En el primer Domingo de Ramos en la nueva normalidad, el ruido característico del movimiento de las palmas anuncian el inicio de la bendición de las mismas en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, recinto que ha vivido cientos de semanas santas y que por primera vez vive una bajo medidas sanitarias.
Después de un 2020 complicado por la pandemia del covid-19, este Domingo de Ramos, el cardenal Carlos Aguiar Retes, presidió la bendición de las palmas con presencia de fieles, quienes manteniendo la sana distancia buscaban que el líder religioso brindara la bendición a estas artesanías que estarán en los hogares católicos.
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El reloj marcaba las 12 en punto, de la sacristía salió Carlos Aguiar Retes con una palma en la mano y ataviado con la sotana roja característica del Domingo de Ramos, caminó hacia el órgano monumental donde frente a los fieles que estaba en la Catedral inició con la bendición.
"Después de que hemos preparado nuestros corazones desde el inicio de la Cuaresma, y la bendición de estos ramos para los que acompañamos jubilosos a Cristo Rey podamos llegar con él a la Jerusalén del cielo"
A las 12:06, tras la bendición de las palmas, el Cardenal con su séquito de sacerdotes y el rector de la Catedral Metropolitana caminaron al altar para comenzar con las misa, ahí los sacerdotes ayudaron a completar la indumentaria del líder religioso y así poder dar inicio con la celebración.
Tras la lectura de los salmos, un cuarto pasado el medio día, el cardenal se puso de pie con su palma en mano y escuchó estoico el evangelio que relata la entrada a Jerusalén de Jesús y el inicio de la Pasión de Cristo.
El pasaje bíblico que duró al menos 15 minutos fue leído por 3 sacerdotes, en todo momento, los fieles con palmas en mano y de pie, escucharon el evangelio que relató desde la entrada a Jerusalén hasta el camino de Jesús al Gólgota.
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Mientras los sacerdotes relataban el momento en que los guardias romanos apresaban a Jesús al momento de que Judas Iscariote le daba un beso en la mejilla, los elementos de la Guardia Nacional estaban vigilantes de que los asistentes a la misa siguieran las medidas sanitarias y claro, no usaran el teléfono en misa.
Cuando el evangelio llegó a la parte donde Jesús exclama desde la cruz la frase "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" los sacerdotes le pidieron a los asistentes que se hincaran; a las 12:30 con silencio absoluto los fieles recordaron el momento de la muerte de Jesús.
Tras un minuto de silencio, el cardenal Carlos Aguiar Retes comenzó su Homilía y desde el altar habló para los asistentes al templo y para los miles de fieles que se conectaron a la transmisión en vivo de la misa; dijo las lecturas son una excelente preparación para recitar y meditar en los días santos, y vivir, "iluminados por la fe, las celebraciones centrales del Triduo Pascual".
"Así confortados no perderemos el rumbo y la orientación en nuestra vida ante las adversidades, sufrimientos, injusticias y conflictos que van de la mano en toda experiencia humana, y que lamentablemente para muchos se han intensificado en este tiempo de la pandemia".
Asimismo recordó a los jóvenes que se puede exclamar "reconociendo la salvación que nos espera en la Casa del Padre, con inmensa alegría y convicción, como los primeros cristianos: Gloria a Dios"
Al cuarto para la una, el líder religioso derivo su homilía y pidió a Dios Padre el fin de la pandemia, por los enfermos, por las lamentables víctimas y fortaleza a los familiares de las víctimas, además de pedir por el sostén y protección del personal sanitario que lucha para combatir la pandemia.
A las 13:00 horas los fieles comenzaron a hacer el rito de la Paz, donde con una reverencia se sustituye el saludo de mano, para que después el cardenal diera la bendición final, con ello, se puso fin a la primera misa del Domingo de Ramos en la nueva normalidad.
FS