Farooq Muhammad, un hombre de 34 años y originario de Pakistán, permanece detenido desde hace 45 días en una estación migratoria en la Ciudad de México, a pesar de que entró al país de forma legal y no cuenta con antecedentes penales, entonces ¿porqué no puede ser liberado?
Faiz Bibi, una mujer de 60 años y mamá de Farooq, envió un video a MILENIO desde Pakistán, en el que le implora al gobierno mexicano que libere a su hijo e indicó que debido a la situación, no ha podido dormir en semanas y está enferma.
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En 2018, Farooq llegó por primera vez a México de forma legal, en busca de un trabajo para poder enviar dinero a su esposa, hijos y madre.
Al poco tiempo consiguió empleo como cocinero y durante dos años no tuvo ningún problema; sin embargo, el inicio de la pandemia de coronavirus se vio obligado a volver con su familia. Ahí estuvo durante cinco meses hasta que se le acabó el dinero y decidió regresar a México.
El migrante originario de la Ciudad de Multan, nunca imaginó que su retorno se convertiría en una odisea que parece no tener fin, pues debido a las restricciones de viaje derivadas de la emergencia sanitaria, su viaje de regreso a México se retrasó hasta septiembre, momento en el que su permiso de trabajo había expirado.
Cuando por fin logró volar a la Ciudad de México, esperaba renovar sus documentos como la ley mexicana lo requiere, pero al llegar al Aeropuerto Internacional capitalino (AICM) el 9 de septiembre, las autoridades migratorias le negaron la entrada al país y lo detuvieron sin acceso a un abogado.
Personal del Instituto Nacional de Migración (INM) le explicó que su detención se debía a que tenía una “alerta migratoria” y que por ello sería retornado a su país de origen.
Farooq, que no habla español ni inglés, no entendió que pasaba y cuando se le invitó a abordar el avión para que fuera deportado, se negó y comenzó a forcejear.
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Ante el rechazo al retorno, Farooq fue llevado a una estación migratoria dentro del AICM, conocida como La burbuja, donde asegura se le obligó a firmar un documento sin siquiera estar consciente de lo que decía, pues nunca se le ofreció un traductor y está expuesto a un posible contagio por covid-19.
Además de que durante los primeros 20 días, Muhammad no tuvo acceso a un comedor, ni a los restaurantes del aeropuerto y los únicos alimentos que le dieron fueron frutas y sándwiches, que no podía ingerir debido a las restricciones dietéticas islámicas, ya que es musulman.
“La burbuja es un cuartito parecido a una sala de espera en la terminal 1 del aeropuerto, su capacidad es para 15 personas, tiene tres hileras de asientos de sala de espera acomodadas y algunas colchonetas al fondo; sin cobijas, sin luz natural y sin ventilación natural”, dijo a MILENIO Luis Xavier Carrancá, asesor legal de Farooq y profesor de la Universidad Latinoamericana.
En septiembre, después de pasar unos días sin escuchar a Muhammad, quien no tiene acceso a un teléfono móvil, sus familiares se comunicaron con la clínica de derecho de refugiados de la Universidad Iberoamericana, donde Carrancá es abogado y docente.
Tanto Carrancá como sus colegas, obtuvieron una orden judicial de un juez que prohíbe el regreso forzado de Muhammad a Pakistán, y finalmente lograron visitarlo en persona el 17 de septiembre.
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Los abogados también han presentado una denuncia sobre el caso de Muhammad ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo internacional de base creado por la Organización de los Estados Americanos, que exigió al gobierno mexicano aclarar el caso de Farooq, pues él cuenta con una carta de la policía de Multan, Pakistán, que especifica que el joven no tiene antecedentes penales, no es peligroso y que no ha hecho ningún daño, ni en su país ni en México.
Con la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, finalmente el 25 de octubre Farooq fue remitido de La burbuja, al Centro Migratorio en la Ciudad de México conocido como La Aguaja.
“Como consecuencia del encierro, Farooq desarrolló escoriaciones en las manos y los pies, además de que lloraba todos los días. Cómo estaba muy desesperado pedía ayuda a todas las personas para que lo dejaran salir”, relata Xavier, uno de los defensores legales del joven pakistaní.
Luis Xavier aseguró que este no es un caso aislado, ya que las alertas migratorias son el arma más común para extorsionar a los extranjeros cuando ingresan al país.
“Algo que hemos observado es que estas alertas migratorias, particularmente en el puerto, se generan y se utilizan con fines de actuación, como no hay forma de defenderse de ellas se pueden poner y quitar con facilidad”, expresó Carracó.
Farooq refirió que el día de su detención intentaron pedirle 3 mil para poderlo dejar pasar en el aeropuerto y hasta hoy, los abogados de Muhammad solo han podido reunirse con él en persona dos veces y no se han comunicado con él de ninguna otra manera.
Farooq no vive solo en México, aquí tiene un primo que vive en Puerto Vallarta, Yaqoob Muhammad, quien también imploró a las autoridades liberarlo.
“Por favor gobierno, mi primo hermano necesita ser liberado porque quiere trabajar, porque él está ahí adentro enfermo y llorando, él es bueno y entró a México derecho, problemas”, dijo.
Gabriela del Carmen Nucamendi Cervantes, directora de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades no Transmisibles, dio a conocer que a la fecha se ha diagnosticado a 574 migrantes con Sars-CoV-2, de los cuales 35 murieron.
Detalló que se han practicado mil 999 pruebas entre esta población que presentó sintomatología relacionada con el nuevo coronavirus, de los cuales mil 273 dieron negativo, es decir, 64%; 574 dieron positivo y 103 están en calidad de sospechosos.
Las entidades federativas con más casos covid en población migrante son Puebla, con 319 casos; Tabasco, con 126; Estado de México, con 36; Campeche, con 30, y San Luis Potosí, con 23.
FLC