Existe en La Laguna una familia que vive de manera confortable dentro de una vivienda. No tienen aire acondicionado, tampoco minisplit, ni ningún otro sistema de enfriamiento, quizás sólo lleguen a usar un ventilador. Esto en una ciudad donde se han superado los 45 grados centígrados. Más que una historia de ficción, se trata de una realidad, una vivienda en cuya construcción se utilizaron materiales ancestrales como el adobe y un buen diseño arquitectónico.
En su experiencia, Humberto Torres Orduña, arquitecto y especialista en construcciones bioclimáticas, aseguró que soluciones como el uso de adobe y un buen diseño arquitectónico que permita una buena ventilación pueden hacer la diferencia entre vivir dentro de una casa que asemeja un “horno sofocante” y un hogar construido con adobe que reduce la temperatura varios grados, sin necesidad incluso de instalar aparatos de aire lavado ni minisplits, tal y como vive con su familia dentro de la casa que él mismo diseñó y construyó, en una combinación de materiales de construcción ancestrales y modernos.
¿Por qué las casas de Infonavit no se hacen para brindar estas comodidades en una zona con un calor extremo como La Laguna?
"Las políticas de construcción y uso de materiales no están adecuadas a las exigencias del clima imperante en la región Lagunera y que por décadas, se ha venido desplazando el uso de materiales más amigables y térmicos como el adobe, por otros como block, el concreto e incluso estructuras de acero, convirtiendo las casas en verdaderos hornos sofocantes, afectando la dinámica de la convivencia familiar".
El uso del adobe como material de construcción en las viviendas, tiene sus orígenes en tiempos ancestrales, no sólo en América, sino en otras regiones del planeta.
Especialistas han destacado las propiedades de este material, al proporcionar temperaturas más confortables y frescas. Torres Orduna expuso que se tiene que cambiar la reglamentación en el uso de materiales para la construcción:
“Lamentablemente hay propuestas que irónicamente ni siquiera están sustentadas en durabilidad. En México o en regiones como Medio Oriente, hay construcciones que tienen siglos y la mayoría están hechas de adobe. Otras construcciones actuales pueden perder su capacidad de carga, el acero se puede dañar; por lo que la durabilidad es un planteamiento basado en la ignorancia o en el interés de grandes constructoras”.
El ocaso del adobe y el ladrillo
“Olvídate de la industria de los aires lavados, ahora los minisplits en La Laguna, con el cambio climático y la oferta de vivienda con malos diseños, generan otro tipo de consumo. Y ahí quien pierde es el consumidor”.
Explicó que si un trabajador decide endrogarse con el Infonavit para tener acceso a una vivienda, pero en lugar de pagar de cien a doscientos pesos de luz, al tener un minisplit, se corre el riesgo de pagar al menos el doble o el triple:
“Si te pasas del consumo mínimo, el trabajador estará atado pagando no sólo el crédito en Infonavit que puede ir hasta tres mil pesos, además de pagar un recibo igual de hasta tres mil pesos, por una casa eficiente energéticamente”.
Expuso que en La Laguna es imposible tener al menos un aparato de aire lavado, que no dan la eficiencia energética, y se tiene que llegar a un minisplit, que da confort pero un consumo mucho más elevado.
Esto hace que la gente que no tenga acceso a esta tecnología, viva en condiciones críticas, a tal grado que la falta de confort impacta hasta en el rendimiento laboral, puede causar un impacto social grande.
Si bien su intención fue construir una casa usando enteramente adobe, las exigencias reglamentarias y del mercado inhibieron su idea, teniendo que usar diversos materiales para cumplir con las normas básicas sugeridas: Piedra, ladrillo, madera, entre otros:
“A mí me ha tocado construir bóvedas de ladrillo, que tienen diferencias en especificaciones y los mismos valuadores bancarios no entienden el concepto, se batalla para explicarles ya que desconocen el método, porque se desconoce esta técnica”.
Humberto Torres señaló que la industria de las bloqueras y acereras se vería impactada con el uso de materiales más amigables y térmicos para la construcción, por lo que no quieren que el flujo económico beneficie a empresas familiares, como adoberas y ladrilleras.
Recordó que antes, el 90% de la demanda de materiales de la construcción eran ladrillos, material característico de las edificaciones del Torreón antiguo, en donde se utilizaba el ladrillo doble, que no tiene los beneficios del adobe, pero es mucho mejor que el block. Las ladrilleras son empresas familiares que están en peligro de extinción. Cada día se está privilegiando más el uso del block, lo que está incentivando otras industrias.
Una de las áreas sociales se ubica en la parte inferior. Ahí el arquitecto aprovechó la piedra de los cimientos, para crear un espacio que transporta a lo que sería una cava, iluminada solo por unos tragaluces que dan intención e iluminan este espacio subterráneo y cuya temperatura es menor a cinco grados centígrados, así que el impacto en el incremento en la temperatura exterior, es mínimo.
Torres Orduna participó directamente en el diseño y construcción de su casa, hasta en la elaboración de los adobes que utilizó en su edificación. Amante y respetuoso de la naturaleza, uno de los ejes conductores que consideró para esta construcción, fue la conservación de un nogal de más de 25 metros de alto, por lo que en lugar de tirarlo o podarlo, el diseño consideró dejarlo al centro del círculo que formó adaptando la distribución de los espacios entorno al nogal no como un elemento más, sino como el eje que dictó la construcción, lo que permite además contar con un jardín en donde la temperatura también es mucho más amigable.
¿Qué podemos hacer?
Aún y que las autoridades presumen cifras récord de generación de empleos, la realidad es que de manera histórica, también se registran los niveles salariales más bajos del país: de acuerdo a cifras anuales del mes de mayo del INEGI y el Seguro Social mostradas por el Observatorio Laguna, el 72.6% de los laguneros en la formalidad ganan como máximo 2 salarios mínimos, lo que equivale hasta 12 mil 500 al mes.
Por tanto, es difícil imaginar que un rango importante de la población pueda acceder a tener un hogar de características similares a la del arquitecto Torres Orduna.
Por tanto, ¿qué podemos hacer la mayoría de los laguneros, que contamos con alguna vivienda de interés social de nivel económico, popular o tradicional e incluso vivienda media residencial, cuya orientación y diseño distan mucho de ser hogares realmente confortables y sustentables y que con clima extremoso de La Laguna se convierten en verdaderos hornos?
Torres Orduña sugiere la conservación de la vegetación en el entorno, lo que permite la creación de microclimas que reducen la temperatura y crean ambientes naturales más armónicos.
Encalar baja la temperatura hasta cinco grados centígrados
El encalado del exterior de las casas sirve para que el sol se refleje y la radiación no impacte en la temperatura de la construcción de manera directa.
Aunque se viva en sitios poco confortables, es factible la reducción inmediata de tres y hasta cuatro grados la temperatura interior, encalando el exterior con la mezcla de cal, sal y resina. E incluso se puede encalar hasta la losa del techo, que además de disminuir la temperatura interior del hogar, sirve como impermeabilizante, si se utiliza además de cal, pegazulejo y resina.
“Hay que recordar que el sol cae directamente sobre la losa, provocando que la temperatura sea alta al interior. Por tal motivo, es positivo que se aplique la cal, pegazulejo y resina, ya que se puede generar este remedio como impermeabilizante”.
Enfatizó que si la gente quiere hacer por su propia cuenta esta aplicación deberá ser muy cuidadosa, utilizando gafas protectoras, para cuidar la vista, por el reflejo y la radiación solar, por el blanco de la mezcla de cal.
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