El “Cerro del Molcajete” o el “Cerro de las Brujas”, ubicado en Almoloya de Juárez, guarda historias de hechicería, magia y terror, que algunos aseguran son ciertas y ocurrieron hace algunos años; para otros la amenaza sigue presente, pues se siguen apareciendo estos seres de la noche, en forma de bolas de fuego que cruzan el cerro.
Entre estas historias se encuentra “El baile de las brujas”, una leyenda que guardan los vecinos de San Mateo Tlalchicilpan y otras comunidades de Almoloya de Juárez, ésta se remite a hace algunos años, cuando en esta localidad eran pocos los habitantes y las noches parecían aún más obscuras, pues había pocas casas y poco movimiento en las faldas de este cerro. Los vecinos cuentan que justo en esas noches de mayor obscuridad, se podrían ver bolas de fuego “bailando” de un lado a otro con una destreza impactante. Aseguran que estas bolas de fuego posteriormente se convertían en brujas, quienes incluso se transformaban en animales como guajolotes.
El miedo para los vecinos era aún mayor, pues aseguran que en busca de juventud y vida, las brujas salían a cazar niños y niñas, principalmente recién nacidos, a quienes les chupaban la vida.
También aseguran que décadas atrás, se dio el caso de una bruja a la que lograron atrapar, lo que sembró más miedo a las familias.
“Desde pequeña nos contaban de las brujas, que tuviéramos cuidado, que pusiéramos un espejo o las tijeras en forma de cruz. Nos contaban que antes estaban al pendiente, porque se veía cómo descolgaban las brujas”, señaló Margarita Arriaga Hernández, una de las vecinas de esta comunidad.
Refirió que se cuenta que durante la Revolución Cristera, las brujas bajaban sobre lo que se conoce como Camino Real, para dirigirse rumbo al centro de Almoloya de Juárez y después cruzar hacia San Luis Mextepec, en Zinacantepec, generando miedo y sorpresa entre los habitantes, pero esto no paró, siguió e incluso este cerro sigue siendo utilizado para hacer brujería.
“Como por estas fechas, sobre el Camino Real, como está obscuro, sí nos tocó ver bolas de fuego, es una flama como la de una estufa, entre azul y naranja, no es fuego de basura o de leña que suelta humo, están muy bien formadas, es muy extraña esa forma, porque andan bailando de un lado a otro del cerro”.
Para no caer en las manos de las brujas, se tomaban algunas medidas, como pintar una cruz con cal en las azoteas y paredes, además de colocar una cubeta de agua en la entrada de cada casa; en el caso de tener algún recién nacido, cerca de la cama se colocaban tijeras de metal en forma de cruz, un “ojito de venado” o un sombrero.
Aseguran que el miedo era tal, que incluso las personas adultas temían cruzar por este cerro, pues las brujas como una forma de diversión, los rasguñaban o les hacían alguna que otra travesura.
La “Cueva del Diablo”
Otra de las advertencias al tratar de subir este cerro es no dormirse, pues si se decide tomar una siesta, se puede caer en un sueño tan profundo en el que incluso se aparezca la entrada a una cueva, pero no cualquiera, sino la Cueva del Diablo o la Cueva de las Novias del Diablo.
“No te debes de quedar dormido en el cerro porque luego puedes despertar y ver como un campo, una cueva en donde hay comida, banquetes, joyas, lo que uno siempre haya querido en la vida, entonces si tú llegas a tomar cualquiera cosa, ya no puedes salir”, dijo Margarita.
Esta leyenda tiene al menos dos versiones, una hace referencia a que una vez que se tiene un sueño tan profundo, se aparece la entrada a esta cueva y al entrar hay un banquete, oro y otras riquezas y para poder salir con vida, se debe atravesar sin caer en ninguna tentación, porque si alguna de esas riquezas logra eclipsar a quien quedó adentro, ya no sale.
“Si no caes en ninguna tentación tienes muy buena suerte, pueden encontrase oro o así. Varias personas fueron a dormirse al cerro para ver si obtenían algo; pero no lo lograron”.
La leyenda cuenta que las personas que han logrado cruzar esta cueva, ya no volvieron ser los mismos, pues, aseguran que salieron trastornados por lo que vieron dentro.
La otra versión de esta leyenda, es que esta cueva está conectada con Tecaxic, una comunidad de Toluca; sin embargo, el caminar es muy complejo, representando todo un riesgo para quien lo intente.
En la también conocida como “La Puerta del Infierno”, las leyendas señalan que en dichas cavernas habitan las brujas, a quienes también se les conoce como “las novias del Diablo”, por lo que en estas noches obscuras se debe tener mucho cuidado al cruzar por este cerro.
MMCF