Ante la sequía que se vive desde hace algunos años en el norte de México, y la crisis de suministro de agua potable que ésta ha provocado, las esperanzas de un futuro con agua en el Área Metropolitana de Monterrey están puestas en proyectos que garantizarían tener el líquido, pero a largo plazo.
El acueducto desde el río Pánuco o la planta desalinizadora son opciones que han sondeado tanto autoridades del gobierno estatal, como el federal, y que ahora, en época de campañas políticas, también están dentro de las promesas hechas por los aspirantes.
En su momento, el proyecto del Pánuco consistía en construir un acueducto de 372 kilómetros de longitud, que iniciara en el río Tampaón, en San Luis Potosí, y llegara a Linares, Nuevo León, en la presa Cerro Prieto.
Tras la cancelación ordenada por el ex gobernador Jaime Rodríguez Calderón, en la administración estatal actual volvió a considerarse, aunque hoy en día no hay ningún proyecto en la mesa, mientras que a nivel federal, la visión del presidente Andrés Manuel López Obrador es que dicho acueducto beneficie a toda la región noreste y no solo a un estado.
La planta desalinizadora consiste en una instalación que convierte el agua salada del mar en agua apta para el consumo humano, así como para usos industriales y de regadío.
Este proyecto también está dentro de lo que el gobernador Samuel García llamó el “Plan Maestro para Garantizar el Agua hasta el 2050”, aunque hasta ahora tampoco hay nada concreto.
El proyecto más cercano a concretarse, aunque también lleva atraso y no garantiza el suministro en el Área Metropolitana, es la presa Libertad, que se tenía pactada a inaugurarse en enero de 2024; este embalse aportará mil 600 litros de agua por segundo a la red de suministro.
mrg