Decenas de capitalinos acudieron a los mercados de la Ciudad de México a curar el alma antes que resaca, que les dejó la celebración del Año Nuevo.
Hoy, pocos locatarios abrieron sus negocios para ofrecer comida, ya que debido a la pandemia y el semáforo epidemiológico en rojo solo se puede ofrecer servicio para llevar, pero también porque es poca gente la que llega a comprar.
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En el mercado de Portales, algunos locatarios se arriesgaron y a pesar de la prohibición, sirvieron en las mesas la pancita o el consomé de birria, que solía curar la resaca de este día.
“Yo creo que trae uno todo acumulado: la golpiza que nos puso el año que salió y pues las copitas el brindis y la cena... con una barbacoa; con consomé ya se lo está uno curando”, dijo Rogelio Almazán, quien celebró tener la fortuna de conservar a su familia completa.
Sin embargo, el comensal a su lado no corrió con la misma suerte, pues contó que en 2020 falleció una de sus hijas.
“Vengo a curarme el alma, por que falleció una de mis hijas... No hay nada que celebrar”, dijo.
Los locatarios de comida aseguran que la demanda de alimentos para un día como hoy, en el que se recibe el Año Nuevo, debe de ser 80 por ciento mayor; sin embargo, confían que el próximo año pinte mucho mejor.
“No tendríamos porque tener gente aquí sentada por el acercamiento que hay entre una persona y otra, pero hay que aprovechar, lo poco que hay que aprovechar. La cosa está muy dura”, dijo Concepción, dueña del negocio de Barbacoa.
FLC