Cuenta la fe católica que hace 487 años en el cerro del Tepeyac del entonces reino de Texcoco, la Virgen de Guadalupe se apareció al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin, a quien eligió como mensajero para pedir al obispo Fray Juan de Zumárraga que le construyeran un templo en la cima de esa colina.
Casi cinco siglos después de este relato, la fe de miles de mexicanos descansa en la llamada Virgen de Guadalupe y año con año llegan desde muy temprano a su Santuario en la ciudad de León, construcción barroca erigida entre 1839 y 1875 para visitar y celebrar a su Virgen para agradecer los milagros concedidos.
“Sí le traigo sus flores y su veladora, y venimos caminando desde Villa Magna aquí mi vecina y mi esposo venimos caminando, hicimos dos horas, para agradecerle por haber curado a mi hija, no hay medicamento pero ella me la tiene conmigo, hay que venir con fe y con mucho amor a verla que ella está presente con nosotros y con todo México”, comentó Irene Meza, fiel guadalupana.
“Es mucho muy importante visitar a nuestra virgencita porque tenemos mucho que agradecerle, me concedió el milagro de mi niño, fue uno de los niños que se nos enfermó de recién nacido, tanto él como mi esposa, y sí le pedimos mucho a la Virgen de Guadalupe, de hecho también a un santito, por eso se llama Domingo. Ya tenemos 10 años viniendo tal vez más”, comentó
La tradición marca vestir de inditos a los niños y de lupitas a las niñas aunque los adultos pueden hacerlo también algunos llegan con ofrendas florales, descalzos, en familia o a solas, otros danzan pero todos rinden ofrendas distintas pero todos con el alma llena de fe en la
Virgen del Tepeyac.“Hoy nos venimos a danzarle a nuestra madre santísima de
Guadalupecomo lo hacemos cada año ya sea en este lugar o sea en otros santuarios, estamos con ella cada año, ya desde hace como unos 15 años, no venimos cada año pero sí 15 años danzando aquí", dijo.
A las afueras del
Santuariola verbena comenzó apenas rayaba la mañana la vendimia, los tamales, los buñuelos, los pambazos, enchiladas, antojitos recuerdos, rosarios, escapularios, artesanías, flores y música de banda, danzas indígenas, mojigangas y juegos mecánicos enmarcaron esta festividad.
Las misas se ofrecieron desde las 8:00 hasta las 12:00 del día y de 6:00 de la tarde hasta las 8:00 de la noche, todas igualmente concurridas como cada año por las miles de almas que permanecen fieles a la Virgen Morena de Guadalupe.