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‘La Chávez’ es la influencer regia que da las noticias en TikTok

‘La Chávez’ fusiona el estilo influencer con el periodismo político desde TikTok, atrayendo a audiencias en busca nuevas opciones para informarse. Es la era de los creadores de contenido.

Monterrey, Nuevo León /

DOMINGA— “Dicen que soy tiktoker. A la fecha no sé si soy entrevistadora, podcaster o qué fregados. Influencer no porque no te estoy despertando inseguridades para que compres 25 mil ‘lipsticks’ diferentes”, dice ‘La Chávez’ y luego ríe a carcajada suelta mientras juega con el popote de su matcha. Estamos en un café del Barrio Antiguo de Monterrey donde su ropa a lo ‘quiet luxury’ desentona con la clientela tatuada, perforada y con ropa vintage.

Había un mundo en el que se podía ir por la vida sin saber qué era un influencer y no pasaba nada. Hoy no quedan rastros de ese lugar. No sólo porque hay estudios por montones que expresan que la mitad de la población Gen Z aspira a ser generador de contenido para redes sociales, sino porque los influencers están en todos lados. Promover un producto en redes sociales se ha desbordado del mundo del maquillaje, la ropa, los autos o las rutinas de ‘skincare’ y han llegado a espacios inesperados, como el de la política.

Influencers de comida pagan por los mejores lugares con su salud
Influencers de comida pagan por los mejores lugares con su salud

Quizás el caso más célebre sea el de la influencer Mariana Rodríguez, a quien se le adjudica ser la pieza clave para que su esposo Samuel García ganara la gubernatura de Nuevo León en 2021. Sin embargo, no es sólo que los influencers lleguen a espacios de poder, sino que los personajes en el poder se comportan como influencers. ¿Cómo olvidar al exministro Arturo Saldívar haciéndose pasar por fan de Taylor Swift o a los candidatos haciendo bailes en 2024 para seguir las tendencias de TikTok, beneficiándose del algoritmo y no de sus propuestas?

También el periodismo se ha visto atravesado por el paradigma. Ahora no es raro ver a titulares de noticieros usar sus redes sociales para presumir los restaurantes o viajes de vacaciones. Si muchos ya entendieron que sí es posible generar una comunidad en internet que sea leal como para comprar una crema, ¿por qué no funcionaría ese mecanismo para influir en la selección de un candidato?

Por ejemplo, la Casa Blanca de Estados Unidos, por primera vez en su historia, incluyó en las ruedas de prensa a estos personajes del internet a la par de los medios tradicionales de comunicación como símbolo de que “los tiempos están cambiando”, según Karoline Leavitt quien, a sus 27 años, es la vocera frente a medios de la nueva administración de Trump.

La afirmación de Leavitt no es un lugar común. El último estudio sobre consumo de noticias de Reuters Institute muestra que, en 2024, 52% de los estadounidenses dijo que los personajes de noticias “alternativos” fueron la fuente predilecta para informarse. Y la confianza en los medios tradicionales se ubicó en 32%.

México sigue también esa tendencia. La confianza en los medios se ubicó en el 35% y TikTok fue la red social que más creció durante 2024. Incluso 77% de las personas en nuestro país se informan a través de videos cortos. Sin embargo, como menciona el propio reporte, las personalidades que pretenden informar usualmente tienen un sesgo muy marcado por su afiliación política.

En nuestro país, Carlos Pozos, mejor conocido como Lord Molécula, fue la quinta persona que más preguntas hizo al expresidente Andrés Manuel López Obrador durante las conferencias matutinas en su sexenio. Entonces hay influencers que se vuelven políticos y políticos que se hacen influencers. También influencers que hacen propaganda disfrazada de periodismo y periodistas que aspiran a ser influencers.

Pero ¿hay algún influencer que se haya vuelto realmente periodista? Sólo una,Mariana Chávez.

​El privilegio no lo es todo, pero cómo ayuda

'La Chávez' es hija de un padre oriundo de Coahuila y de su madre, originaria de Monterrey | Cortesía: La Chávez

A La Chávez no la vi por primera vez en ese café de Monterrey en octubre de 2024, sino en la pantalla de mi celular un año antes y confieso que no entendí qué estaba viendo. Se trataba de una chica con el acento más fresa del norte de México –obviamente, San Pedro Garza García– vestida como Jackie Kennedy o cualquiera de las niñas bien de Guadalupe Loaeza, haciendo entrevistas a políticos por internet.

