Un sismo y más desastres naturales en la Ciudad de México son impredecibles, y para evitar accidentes, en la capital del país han implementado una serie de medidas para que tanto las autoridades, rescatistas y la población en general sepan cómo actuar.
Aquellos que han decidido reclutarse para ayudar en los desastres saben que cada minuto cuenta y saber el cómo y cuándo, es fundamental para el rescate de víctimas.
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Por eso, este fin de semana, equipos de rescatistas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Marina, el Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas (ERUM), la Unidad de búsqueda canina de la UNAM y los bomberos de la Ciudad de México, participaron en un simulacro de búsqueda y rescate en una estructura colapsada.
Las cinco instituciones utilizaron un edificio que fue demolido en la colonia Roma y 18 maniquíes para simular una estructura colapsada por sismo.
Desde las 18:00 horas del sábado 10 de julio se reunieron los equipos de rescatistas para iniciar con las 36 horas de trabajo continuo en la búsqueda de las víctimas, todos los participantes tenían que acreditar con prueba que no padecían covid y fueron sanitizados e iniciaron con los trabajos de rescate.
"Este tipo de ejercicios nos permiten utilizar nuestros protocolos de operación en búsqueda y rescate en estructuras colapsadas y además tenemos el objetivo de que cinco instituciones puedan trabajar en un mismo espacio con objetivos comunes y de esta manera aprender a trabajar juntos", comentó Guido Sánchez Coello, director general de ERUM.
Entre los equipos de rescate se encontraba "Gus" un pastor belga de dos años que por primera vez realizó una práctica de rescate fuera de la Unidad Canina de la UNAM, para entrenar en una estructura más real.
Y para ser su primera vez en este tipo de escenarios, su entrenadora detalló que lo hizo "muy bien", pues el pequeño cachorro tardó cerca de un minuto en encontrar a la persona que simuló ser víctima de una estructura colapsada.
Y a pesar de esta marca record, Hannia Sanz, entrenadora de Gus, detalla que es importante que el cachorro debe de entrenar más en este tipo de escenarios, pues en un caso real, las condiciones no le serían así de fáciles, pues por el ruido, movimiento y otras cuestiones, los perros rescatistas tardan mínimo 10 minutos en encontrar a las víctimas.
"Todo depende del tiempo que tú le inviertas, del trabajo y sinergia que lleves con tu perro, pero aproximadamente son año y medio, dos años de entrenamiento. El cambio del escenario, la gente, el ruido, creo que también les manejamos mucho estrés hay que ponerlos en sintonía para que estén cómodos y hagan su trabajo de la mejor forma", especificó Hannia.
Y aunque los cuerpos de rescatistas realizan este tipo de actividades cada que pueden para estar mejor preparados para cualquier problema, piden a las autoridades y a la sociedad en general realizar su parte, pues con lo compleja y el tipo de estructuras en la Ciudad de México, sus elementos no siempre son suficientes.
"Si en 2017 fuimos poquitas unidades caninas con tantos escenarios y no nos dimos abasto, imagina un escenario similar al de 1985, estaríamos en necesidad de incluir apoyos externos. Yo creo que nuestras autoridades han hecho mucho, pero aún nos faltan mucho más en la parte voluntaria y social de voltear más a ver a nuestros equipos de bomberos y rescatistas", expresó Julio Velázquez Rodríguez, coordinador de la Unidad Canina de la UNAM.
Además piden a la población tener un plan de acción en caso de sismos.
"Hay muchos equipos, sin embargo no siempre son suficientes. La preparación empieza desde el domicilio, siempre la población debe de estar preparada con una mochila de emergencia con papeles importantes y poder coordinar un punto de reunión por si pasa algo", aconsejó Marco Antonio Franco, coordinador Nacional de socorros de la Cruz Roja Mexicana.
Fue el 19 de septiembre del 2017, cuando un sismo de 7.1 grados sorprendió a la Ciudad de México y provocó la muerte de más de 300 personas en el centro del país; además, evidenció edificios mal construidos, mala preparación de las autoridades, rescatistas e insumos insuficientes y la nula preparación de la población para actuar. Por este motivo, los voluntarios y rescatistas afirman prepararse lo mayor posible y aprender constantemente ante cualquier situación.
FS