"El barrio agradece que tenemos salud", dice peregrino de San Judas Tadeo en noche por dos iglesias

Los peregrinos dicen que la razón de ir a celebrar a San Judas Tadeo es para darle gracias de seguir vivos "y seguir vivo en el Arenal no es cualquier cosa".

San Judas Tadeo también es conocido como el Santo Patrón de las causas difíciles. | Ariana Pérez
Editorial Milenio
Ciudad de México /

El San Judas Fest, una celebración al santo patrono de los imposibles en la que Hugo, un fiel creyente de la colonia Anáhuac, fue a la iglesia de San Hipólito para cantarle 'Las Mañanitas' y al mismo tiempo tronar 80 cohetones que piensa distribuir hasta las 06:15 horas. 

En un cuestionamiento a Hugo, se le preguntó si cada cohetón es por milagro concedido, a lo que es sólo contesto que no que es por tradición 

Y la tradición también dice que miles y miles de personas festejen a San Judas Tadeo en una iglesia que no es la de él, sino de San Hipólito, un santo de ligas menores. 

“En esa iglesia explotan a San Judas porque los padres tienen puestos de mercancía religiosa”, ha dicho, minutos antes, uno de los funcionarios de la alcaldía Gustavo A. Madero, encargado de colocar 250 vallas para contener a los fieles del único y original templo a San Judas, en avenida Politécnico Nacional.

“Aquí también vienen malandros, pero es más familiar. Nada que ver con San Hipólito. Allá hacen efectivo eso de mona, caguama y perreo, que viva, que viva San Judas Tadeo”.

'El Dani' compró la cerveza y 'El Cris' trae la mona. Les falta el perreo. Así que van a buscarlo entre el gentío que ha estado llegando a San Hipólito desde las nueve, diez de la noche. 'El Dani' y 'El Cris' encuentran salsa con un grupo de jóvenes de la Guerrero, unos que, además de grabadora, cargan con un San Judas del tamaño de un ropero.

Sobre si el tamaño del santo es la proporción de la culpa, contestó que no, que significa que es la fe de cada uno; sin embargo, Brandon señaló que la gente se burla de ellos -los fueles de San Judas- pues "dicen que nos moneamos y que le vamos al América. Yo sí le voy al América, pero no moneo", dice.

"Después te encuentras a unos compas del barrio donde creciste, la Arenal. Son compas que, desde siempre, se han dedicado al robo. ¿Qué pasó, banda?, te dice uno, el que fue tu compañero en la secundaria, cuando ya había agarrado las mañas familiares. Échate un trago, te invita otro"

La razón para darle gracias a San Judas es "porque seguimos vivos y seguir vivo en el Arenal no es cualquier cosa".

"Tenía un amigo, no en el Arenal, sino en la Peralvillo, que era muy devoto de San Judas. Se llamaba Hugo Moneda, era tira y, antes de que lo mataran en 2008, logró que la entonces procuraduría capitalina reconociera el 28 de octubre como el Día del policía judicial. Moneda mandaba a todo mundo a San Hipólito, pese a que él nunca la pisaba".

Brandon dijo que no pisaba San Hipólito por que “puro malandro, te dijo y tú te ofendiste porque, en ese tiempo, cada 28 de mes, acompañabas a tu mamá a regalar flores por una manda que, como todas las mandas, era un compromiso, un acta testamentaria en el lecho de muerte”, escribió Monsiváis. Y uno no le falla a su principal acreedor”.

“Yo voy a la iglesia que está en avenida Politécnico. También van malandros, pero se levantan más tarde”, te decía Moneda y fue como optaste, cuando murió tu mamá, por cambiar la construcción de 1521 de San Hipólito, por una suerte de tetraedro color verde, sin nada espectacular, al norte de la ciudad, donde le cae banda de la Vallejo, de la Industrial, de la San Felipe, de Cuautepec, de Lindavista, de la Panamericana, de la Tepeyac, de San Juanico, de Tlane… y, por supuesto, de la colonia Calputitlán, donde se encuentra la iglesia.

Mario, un vecino de Calputitlán mencionó que en años anteriores había bailes y feria, pero por la pandemia de covid-19 y que al nuevo padre no le gustan esas cosas, la gente ha dejado de ir. Hasta Jorge Lozano, funcionario de la alcaldía está sorprendido. “Pensábamos que iban a venir unos tres mil fieles, pero está bien aburrido”.

En San Hipólito, en cambio, son la una y media de la mañana, pero parece que es medio día. “Las estimaciones son 90 mil personas, pero yo creo que esto se va a desbordar”, dice la oficial Minerva. “Yo presiento que puede desbordarse como se desbordó lo del triunfo del Cruz Azul: la gente quiere salir, divertirse, olvidarse de la pandemia, y San Judas es la excusa. Ojalá que no”.

Sortear o sobrevivir a la pandemia está en el top de los agradecimientos de los fieles. Y por eso, familias enteras como los Montejano, los Reyes, los Rodríguez, los Ballesteros y tantas más vienen a regalar estampitas, milagritos de latón, flores, veladoras, pan de dulce, ponche, tamales, tortas, tostadas, dulces, champurrado, galletas y todo aquellos azúcares y carbos que hacen llevadera la madrugada.

Para las 03:00 horas, como en los velorios, la gente empieza a retirarse y la basura sobre la calle se va notando. Los trabajadores de limpieza tendrán que echarle montón si quieren acabar en una hora, cuando las peregrinaciones vuelvan a llenar la esquina de Reforma con Hidalgo.

Peregrinaciones como la que han organizado vecinos de la colonia La Concha, por los rumbos de Observatorio. “Más que nada, el barrio viene a agradecer que tenemos salud”, te dice uno de ellos, el que viene gritando: “¿Quién es el mero-mero? San Judas Tadeo”.

Y San Judas hay de todos: de fibra de vidrio, de yeso, de papel, de madera, de tela, de plástico, con lentejuela, con diamantina, con canutillo y chaquira, con peluche, con collares santeros, con billetes, con oro y plata, con cubrebocas o con penachos.

Otro fiel llevó a su San Judas y mostró un tatuaje del mismo que igual fue a bendecir, junto a unos amigos que vienen tronando cohetones, lo que significa que continúa el San Judas Fest.


LG 

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