La Conferencia del Episcopado Mexicano hizo un llamado a la paz tras los hechos violentos registrados en el país, en particular por los ataques de grupos armados en Reynosa, Tamaulipas, que cobraron la vida de 15 personas y por la riña en el penal de Villahermosa, en Tabasco que dejó al menos seis muertos.
En un comunicado, los obispos de México señalaron que hoy más que nunca la sociedad necesita artesanos de la paz, auténticos mensajeros y testigos del bien ser, dar y estar, para completar la felicidad en la familia "En este sentido dirigimos nuestro pensamiento a las familias, niños y adolescentes, que viven en zonas de inseguridad o que han sido dañados por la violencia, y a todos los que se esfuerzan para que sus vidas y sus derechos sean protegidos".
Enunciaron varias formas de violencia que amenazan la vida contemporánea, no solo a través de las armas, sino también de las plataformas digitales y medios de comunicación masiva, los cuales tienen como fundamento la cultura de la indiferencia y del descarte.
Señalaron que mantener al otro bajo amenaza al prójimo significa reducirlo al estado de objeto y negarle la dignidad. por lo que reafirmaron que el incremento de intimidación, la proliferación de las armas, son contrarios a la moral y a la búsqueda de una verdadera concordia: "El terror ejercido sobre las personas más vulnerables contribuye al exilio de poblaciones enteras en busca de una tierra de paz".
"Como constructores de paz: seamos respetuosos y comprensivos; si creemos en Dios, entonces oremos y seamos más agradecidos y caritativos; cambiemos toda actitud que sea perjudicial, realicemos una introspección y trabajemos en nuestros propios errores. Seamos ejemplo de paz, armonía y amor en donde quiera que nos encontremos. Seamos pacientes, fomentemos la sana convivencia, estemos dispuestos a ser serviciales, a ayudar al que lo necesita"
Los obispos de México hicieron una reflexión a dos semanas de la elección del 6 de junio, por lo que invitaron a todos los candidatos, independientemente de los resultados, a construir un futuro, basado en la capacidad de superar las divisiones, favoreciendo la paz, la reconciliación frente a las injusticias y la comunión.
"Busquemos transformar a las personas y a nuestros pueblos promoviendo una cultura de diálogo y de perdón, reconociendo que solo Dios es dueño y Señor de la vida, y que el quinto mandamiento nos dice: No matarás. Pongamos en manos de la Justicia Divina todas las ofensas, daños y sufrimientos que nos hayan causado, y olvidemos la venganza, ésta es la única manera de romper la espiral de la violencia”.
Para remediar la violencia, el prelado mexicano llamó a renovar y mantener un diálogo provechoso, abierto y trasparente con las instituciones, convencidos igualmente de que un Estado capaz de apreciar las propias raíces religiosas, sabiendo aprovechar su riqueza y potencialidad, puede ser más fácil inmune a tanta violencia, causada también por el gran vacío en el ámbito de los ideales, porque es precisamente este olvido de Dios, en lugar de su glorificación, según ellos, lo que engendra la violencia.
JLMR