Se estima que al día, una persona adulta consume más de 300 litros de agua para poder realizar sus labores cotidianas, por lo que para el académico de la UdeG Arturo Gleason Espíndola hace falta generar conciencia en la población para fomentar la cultura de captación del agua, esto a pesar de que los últimos temporales han dejado resultados favorables en las presas de la entidad.
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“Por qué somos más y más personas derrochamos más entonces a pesar de que sean prometedores los temporales de lluvia la demanda no la controlamos no guardamos esa agua no buscamos ahorrar para que nos traigamos algo de Chapala de la presa Calderón o de los pozos”, explicó el jefe del Laboratorio de Tecnologías para la Arquitectura y Urbanismo Sustentables de la Universidad de Guadalajara.
El déficit de abastecimiento de agua, las deficiencias en la calidad de la misma y la sobreexplotación de los mantos acuíferos, contaminación de arroyos y del Río Santiago e inundaciones en gran parte de la ciudad, son otros de los problemas que afectan de manera directa al Área Metropolitana de Guadalajara.
“Ante no agarrar el toro por los cuernos dicho de manera coloquial y verlo con profundidad, el problema va a seguir creciendo porque se siguen autorizando fraccionamientos, haciendo edificios altos, lacerando los acuíferos, contaminando de una manera discriminatoria el Río Santiago, el lago de Chapala y lamentablemente no podemos esperar algo prometedor si seguimos haciendo las cosas mal", señaló.
Gleason Espíndola, reconoció que la mejor forma de aportar un granito de arena para el cuidado y la gestión del agua, debe comenzar desde casa, reutilizando el agua en diversas actividades.
“Sí es muy sencillo, desde el punto de vista lo más práctico posible es sacar las cubetas sacar las ollas ahora que empiece a llover utilizarla de manera inmediata, no aconsejo dejarla en el patio por mucho tiempo para los excusados, para trapear, yo creo que si cada ciudadano hiciera un esfuerzo puntual ayudaríamos mucho a la naturaleza al ciclo del agua", aseguró.
El académico de la UdeG, reconoció que la gestión del agua en México es muy desordenada, y que prevalece el interés económico, ante todo.
“Creo que el enemigo número uno de esta crisis del agua es la ignorancia", finalizó.
MC