Su acercamiento no se limitaba a Monterrey. Su cuenta de TikTok, con casi medio millón de seguidores, era como un Jurassic Park: todos los dinosaurios a los que se le han dedicado libros y entrevistas estaban ahí sentados frente a esta chica regia, tuteándose y contestando sus preguntas. 

Diego Fernández de Ceballos fumando puro y compartiendo sus reflexiones suscitadas a partir de su secuestro; Beatriz Paredes remojando su pan dulce en el café mientras revelaba cómo fue una simulación la elección interna de la candidata de la oposición; Manlio Fabio Beltrones cuidando cada una de sus palabras como si estuviera conectado a un polígrafo; Cuauhtémoc Cárdenas insinuando que la oposición está diseñada para ganar jamás.

No sólo estaban los fósiles de un sistema de coordenadas políticas en extinción, sino también integrantes clave del poder haciendo confesiones, como Citlali Hernández u Olga Sánchez Cordero. Con solo seis meses de haber iniciado su pódcast, Chávez se convirtió en una de las pocas personas que pudo entrevistar a los candidatos Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez durante las elecciones presidenciales de 2024. El motivo más claro es que había podido construir en muy poco tiempo una comunidad de seguidores, principalmente de la Gen Z, un sector muy atractivo para las candidaturas.

'La Chávez' hizo una cobertura "personal, íntimo y sin censura" de los tres presidenciables del 2024 | Cortesía: 'La Chávez'

Sin embargo, hay quien ve en el éxito de La Chávez una muestra más de la desigualdad. Una de las críticas principales que se le hacen es que sólo tiene visibilidad por su privilegio y que no hace preguntas incisivas porque no está preparada. Esta hipótesis de que ella es una suerte de Yordi Rosado en la política tendría sentido de no ser porque ella es consciente de lo que hace.

“Nadie te lo dice a la cara, pero claro que se preguntan ‘¿quién me creo para hablar de estos temas?’, y creo que tienen un punto y también es algo que yo me he preguntado. ¿Por qué me abren los espacios a mí?, ¿por qué no se los abren a mujeres que son más talentosas e inteligentes que yo?”, dice Chávez mientras da pequeños tragos a su matcha y puedo notar las uñas perfectamente manicuradas que hacen juego con la impecabilidad total de su aspecto.

Entonces yo sé que no escogí nacer donde nací o mi contexto, pero sí escojo qué hacer con eso. Claro que me da una ventaja competitiva grandísima y desde luego que la he explotado, no estoy inventando el hilo negro, pero luego vienen estas cosas que no se platican, como cuando estás entrevistando a estos viejos tiburones y de repente te tiran la onda y es ahí cuando te das cuenta de que la política sigue siendo un espacio muy superficial y machista”, sentencia.

La Chávez tiene éxito porque logra introducir el lenguaje y la mística del influencer a la labor del periodismo, ese que consiste en investigar un tema antes de abordarlo y en preguntar con disposición a entender. Así es que pasa algo novedoso en sus entrevistas a políticos donde no sólo pregunta sobre sus intrigas o escándalos, sino de esas cosas que uno subiría a redes sociales, como la comida que les gusta o los deportes que siguen.

El resultado de esa mezcla es mostrar a estas creaturas del poder, como Cárdenas o Beltrones, que son capaces de relatar sus proezas políticas, pero no pueden decir qué música escuchan o hablar siquiera de algo ajeno a la política. Ahí se nos revela que, como lo intuimos, están muy alejados de nosotros. Es el patetismo de no poder simular siquiera un poco de normalidad.

Entrevista de 'La Chávez' a Cuauhtémoc Cárdenas

Una influencer, ¿nace o se hace?

La Chávez es más que lo que se ve a simple vista, su forma de hablar y vestir o sus conexiones vinculadas a su origen sampetrino. Su familia paterna viene de Coahuila, de la región cercana a Monclova, e hizo dinero trabajando en la industria química y también con una relación cercana al PRI. Por otro lado, la familia de su mamá es de esas de “toda la vida” de Monterrey.

Pero en su trabajo hay algo más novedoso que el apolillado abolengo regiomontano y tiene que ver con saber plantear conversaciones en un tono típico no sólo del internet, sino del tipo de contenido que hacen los podcasters estadounidenses. Hacer collage entre su biografía y lo que ella misma consume en su celular y de ese modo crear algo innovador basado en saber colocarse en lugares inesperados.

