“Cajuelazo”, un modelo de bazar que beneficia a la economía local

ESPECIAL

Empezaron 22 personas en sus respectivos vehículos con el objetivo de acercar sus productos a la gente. Hoy son poco más de 50 quienes se reúnen cada fin de semana para comercializar artesanías, ropa, manualidades, plantas, artículos para telefonía c

Cajuelazo nueva modalidad de venta de productos. (Jorge Sánchez)
Alejandro Evaristo
Mineral de la Reforma /

Desde hace alrededor de seis semanas un grupo de personas se reúne en el estacionamiento de Plaza Murán, allá sobre bulevar Colosio en el territorio de Mineral de la Reforma, propiedad de la empresaria Renatta Murán, quien sabe y está consciente de la difícil situación actual y se ha comprometido a participar e impulsar la reactivación económica para beneficio tanto de vendedores como compradores.

El “Cajuelazo” ha crecido paulatinamente, sin duda, y ha permitido renovar la actividad en ese sitio donde algunos comercios ya habían cerrado y otros de los todavía activos ya pensaban en retirarse, en especial una tienda de conveniencia icónica en el país y que hoy, gracias a este emprendimiento, ha decidido mantenerse porque sus ventas aumentaron, dice la empresaria y lo confirman las empleadas del lugar.

Renatta habla de la iniciativa que reunió al inicio a 22 expositores y que el pasado fin de semana logró aglutinar a más de 40, aunque no se trata solo de llegar y colocarse, hay que completar un registro y atender las condiciones para poder participar, pues se trata de todo un esquema de comercio sustentado esencialmente a través de las redes sociales y un compromiso permanente de los interesados para hacer publicaciones continuas y permanentes sobre ello.

Para ellos no representa ningún costo, no les cobran nada por el uso de suelo, pero no se permite la venta de alimentos, que fue una de las condiciones que la autoridad municipal planteó para permitir esta actividad, pues en un inicio pretendían cancelarla. Este fin de semana se cumple su sexta edición y estarán en el mismo horario en el que empezaron: a partir de las 11 de la mañana y hasta las 5 de la tarde.

“Cajuelazo”, dice Renatta, es más que una oportunidad de comercializar, es el desarrollo de un modelo económico, una incubadora de negocios, en el que los participantes aprender a crecer y a vender con la asesoría y acompañamiento de un grupo de profesionales a su cargo a cambio de un compromiso de responsabilidad y seguimiento, por supuesto, con un contrato de por medio en el que se comprometen a actuar a través de las redes sociales, particularmente Facebook.



“Si quieres que este modelo funcione, tienes que cuidarlo”.

Y lo hacen, reconoce, porque la pretensión es seguir creciendo y en el corto plazo poder albergar a por lo menos 150 participantes.

Algunas experiencias

A Nubia Ramos le pareció interesante la propuesta y siguió el proceso. Se comunicó vía telefónica y se interesó por participar, así que cumplimentó los requisitos, empezando por compartir publicidad del bazar en línea. Ella no vendía en ningún otro lado, ni tiene un espacio físico permanente, ahora planea permanecer ahí para dar a conocer sus productos, porque en un mes se ha percatado de la buena respuesta de la gente y va mejorando en cada edición.

Axel Daniel Vázquez Juárez y Rosa Hernández comercializan chapa de oro, joyería con cinco baños del preciado mineral que no provoca irritaciones y no se despinta ni se hace fea por el agua, es un producto de calidad. Vieron la publicación en redes sociales a propósito del bazar y de algunos otras personas que estaban acudiendo los fines de semana a vender y se decidió a participar. No les cobran por acudir y solo deben retribuir con publicidad las cosas que se vayan posteando sobre el centro Murán.

Ana Laura Ávila es otra de las personas que ofertan sus cosas en el “Cajuelazo”. Dice que llegaron por la inquietud de vender, porque con la pandemia ahora se dedican a la elaboración de manualidades en casa, primero como distracción y terapia y luego para apoyar a la economía familiar. “Al ver que teníamos bastantes cosas queríamos compartirlas con el público que viene a visitarnos y ojalá nos hicieran favor de comprar nuestros productos”. Laura y su familia llegaron a Hidalgo hace algunos años por el trabajo de su esposo y aun cuando las ventas han estado un poco lentas, confía en que con la próxima temporada navideña puedan vender todo lo que tienen, porque en este momento hay más preferencia por comprar cosas como ropa y zapatos y, en tanto, “con mucho cariño estamos ofreciendo nuestros productos”.

Jeanete Ángeles Barrera, quien toda su vida se ha dedicado al comercio, vende diversas cosas: ropa, zapatos, cosméticos, perfumes, cosas y accesorios para dama principalmente. El “Cajuelazo”, dice, es un proyetco nuevo, pero confía en que con un poco de perseverancia tiene que funcionar, “la gente nos está empezando a visitar y dentro de lo nuevo que es el proyecto, estamos bien”.

Sandra Céspedes Tolentino fue una de las personas que inició el proyecto. Dice que les ha ido muy bien, que las ventas avanzan y que el hecho de no pagar por el espacio les ha ayudado un poco. Ella asegura que hay personas que llegan a comprar al lugar no solo de la zona metropolitana de Pachuca sino también de municipios aledaños, como Tulancingo.

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