Diego está sentado junto a su novia afuera de la iglesia de San Francisco. Mira su teléfono celular. Le dice algo a su novia y ambos entran a la iglesia. Se vuelven a sentar ahora a la orilla de los escalones.
La iglesia de San Francisco es uno de los sitios para atrapar pokemones y hoy Diego ha venido a cazarlos. De hecho ha venido a cazar solo a uno: Rayquaza.
Es domingo por la mañana. Diego dice que el pokémon Rayquaza ya estaba anteriormente pero que lo volvieron a liberar en Pokémon Go para cazarlo.
“Aparece en gimnasios, en esculturas, está como tal en la iglesia de San Francisco, aparece un huevo, una hora para que salga, abre y ya, varios chavos lo pueden bajar”, dice.
El joven que cuenta que caza pokemones desde que salió el juego y seguido está en la iglesia de San Francisco. “Hay en todos lados, es padre porque te hace conocer chavos, te hace conocer parte de Pachuca que no conocías caminando”, dice mientras su novia escucha.
Cuenta que prácticamente tiene todos los pokemones que han salido, “solo es cuestión de seguir atrapando los que vayan saliendo nuevos, los van liberando cada que hay evento como el de la siguiente semana”.
Diego muestra su celular, en él hay una pantalla verde y huevo plateado del que saldrá el más reciente pokémon. Cuenta que ha seguido la ruta de la iglesia de la Asunción, Niños Héroes, San Francisco, en Parque David Ben Gurión y la Central de Autobuses.
Entonces el huevo plateado en la pantalla del celular de Diego comienza a moverse y aparece un dragón verde. Es Rayquaza. Diego dice que ahora hay que pelear contra él para atraparlo entre varios jugadores.
A unos metros de Diego está Víctor, quien dice que en todo el tiempo que lleva jugando pokémon en su celular ha atrapado unos 25 mil pokemones y que va en el nivel 38.
“Vine a cazar el pokémon legendario Rayquaza, desaparece a la una”, cuenta el joven con su celular en la mano. Dice que para atraparlo se combate contra con él con los diferentes pokemones que ya tiene.
“Estamos jugando en línea 16 personas, cuando lo vencemos ya lo podemos agarrar, pero hay unos a los que se les va, también es cuestión de suerte”, cuenta.
Dice que el pokémon Rayquaza no se puede transformar porque no tiene evolución como otros.
A Víctor que le encanta el juego de pokémon y que se inició en él por su cuñado y por su sobrino, “y se vuelve una adicción por tener los nuevos pokemones”.
Víctor mira su celular. Rayquaza está liberado y lo combate con otro pokémon. Ahora viene el momento importante: la captura.
Le lanza una pokebola, espera unos segundos y no lo atrapa. Le lanza una segunda pokebola y nada, Rayquaza se resiste a ser atrapado por Víctor. Es hasta la tercera que Víctor logra capturarlo. Tenía solo siete pokebolas para atraparlo.
Víctor abre la ficha del Rayquaza y dice que sus poderes de ataque son dos: cola dragón y enfado. Dice que con este pokémon Rayquaza ya tiene diez.
Antes de dejar a Víctor con su caza de pokemones en la iglesia de San Francisco dice que su avatar en pokémon es tifón125.