Las flores de cempasúchil son símbolo de la celebración del Día de Muertos; las encontramos en los altares, también en la preparación de bebidas como el pulque; pero sólo pocas personas conocen lo delicado que es el proceso para su cultivo y crecimiento.
Laura Plata es una productora de flores y durante la temporada, siembra cempasúchil. Mallas de sombra, fertilizantes, abono, resolana y riego cada tres días son algunos de los trucos que utiliza esta productora de Xochimilco, en la Ciudad de México, para llevar dinero a su casa.
La mujer, originaria del Estado de México, aprendió este oficio después de que se casó, debido a que la familia de su esposo se ha dedicado a esto durante 30 años; por lo que confiesa que aún sigue aprendiendo sobre las plantas y el cuidado de éstas.
"Yo soy dueña de aquí, pero no directamente por mí, sino por mi esposo. Me casé y me vine a vivir aquí. Mi suegra se dedica a sembrar plantas y entonces cuando yo llegué aquí, ellos ya tenían el negocio y me agregue".
Laura contó a MILENIO que el negocio de su esposo siempre fue vender plantas. "Él nació aquí y sus padres se dedicaron a sembrar (...) Y yo básicamente tuve que aprender desde cero".
Laura Plata asegura que lo más fácil es sembrar la flor de cempasúchil, lo complicado es hacerla crecer y para ello, desde junio se empieza a germinar la semilla.
En su negocio se produce variedad de flores de cempasúchil, mismas que se han dado por la mezcla entre la semilla china y la mexicana, dando como resultado plantas de pétalos rosas, blancos y amarillos; pero, debido a las controversias en redes sociales, la gente no las compra porque no son cien por ciento mexicanas.
Sin embargo, Laura Plata defendió estas creaciones y recalcó que "la mano de obra es mexicana; por ejemplo, todos los que ya sembraron de esa planta, si no se vende, su economía se va a ir para abajo y sólo dura para la temporada, pero como ya vieron que es semilla china, no la quieren y ¿Qué pasa con su inversión?, se pierde".
Aún así, la flor redonda que se está manejando como variedad china, es más llamativa para los clientes, pues el cempasúchil mexicano de tallo largo lo utilizan más para los panteones "y se les hace más corriente, en realidad es igual. Aunque, si somos realistas, la gente que compre las flores sólo la usan para los altares y no van a dedicarse a sembrarlas y de nada sirve que sea semilla internacional".
Sobre si sus hijos conservarían el negocio de las plantas, Laura Plata mencionó que "talvez no, porque las nuevas generaciones cambian (...) Los hijos ya van a estudiar y van viendo a qué se quieren dedicar y el enfoque ya no es tanto la planta. Ahorita la tradición sería por parte de los adultos mayores", concluyó.
LG