Hace un año la vida de Rosalía López y Yasir Sadat Macías dio un giro de 180 grados. Su hijo, Salvador, que 16 años antes había sido robado de una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en Guadalajara al nacer, regresó con su familia biológica, poco a poco, con Chavita de vuelta han construido una relación y una nueva normalidad.
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Chavita creció con la mujer que lo raptó el 14 de diciembre de 2005 en el hospital donde nació, identificada como Esther Alejandra, fue detenida en la colonia Alcalde Barranquitas, en Guadalajara, y actualmente se encuentra en prisión por el delito de robo de infante, de acuerdo con información de la Fiscalía del Estado.
El 17 de febrero de 2022, las autoridades, con apoyo de un retrato hablado sobre cómo podría lucir el joven a sus 16 años de edad y la persistencia de sus padres para encontrarlo, dieron con Chavita en un domicilio del municipio de El Salto. El parentesco entre el adolescente y los denunciantes fue confirmado con pruebas de ADN. Ahora, ya está en casa.
“Cuando llegó pues, ahora sí, llegó con miedo y mucha incertidumbre, obviamente fue un cambio radical, pero poco a poco ya se estaba acostumbrando, ya nos damos una vida más cotidiana, ya ahora sí que nos acostumbramos a estar juntos, porque, obviamente, como no vivimos toda la vida juntos, y estar ahí, aunque sea tu hijo, pues sí te tienes que ir acoplando a eso, acostumbrando, y entonces, afortunadamente, la acostumbrada fue rápido”, compartió su padre, Yasir Sadat.
Paso a paso, han ido acoplándose como familia; a decir de su padre, Chavita está más integrado, ya pasaron su primera Navidad, el primer Día de las Madres y el primer Día del Padre al lado de su hijo, que estuvo ausente por tantos años; finalmente, están todos los integrantes de la familia, aunque ha sido un camino complejo.
“Esto es un proceso que finalmente pues están nuestras vidas para bien, estamos muy contentos, muy felices, mi hijo, él le ha echado todas las ganas y la verdad por esa parte, por él no ha quedado y eso nos ha ayudado mucho a acoplarnos porque él le ha echado muchas ganas, te digo que no ha sido fácil, pero todo con voluntad se va a acomodando”, expresó su padre.
Pasaron 16 años de sufrimiento, angustia y dolor, para ellos, sin embargo la fe permaneció intacta, este es uno de los casos que se convierten en un ejemplo de esperanza, de que todo es posible y la lucha sigue hasta encontrarlos.
SRN