve la tarea de buscar alguna persona inconsciente para poderla rescatar. Afortunadamente no había nadie en la habitación y controlé el incendio”, expresa orgullosa.

No fue el único caso en el que el calor del fuego logró aterrizarla en la realidad, “también estuve 12 horas trabajando, junto a mis compañeros, el fuego que consumió gran parte del basurero municipal de Mineral de la Reforma; se sentía un calor intenso y el olor era nauseabundo, pero así es el trabajo, y logramos controlarlo”.

Alondra asegura que “las mujeres podemos hacer todo, solo es cuestión de querer hacerlo, de soñarlo y de trabajar para ser la mejor bombera en Pachuca, porque eso me enseñó mi papá, y por lo cual admiro a él y a todos mis compañeros que somos parte de este H. Cuerpo de Bomberos”, concluyó.

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