Ante covid-19, ‘Un día sin nosotras’ no aplicó para muchas mujeres de la CdMx

Muchas de las mujeres trabajadoras de la capital se vieron imposibilitadas de participar en el paro, especialmente por la pandemia de covid-19.

Debido a la pandemia, muchas mujeres se vieron imposibilitadas de sumarse al paro. (César García)
César García
Ciudad de México /

Luego de que diversos colectivos lanzaran la convocatoria para realizar el paro nacional Un Día Sin Nosotras, en el cual se invita a mujeres, niñas, trabajadoras y estudiantes a ausentarse por 24 horas de sus labores para crear conciencia sobre la violencia de género, algunas no pudieron unirse a la causa debido a la pandemia de covid-19.

Por ejemplo, la señora Beatriz, una despachadora de gasolina, no pudo participar en este paro nacional, pues si lo hace, se queda sin comer ese día.

“Todas merecemos respeto y sin duda alguna es un acto valiente, pero no puedo quedarme en casa y hacer este paro, si no, mi familia y yo no comemos”, externó a MILENIO.

Señaló que, a pesar de que no está de acuerdo con los destrozos durante las manifestaciones de ayer, agradeció a quienes salieron a defender el derecho a un trabajo digno para muchas mujeres del país.

Fanny Mérida, adulta mayor que habita en la colonia Roma, es otra de las mujeres que no pudo parar labores, por lo que hoy también vendió tortas y jugos en un puesto que lleva más de 20 años dando servicio.

Dejar de trabajar un día significaría no completar los ingresos suficientes para comprar insumos y mantener su puesto de comida.

“No puedo dejar de trabajar. Pero mi lucha con las mujeres está. Sé que es importante darles visibilidad a las mujeres, pero hay muchas que, como yo, que no tiene hijos, tenemos que salir a buscar el taco”, mencionó.

A un costado del puesto se encuentra una tlapalería, que es atendida por Lizbeth, desde hace 15 años. Es un trabajo familiar, por lo que ausentarse hoy arriesgaría la salud de su padre, quien es una persona de la tercera edad.

“Estoy convencida que la lucha por la equidad de género es válida, pero no puedo dejar este lugar y menos un día como hoy. Este trabajo tiene historia, y me preocuparía si mi papá atendiera y se contagiara de covid-19”, recalcó.
“El año pasado, mi jefa nos dio la oportunidad de faltar el 9 de marzo, porque sabe de la importancia que esté movimiento impacta económico y social, por lo que en esta ocasión, no pudimos faltar; la pandemia nos afectó económicamente y no podemos perder la oportunidad de tener un ingreso en tiempos de crisis”, detalló Pamela Olmedo, gerente y repostera de la pastelería Fournier Rousseau.

Para Yolanda, quien vende comida corrida desde hace cinco años, tampoco resulta factible ausentarse hoy, pues al inicio de la pandemia su esposo murió por covid-19.

“Estamos con la necesidad de llevar dinero a casa, éste es un trabajo que se vende al día. Mi hijo estudia la universidad y quiero seguirlo apoyando. Ha sido muy difícil sostenerme, pero no dejo de ser mujer, de ser una mujer guerrera”, expresó.

​LP

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