“Que caigan todos los responsables”, exige familia de Julio, víctima del caso Ayotzinapa

A pesar de las nuevas investigaciones y revelaciones que se han realizado dicen que no les sorprende, “ellos siempre supieron que hubo irregularidades”.

“Son siete años de incertidumbre". (Especial)
Abadiel Martínez
Tenancingo /

Han pasado siete años y la familia Mondragón no ha encontrado consuelo tras el asesinato de Julio César Mondragón Fontes, joven mexiquense víctima del caso Ayotzinapa ocurrido el 26 de septiembre de 2014. Señalan que no regresará la tranquilidad a su casa hasta que se esclarezcan los hechos, que todos los culpables directos e indirectos paguen por este hecho que califican como crimen de estado.

Lenin Mondragón, hermano de Julio, enciende un cigarro y mira al cielo como si viera directamente a su hermano a los ojos y le preguntara ¿Qué fue lo que pasó ese día? Sin embargo, no hay nada, únicamente nubes, por lo que está en él y en su familia – y de las autoridades -encontrar esas piezas que hacen falta del rompecabezas. “Son siete años de incertidumbre, siete años que pareciera que el tiempo no se detiene y corre tan rápido, y exigimos la verdad,  justicia y la no repetición”.

Un hueco en la familia

Así como lo dice Lenin, el tiempo no se ha detenido y esto se refleja en su hija, una pequeña de siete años; es decir, el día que fue asesinado Julio no tenía mucho de ser padre. La niña sigue creciendo y aún no sabe qué fue lo que pasó con su padre y la familia aún no saben cómo explicarle. “Mi pequeña sobrinita Melissa ya creció y es triste que empiece a preguntar cada que se viene un aniversario… es muy lamentable que en algún momento por sí sola sé de cuenta de cómo ocurrieron las cosas”.


Tristes, las últimas horas de Julio

No solo fueron los 43 estudiantes normalistas desaparecidos las víctimas de ese día en Guerrero, Julio iba con ellos y fue el único cuerpo que dejaron en la vía pública. El joven de 22 años en ese entonces, fue torturado y desollado.

Cuauhtémoc Mondragón, tío de Julio, recuerda a su sobrino como un joven que todos los días se esforzaba por cumplir sus sueños, ya que Julio decidió dejar su casa en Tecomatlán, Tenancingo, Estado de México, para seguir estudiando en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Isidro Burgos”, pero a pocos meses de haberse ido, ocurrió a tragedia. “Un julio lleno de esperanza, lleno de vida, sano y con muchos sueños por cumplir; era muy dedicado a lo que se proponía”.

También recuerda que compartió muchos años con Julio, pues desde muy pequeño fueron muy apegados, razón por la que no hay día que en su mente se nuble de dudas y pensar  en como fueron las últimas horas de su sobrino. “Yo me pongo a pensar todos los días ese momento tan triste, el sufrimiento que habrá pasado y claro que da coraje”.

Que detengan a todos los responsables

A pesar de las nuevas investigaciones y revelaciones que ha realizado la actual administración federal del caso desestimaron la versión de la “Verdad Histórica”, ya que para la familia no es nuevo, ellos siempre tuvieron la certeza de que hubo irregularidades desde las primeras investigaciones, asegura Cuitláhuac Mondragón, también tío de Julio. “¡Había un plan! Por eso me refiero a que había un panorama que olía ya a muerte y que se percibía, no era un evento fortuito”.

Por ello, exigen a las autoridades no solo avanzar en las diligencias y desmentir lo que ya todos sabían, sino actuar contra los culpables directos e indirectos, los autores materiales e intelectuales, así como los servidores públicos de los tres niveles de gobierno que entorpecieron el caso por omisiones. “Sabemos que todo se reduce a un personaje Tomás Zerón, pero yo pregunto ¿Tomás Zerón se mandó solo? ¿No había un jefe de él, como Murillo Karam?

MMCF

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