En su tercera edición, el Cannafest Guadalajara logró reunir a cientos de asistentes este sábado en el parque Alcalde, por donde desfilaron conferencistas, talleristas, activistas y los interesados en distintos temas; además se dispusieron algunos stands para la venta de productos orgánicos y publicaciones sobre la planta de mariguana.
“Buscamos acercar información lo más actualizada y certera sobre el cannabis, no nada más en tema recreativo también a nivel medicinal e industrial; el año pasado recibimos a 800 personas”, informó la productora del festival, Cecilia Ortiz.
En un solo día, desfilaron conferencistas, talleristas, activistas y los interesados en distintos temas. También se dispusieron algunos stands para la venta de productos orgánicos y publicaciones sobre la planta.
La diferencia en esta tercera edición es que se realizó una gira, previa al festival, por los centros universitarios de la Universidad de Guadalajara, organizada junto con la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU). La idea fue sostener foros académicos de debate sobre los mitos acerca de la planta y de los cuales se recogieron las mejores experiencias por los organizadores.
“Esta colaboración nutrió mucho al evento, porque lo que buscamos es educar, que la gente se cultive de información y qué mejor que en las universidades, con los jóvenes. También con los académicos para invitarlos a que pierdan el miedo en todos los sentidos, es una planta antigua de México y que hace unos cien años se comenzó a cuestionar y censurar”, indicó Ortiz.
El festival contó con tres escenarios en donde de forma simultánea se pudieron escuchar conferencias con profesionales experimentados en la legalización y uso de la cannabis a nivel internacional, el marco legal, a pacientes o familiares de pacientes sobre el uso medicinal, así como a los activistas, entre ellos a los que cumplen ya 20 años o más trabajando sobre este tema.
Piden romper barreras
Sí llegaron los tatuados, los novios jóvenes, los y las que traían piercing, los barbones, las jóvenes de cabello azul, los expertos extranjeros, pero, también la mujer que va al supermercado, el padre trabajador y los niños que jugaban. Contrario a lo que se espera cuando se habla de mariguana o cannabis en México, en el parque Alcalde, donde se llevó a cabo el Cannafest Guadalajara, los asistentes mostraron que en la ciudad existe una “cultura cannábica”.
Gestos de interés, sillas llenas en las conferencias, actitud educada de los asistentes ante los ponentes y en general, así como una nutrida participación e intercambio de conocimientos fue lo que llamó la atención en este festival.
Desde datos sobre cómo se dio la legalización de la cannabis en Estados Unidos hasta qué son los tricomas, métodos de cultivo y cosecha, extracción de los aceites, entre otros temas, se escucharon en cada uno de los tres escenarios.
Luis Alfredo Domínguez Hernández, estudiante de Ciencias de la Comunicación acudió por su revista Mota Comix, que incluso dice, la ha leído su mamá y le parece muy interesante.
Pamela viajó desde la Ciudad de México y se dedica a la distribución y publicidad del periódico La Dosis, publicación para informar sobre el uso, abuso y dependencia, con información creada por investigadores, antropólogos, médicos, politólogos y activistas.
La presencia de madres y padres de familia que no consumen cannabis, en este festival fue una constante. El motivo fue la salud de sus hijos. Eso los ha hecho prepararse más y conocer acerca de los beneficios de la planta.
“Vine porque tengo desde octubre del año pasado que este niño terminó su quimioterapia y proceso de medicamentos, estuvo tomando cannabis durante tres años y el aceite le ayudó mucho a quitarle sus dolores, bajarle la temperatura, abrir su apetito y a descansar”, explicó Óscar Jesús Castillo Alonso, de 37 años de edad.
“Estuve buscando y buscando, hasta me ofrecieron veneno de alacrán, infinidad de cosas carísimas, al final mi esposa y yo decidimos lo más natural”, señaló el padre de familia.
“Para mi la planta es amor porque le regresó la salud a mi bebé. Es excelente mientras haya una extracción buena o preparación, es genial”, aseguró Óscar Castillo.
Sobre el prejuicio acerca de la planta, recomendó: “Hay que romper con eso para verlo como lo que es, un medicamento”.
Luz Padilla de 32 años de edad narra cómo su hijo de 9 años, fue diagnosticado con autismo. Debido a las crisis que presentaba el niño, señala que el único remedio que le daban era internarlo en un hospital psiquiátrico. Dice que ante la desesperación comenzó a investigar alternativas médicas para tratar el autismo y así llegó a la cannabis.
“Con mucho temor, tabús y todo eso, pero afortunadamente, encontré personas que me supieron orientar. Cuando llegué con ellas, en el CUCSH, lloré. Me paré para preguntar para ver qué pensaban sobre cannabis y autismo, me solté en llanto. Desde ahí conocí personas que me han ayudado a darme el aceite ya hecho”, narró.
“Mi hijo tiene este tratamiento desde octubre de 2017. Tenía crisis agresivas por el mismo trastorno, se autolesionaba, se llegó a quebrar el cráneo porque se pegaba contra el piso, salía corriendo, cruzaba avenidas, o sea, de milagro está vivo. Hoy está súper tranquilo, las personas no creen que tiene autismo”, afirma Luz Padilla, con una sonrisa.
El niño continúa con su tratamiento médico y el alternativo al mismo tiempo.
Sobre el prejuicio que se tiene acerca de la planta, Luz recomienda romper con ello informándose de todos los beneficios que puede tener la planta con un uso responsable.
SRN