La operación y supervisión de las líneas 1,2,3,4,5 y 6 del Metro es literalmente un juego de mesa en el que sus reguladores "echan imaginación" para suponer dónde están los trenes que diariamente transitan por la red.
Un año después del incendio de la subestación del Puesto Central de Control número uno ubicado en Delicias 67, el servicio se hace de la manera más rudimentaria y prácticamente "a ciegas".
Desde hace más de 365 días los reguladores, que se encargan de vigilar y dosificar el tránsito de los carros, toman sus fichas y sobre un amplio tablero de papel van moviendo el lento avanzar del medio de transporte.
Foto: Ariana Pérez
En un recorrido que hizo MILENIO por el corazón del Metro, el Puesto Central de Control número dos, dio cuenta de los amplios rollos de papel en los que los trabajadores "imaginan" los recorridos diarios.
—¿Por qué siguen usando fichas de dominó para su trabajo?—, se le pregunta a un regulador.
—Porque siguen sin operar los tableros de transmisión, es decir, no podemos ver en tiempo real la ubicación de los trenes. Con frecuencia nos llaman para decirnos donde están y es cuando colocas la ficha en su lugar, pero de ahí imaginas dónde está exactamente.
En enero del 2020 MILENIO dio a conocer que tras el incendio en la subestación, Buen Tono, el sistema de telemetría colapsaron los sistemas de supervisión y comunicación de las primeras líneas del metro.
Por ello, los trabajadores improvisaron un sistema para controlar el avance los trenes con gomas, lápices, reglas y demás equipo de papelería. Más tarde, avanzaron a un sistema hecho de fichas de dominó.
Debido a la caída del sistema de comunicaciones interno del Metro, Tetra, debieron usar la aplicación de WhatsApp para comunicarse, esto con el riesgo de que hay espacios en el Metro que no tienen señal.
Un año más tarde, las cosas parecen no haber cambiado mucho, incluso han empeorado por la llamada cuarta ola de covid-19 en la Ciudad de México, toda vez que operan con el mínimo personal por los contagios que se han registrado.
Foto: Israel Navarro
—¿Modernizaron o mejoraron las condiciones para hacer su trabajo en el PCC2?—
-(Sonríe)Pues solo las fichas. Ahora ya tienen el color de la línea y se les asigna un número de carro. Pasamos del diagrama de papel hecho a mano con plumones a uno que se bajó en línea con colores de cada línea, nombre de la estación, que es un poco más claro…
—Pero, ¿Es seguro operar así?—
—Es igual que antes con las fichas de dominó o las gomas, seguimos prácticamente a ciegas, imaginando por donde va avanzando el tren.—
Los trabajadores comentaron que a pesar de que en sus puestos de trabajo les han ido colocando en los últimos meses más monitores con las cámaras del circuito cerrado y un teléfono para comunicarse con los operadores de los trenes, no han podido regresar al nivel que se tenía antes del siniestro del 9 de enero de 2020.
“Nosotros suponemos, que están ahí (señala el mapa), pero no tenemos la visualización. Te dicen que están en una interestación, pero no sabes dónde, hay unas que miden kilómetro y medio, pero en qué punto no sabes. No es nada preciso, pero te imaginas, poner la ficha y supones que está ahí”, detalló un regulador.
Comentaron incluso que las líneas 1, 2 y 3 siguen sin operar a los flujos previos al incendio de Buen Tono, toda vez que debido al precario trabajo siguen sin correr todos los trenes.
“En las líneas 4, 5 y 6, se opera con normalidad, son relativamente pequeñas, Pero la circulación en las líneas grandes estamos a un 30 por ciento menos”, dijo.
Al igual que la crisis de personal que se vive en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) por los contagios de covid-19, en el PCC2 se vive una situación similar.
Narraron que a principios y mediados del 2021, las autoridades del Sistema de Transporte Colectivo eran constantes en la entrega de artículos de limpieza para los lugares de trabajo; sin embargo, dicen, en los últimos meses, que han coincidido con un despunte en las infecciones, han recibido menos suministros de desinfección.
“Ahorita hay nueve compañeros con covid y hemos estado doblando turnos. Hay momentos en los que no tenemos apoyos en las líneas grandes o que un supervisor controla un tablero, pero cuando se presenta un problema, lleva mucho tiempo la comunicación, es decir, le tienes que marcar a cada uno para avisarle del problema y eso para una sola persona que está controlando todo es muy complicado”, explicó.
La posición de los trabajadores del PCC2 es respaldada por el Comité Ejecutivo Nacional, que en la víspera emitió un comunicado en el que afirmó que a un año del incendio en Buen Tono, el servicio sigue siendo "prácticamente a ciegas".
El Sindicato de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (STC) aseguró que los trabajadores siguen dando servicio con equipos rudimentarios e incluso utilizando sus teléfonos celulares, "para tratar de evitar que se origine otro grave incidente en las líneas afectadas".
En el mensaje indicó que esto ha obligado a espaciar los intervalos entre los trenes y anteponer la seguridad de los usuarios a la eficacia del servicio, "poniendo a prueba su instinto con la práctica adquirida en sus años de servicio".
Foto: Ariana Pérez
El sindicato emitió un posicionamiento en el que calificó como "desastrosa" la anterior administración del Metro y agrega que fue "la más ominosa" en 52 años de existencia del Sistema de Transporte Colectivo, pues en ese periodo se suscitaron incidentes como el derrumbe de la Línea 12, donde perdieron la vida 27 personas y el alcance de trenes en Tacubaya, en los cuales estuvieron involucrados trabajadores, a quienes de inmediato se les sancionó con el máximo rigor de las leyes laborales, al separarlos de su fuente de ingresos.
"¡Qué gran diferencia con los dos sucesos más graves, en los que hasta la fecha no hay culpables!", expresó el sindicato en su posicionamiento público.
JLMR