'La Chávez' ha logrado plantear conversaciones políticas con el lenguaje que predomina dentro de las redes sociales | Cortesía: 'La Chávez'

En 1970 Carlos Monsiváis escribió sobre las páginas de sociales en ‘Días de guardar’. Ahí nos recuerda que a los mexicanos nos obsesionan dos cosas: la muerte y las flores. Para la primera obsesión estaban las páginas de nota roja y para la segunda, las de sociales. Y ¿para qué dar aviso a la comunidad de un bautizo, un cumpleaños o una boda? 

“La exhibición de la riqueza se convierte en el sentido final de la riqueza. Lo importante de tener dinero es que la gente lo sepa”, escribe ‘Monsi’ y así, sin pretenderlo, descubre a los preinfluencers. Cuando para saber qué pastel, vestido o matrimonio estaba de moda hacía falta abrir el periódico. 

En ese sentido Mariana Chávez es una influencer de casta: con o sin invención de las redes sociales, hubiera podido ejercer el oficio.

El primer gesto en esta materia lo tuvo en 2003 a los nueve años cuando la prensa la mostró sonriente dando aviso de su primera comunión. De ahí siguió lo habitual en la élite sampetrina: cumpleaños, actividades filantrópicas y, por supuesto, una boda cuyas fotos fueron publicadas por la revista ‘Chic’.

Sin embargo, este protagonismo en las secciones florales de la prensa no refleja su atípica personalidad. Por ejemplo, las fotos del regreso a clases del Himalaya International School –colegio de los Legionarios de Cristo– no mostraban a esa adolescente que cuestionaba a los sacerdotes sobre si realmente eran célibes; que ganó las primeras elecciones de su escuela con un populismo que ella reconoce y que consistía en prometer dos horas de recreo; que en esos años vio ‘El Padrino’ y se obsesionó. “Yo quería ser Vito Corleone, tomar whisky y que todos esos señores me respetaran”.

La influencia de las conversaciones con su abuelo, José Luis Chávez, marcó su vida y decidió estudiar Ciencias Políticas en el Tec. Al graduarse intentó entrar a la política e incluso formó parte como candidata a regidora en la planilla del PRI en 2015, pero su experiencia fue desilusionante, por decir lo menos, la trataban con condescendencia y no la dejaban hablar o hacer propuestas. Se alejó de la política entonces y se dedicó a emprender en el mundo de la moda.

La boda de 'La Chávez'

La Chávez en foros sobre el empoderamiento femenino

En marzo de 2019 aparece junto a Margarita Zambrano Yarte en ‘Chic’, su socia, bajo el encabezado: “Apuestan a lo grande”. El artículo habla de cómo ellas fundaron Bequ Showroom, una empresa para vender ropa de alta gama hecha por diseñadores mexicanos. En esos años, La Chávez compaginaba su negocio con participaciones en foros y colectivos sobre el empoderamiento femenino. Algo muy en el tono de ese “White Feminism” que se denunciaba en Estados Unidos por no tomar en cuenta que el color de piel y la clase social hacían mella de distinta forma en las mujeres.

Sin embargo, Chávez siguió participando. Escribió una editorial en ‘Vogue’ sobre derechos LGBT+, algo escandaloso en el contexto sampetrino donde apoyar la diversidad equivale a salir del clóset. También hacia 2022 ganó relevancia gracias a un video viral donde ella denunciaba la mala calidad del aire y en 2023 arrancó un pódcast llamado Estas Morras, con otras mujeres destacadas de la ciudad, en el que hablaban de relaciones, política y temas de actualidad.

Sin embargo, en todo ese tiempo La Chávez era más reconocida por su negocio de ropa que por estas actividades. Eso cambió en noviembre de 2023 cuando publicó en YouTube su entrevista con Mariana Rodríguez, apenas una semana después de que su esposo, Samuel García, anunciara que le interesaba ser candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia de la república.

La entrevista más viral de 'La Chávez'

Nace la periodista de TikTok, ‘La Chávez’

Su entrevista con Mariana Rodríguez alcanza los 1.7 millones de vistas y es la más popular. Los ‘clips’ de esta conversación se volvieron hipervirales por las declaraciones de la influencer respecto a los feminicidios en Nuevo León. Rodríguez dijo que no podía hacer más el gobierno de Samuel García para frenar la violencia contra la mujer en ese estado porque “no se puede poner un policía por ciudadano, no alcanza”.

“Mi intención no era centrarme en hacer entrevistas a políticos”, dice Chávez con una sonrisa en el rostro que no se le desvanece, como si estuviera contando un chismecito. Lo hizo “para curarse en salud” porque sabía que eventualmente, como buena politóloga que es, iba a querer entrevistar a gente con nexos con el poder y quería evitar que la llamaran vendida en ese momento. Así ese primer ejercicio con Mariana Rodríguez cambió el giro de su programa.

