Centro SCOP: un recinto histórico que no acaba de sanar

Clara Brugada propuso que se convirtiera en la primera Utopía fuera de Iztapalapa.

Sobrevuelo de dron en Centro SCOP. Especial
Alma Paola Wong
Ciudad de México /

Han pasado siete años de que el Centro Scop, uno de los edificios más emblemáticos de la Colonia Narvarte y la Ciudad de México, recibió la estocada final con el sismo del 19 de septiembre de 2017 que lo dejó deshabilitado y aún en recuperación.

Sobre el terreno que abarca las avenidas Xola y Eje Central, se visualizan esencialmente dos proyectos: una Utopía y el Parque del Muralismo, según han anunciado autoridades locales y federales.

El diseño y cálculo estructural del sitio, que originalmente sería el Hospital 2 de zona del IMSS, arrancó a finales de la década de los 40, no obstante por problemas financieros se abandonó el proyecto y fue en 1953 que el arquitecto Carlos Lazo, quien fungía como Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas lo rescató para convertirlo en la sede que albergaría el desarrollo de una política de integración de las comunicaciones y transportes, en el México moderno.

El arquitecto Lazo convocó a sus colegas Augusto Pérez Palacios y Raúl Cacho, quienes trabajaron con él en la construcción de Ciudad Universitaria, para que se hicieran cargo de la adaptación del inmueble; un conjunto que alcanzó una superficie construida de más de 95 mil metros cuadrados.

Como epicentro de la plástica mexicana, pintores como Juan O’Gorman, José Chávez Morado, José Gordillo, Guillermo Monroy, Jorge Best, Arturo Estrada, Rosendo Soto y Luis García Robledo plasmaron en los edificios construidos una serie de murales policromos a base de piedras naturales de diversas partes del país, que narraban la historia de las comunicaciones y los transportes en nuestro país.

Pero los daños en el edificio que durante más de medio siglo albergó la Secretaría de Comunicaciones fueron múltiples a lo largo de su historia. El suelo lacustre (entre duro y blando) de la Narvarte, identificado como de sismicidad intensidad intermedia o de transición, no ayudó al ambicioso diseño arquitectónico.

El Centro Scop sufrió la primera herida en un sismo de 1953, así lo explica la arquitecta Elisa Drago, miembro del Seminario de Investigación sobre el Centro SCOP de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Hubo un terremoto también importante en 1953. En los documentos de la época se se narra que el Instituto mexicano del seguro social y el Centro Scop hacen una permuta de los terrenos, se narra que se hace una visita de sitio para ver cómo estaban ambos edificios que se estaban construyendo y ahí se da cuenta que en ese terremoto del 53 hubo movimientos de tierra que ya habían dañado los cimientos”, señala.

Se hicieron las reparaciones pertinentes para la época, considerando las normas antiguas de construcción que observaban erróneamente a los suelos blandos como disipadores de los movimientos telúricos, pero el sismo de 1957 volvió a dañarlo.

“En 57 se daña también, sobre todo por las ondulaciones que van a tener los murales y si bien no sufre tantos daños, pero sí hay en las juntas constructivas algunas cosas. Pero no se le puede achacar la culpa a nadie, porque no era una ignorancia, es que no se sabía el impacto de los movimientos telúricos hacia edificios de concreto. Es algo que vamos aprendiendo en el camino, cada terremoto es distinto”, explica.

Posteriormente, en el sismo del 19 de septiembre de 1985, al ser un edificio demasiado largo y con pilotes de madera, no se movió de manera monolítica y falló en puntos críticos como cambios de dirección y de nivel. Se hizo el reforzamiento de estructuras, pero 32 años después, el sismo de 2017, demostró que los daños venían desde las entrañas mismas del edificio, pues la estructura superficial se afectó en los tramos de cimentación que presentan hundimientos diferenciados.

“El edificio además se encuentra en una falla geológica, no logró superar el sismo del 17 porque es muy largo, en proporción al ancho es muy largo, se movió como un vagón de tren y por eso tuvo impactos importantes , y pesaban más los lados. El edificio más corto es una ‘L’ empezó a golpear y además hubo hundimientos por lo que se comportó de una manera distinta, la energía que se liberó fue completamente distinta, así como cada terremoto es distinto”, añade.

Drago, quien también coordina el Acervo de Arquitectura Mexicana de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, ha estudiado a fondo el Centro Scop, por ello sabe de la necesidad de revisar las fallas que padecieron las estructuras de este inmueble, elementos fundamentales para edificar nuevos espacios que contemplen la aplicación de estrategias para prevenir daños en las estructuras por venir.

“Mi recomendación sería acercarse a especialistas en uso de suelo, conocer el estado del terreno, que se hagan calas profundas para medir la resistencia real del terreno, detectar si hay fallas geológicas.

Así luce el Centro SCOP desde el aire

La segunda recomendación es que se piense que al demoler la parte superior de los edificios, ignoro si se lograron quitar los pilotes de madera que están hincados, se haga un trabajo guiado por especialistas para que estos se remuevan, de manera tal que no provoquen un abundante abultamiento del terreno, y esto repercuta en las habitaciones cercanas.

Además, hacer estudios profundos, geológicos e históricos, si lo que se pretende es algo nuevo, habrá que vivir con las consecuencias de haber borrado una parte del siglo XX y tomar en cuenta el conocimiento histórico y la narrativa que tuvieron los edificios en relación a la ciudad y sus habitantes. Y por supuesto, estar apegados a la normativa vigente en reglamentos de construcción”, agrega.

Asimismo, continúa, los seis mil metros cuadrados de murales que tenía el inmueble deben ser recuperados, y no de manera independiente, en un espacio que permita respetar la narrativa de una de las más importantes obras plásticas de mitad del siglo XX, destacando la visión política única específica de su momento.

Para documentar los avances en la obra se pidió la postura de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pero hasta el cierre de la edición no se tuvo respuesta.

En tanto, el pasado 01 de agosto, la virtual Jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, celebró una mesa de trabajo con autoridades federales para supervisar los proyectos de recuperación del Centro Scop.

Cabe recordar que en su campaña electoral prometió que dicho espacio se convertiría en la primera Utopía fuera de Iztapalapa, la cual albergará instalaciones deportivas, culturales y de cuidados . Así como el Parque del muralismo mexicano, en donde se llevaría a cabo una recuperación integral de los murales que formaban parte del recinto.

"Aquí vamos a hacer una Utopía que se construirá con las propuestas de los vecinos pero con especial énfasis a programas dirigidos a los adultos mayores; con alberca semi olímpica, un complejo deportivo, un auditorio al aire libre y el Sistema Público de Cuidados", dijo en campaña.

Hasta ahora, las autoridades no han brindado mayor detalle de los avances sobre el proyecto que cuenta con una inversión de 4 mil 500 millones de pesos, según cifras gubernamentales.

CHZ

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