La elaboración de portales navideños hechos de madera ha sido una tradición que se ha mantenido al paso de los años. Si bien antes se utilizaba madera de los campos de vid en La Laguna, la extinción de esta actividad obligó a recurrir a la madera de pino; esto explica José Manuel Márquez Montoya, quien asegura que el ejemplo de su abuelo y su padre, han hecho de esta actividad una tradición generacional que permite mantener la costumbre entre los laguneros, aún y con el riesgo que implica su elaboración.
Con 40 años de edad, desde los ocho años comenzó a ayudar a su papá y a su abuelo Lorenzo Márquez a elaborar estos portales en el negocio familiar, de manera complementaria en su negocio de técnico en electrónica, oficio al que se dedica el resto del año. Desde septiembre y octubre inicia la elaboración de los portales.
Según recuerda, hace más de veinte años elaboraba de 500 a mil piezas.
“Las nuevas generaciones ya no quieren tantas cosas grandes y cada vez es menos la compra, y ahora sólo hacemos de 400 a 900 portales”, lamenta.
El taller se ubica en su domicilio. Refiere que en la actualidad mucha gente le pide que incluya escaleras o dos pisos, que son más detallados o costosos. Incluso vende los portales en kit que incluye heno y musgo, con el fin de darle un plus a su mercancía.
“Anteriormente se utilizaba mucho el tronco de la parra de la uva, porque era un cultivo tradicional en donde se utilizaba esa madera incluso desde la raíz; pero ya no se usa. Ahora utilizamos el astillón de la madera del pino que es el capote, la corteza que se desecha en los aserraderos de Durango".
Se hace la base del portal en base al tamaño y luego se corta para su elaboración en serie; antes llegaba a tardar hasta quince minutos, pero de la otra manera el tiempo se reduce.
Las ventas no son las mismas y riesgo aumentó por la madera del pino
“Las ventas no son las mismas. Antes las abuelas ponían el nacimiento en todo un cuarto, pero ahora las casas de Infonavit obligan a que se reduzca el tamaño del nacimiento que las familias colocan en sus hogares”.
Sin embargo, aunque es muy noble esta actividad, no está exenta de riesgos.
“Lo mas peligroso es usar la sierra. El darse un martillazo en la mano o dedos es normal. Lo más grave es la sierra de banco y que te cortes los dedos de las mano. La madera de pino tiene mucha escoria y a veces los pedazos llegan a golpearte en la cara o dañar el ojo. Ya usamos careta y lentes de protección”, refiere José Manuel.
Su padre falleció este 2022; sin embargo, la cultura de trabajo que inculcó a toda la familia, ha hecho que año con año, trabajen para mantener esta tradición, en la que desde hace 53 años ha permanecido en la familia y que se muestra en el Mercadito Navideño en Torreón: “Todas las familias quieren tener su nacimiento”, finalizó.
Sgg.