Cerro de la Silla: guardián de Monterrey

Detallamos la relevancia ambiental y artística que vuelven al Cerro de la Silla un referente cultural para Nuevo León.

Foto: Roberto Alanís
Gustavo Mendoza Lemus
Monterrey /

Su silueta ha inspirado a músicos, poetas y pintores, por lo que el Cerro de la Silla es un referente cultural cuando se piensa en Monterrey.

Llamado así por el conquistador portugués Alberto del Canto en 1577 debido a su parecido con una montura de caballo, la montaña se alza como protagonista frente a sus vecinos de Las Mitras, la Sierra Madre Oriental y el Topo Chico.

Fue declarado como Monumento Natural el 25 de abril de 1991 como una manera de salvaguardar su rico ecosistema compuesto por aves, mamíferos, reptiles y un extenso bosque de encinos. 

A continuación, detallamos su relevancia ambiental y artística que lo vuelven un referente cultural para Nuevo León. 

Monumento Natural

Con sus 6 mil hectáreas de área natural protegida, el Cerro de la Silla es una de las principales reservas medioambientales del área metropolitana de Monterrey.

Sin embargo, hay que señalar que el cerro no es propio de la capital de Nuevo León sino que se ubica en los municipios de Cadereyta, Benito Juárez y Guadalupe. En sí no es un cerro, sino que representa el inicio de una cadena montañosa que se extiende hasta Allende.

La forma de silla de montar obedece, en parte a los cuatros: Antena, Norte, Sur y de La Virgen, alcanzando el punto más alto los mil 815 metros.

Información del programa de manejo Monumento Natural El Cerro de la Silla, elaborado por la Semarnat y Conap en 2014, indican que en el área natural conviven 80 especies de aves y 295 de plantas, integrándose en las categorías de matorral submontano y bosque de encino.

Junto con la Sierra Madre Oriental, la Sierra de Papagayos y el Cerro de la Mitra o Las Mitras forma un escudo que protege a la ciudad frente a tormentas como huracanes, además de ser un regulador de la temperatura y humedad.

De ahí que sea famoso el dicho regiomontano: "cuando el Cerro de la Silla tiene sombrero, es porque viene aguacero".

En las artes

"Desde el cerro de la Silla se divisa el panorama cuando empieza a anochecer”, canta el estribillo de Severiano Briseño en su "Corrido de Monterrey".

Pero no es la única referencia pues compositores como Tito Guízar, Marilú Treviño y Aliber Medrano han hecho referencia a la montaña, mientras que el acordeonista Antonio Tanguma le dedicó una polka, a decir del investigador Antonio Guerrero Aguilar.

El llamado "Regiomontano Universal" Alfonso Reyes siempre lo llevó consigo al dedicarle el verso “Oh cerro de la Silla quien estuviera en tu horqueta, una pata pa' Monterrey y otra pa' Cadereyta”.

Pintores como Saskia Juárez, Martha Chapa más allá de sus manzanas, Gerardo Cantú o Efrén Ordoñez han llevado al cerro a sus obras, convirtiéndolo en uno de sus personajes principales.

Buscando el tesoro

El Cerro de la Silla también es un referente en las leyendas de los regiomontanos. Quizá la más popular es la que contaban los abuelos, sobre una cueva repleta de oro propiedad del famoso bandolero Agapito Treviño.

Aunque los documentos históricos lo sitúan como un "raterillo de poca monta", refiere el historiador Héctor Jaime Treviño, la tradición oral lo sitúa como un ladrón que le quitaba a los ricos para compartirlo con los pobres.

De sus botines, se dice, aún permanecen ocultos en alguna cueva del cerro en espera de ser descubiertos.

El cerro tampoco se escapa de lo sobrenatural. En la década de los 70 del siglo pasado se espació el rumor sobre un ser alado de grandes dimensiones al que se le veía merodeando por las cumbres de la montaña.

Algunos lo llamaban "hombre pájaro", otros se aventuraban al considerarlo un reptil prehistórico, lo cierto es que no hay evidencia de su existencia aunque el rumor permanece en la memoria de los regiomontanos.

pzvb

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