“Al día siguiente yo era una vendida de Movimiento Ciudadano. Y luego lanzo una entrevista con Mauricio Fernández y fui una vendida del PAN. Y después una tercera con Tatiana Clouthier y terminé por ser vendida de Morena”, dice. Para La Chávez fue claro que siempre iba a ser “una vendida” y ella misma toma con humor que a la fecha siempre hay comentarios diciéndole chaira o fifí por igual. “Tenía que buscar esa pluralidad para generar legitimidad porque algo pasó en este país que los medios y los periodistas, como puentes entre políticos y ciudadanos, ya no tienen legitimidad”, apunta.

Ese tablero de ajedrez político puesto en clave de chairos vs. fifís es también esencial para entender su forma de hacer entrevistas. Después de las críticas recibidas por su entrevista con ‘Marianis’, La Chávez decidió buscar un estilo propio y para ello recurrió al internet. “Mi referente es Joe Rogan, siempre me ha parecido fascinante”, explica. 

En efecto, Rogan es uno de los podcasteros más famosos de Estados Unidos, con casi 20 millones de seguidores en YouTube. Pasó de ser un exdeportista y comentarista de la UFC para convertirse en un entrevistador clave y una muestra de su poder es que después de que Elon Musk fumó mariguana con él, las acciones de Tesla perdieron 6 por ciento luego de salir el episodio.

“Me di cuenta que mi estilo no era el de sacar una nota a la fuerza, sino que busco conocer lo que me interesa de la persona que está enfrente. Quiero saber hasta qué papilla le dio su mamá de bebé y creo que eso hace que el entrevistado se sienta importante y se abra a tener una buena conversación”, me cuenta.

Esa parte de la investigación no es exageración. En las entrevistas es común que retome entrevistas viejas o archivos de la hemeroteca y también que investigue la vida personal de sus entrevistados, esa que no necesariamente está vinculada a la política. Ese tipo de detalles le permitieron que cuando tuvo cinco minutos con Sheinbaum pudiera hacerle un comentario sobre su hija y, de ese modo, tejer una complicidad que derivó en que La Chávez pudiera cubrir un día de campaña de la hoy presidenta.

​Un día en la campaña de Claudia Sheinbaum

La influencer que hace entrevistas en términos de ‘scrolling’

Al final La Chávez entrevista pensando en términos del ‘scrolling’, ¿qué pueden contar estos personajes como para detenerme en TikTok a escucharlos? Pero reconoce que hay un riesgo en la propagación de tiktokers haciendo periodismo. “Si mañana quiero venir y tergiversar todo lo que está pasando por tener más ‘likes’, lo podría hacer porque no tengo ni un proceso ni un editor que vigile la calidad de mi información. Esos límites son valiosos en los medios, pero el problema es que esos medios ya están más allá que acá”, dice.​

Le pregunto entonces por qué no integrarse a un medio tradicional si ella tiene la receta para refrescarlo. “Creo que es importante permanecer por la vía independiente. ¿Por qué me están buscando tanto?, ¿por qué me están abriendo espacios que no abren? ¿Qué están viendo ellos que no estoy viendo yo? Y entonces, conforme fui analizando, me di cuenta de que, en efecto, hay una crisis”. 

La Chávez ve la crisis no relacionada a la falta de talento, sino de relevos, una generación que llegó a esos espacios de entrevista, opinión y de titularidad en los noticieros y que no está dispuesta a dejarlos “pero después de ellos, ¿quiénes siguen?”, se pregunta.

'La Chávez' identificó la crisis generacional en los medios tradicionales | Foto: Luis Guerra

Hoy ha cambiado por completo su programa. Dejó en pausa las entrevistas y desde este año comenzó con un “noticiero” semanal. Durante 40 minutos La Chávez explica de forma muy pedagógica las noticias que considera más relevantes en la semana, citando trabajos de otros medios, y casi siempre con un enfoque que privilegia la política internacional.

Aunque la apuesta es útil y sigue teniendo muchos seguidores, el impacto que tenía con las entrevistas no es el mismo. No obstante, la independencia que tanto ha peleado le da espacio para experimentar y cambiar por completo su programa si así lo desea. “Todos los días alguien me pone que soy una chaira o una priista. Que soy una tibia o que soy una vendida por no dar las noticias como Loret de Mola. Mientras eso siga así, yo ya fregué. Voy bien”.

GSC/​ASG

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  • Luis Mendoza Ovando
  • Periodista de investigación en la productora Detective y columnista en el periódico El Norte. Cuenta con una maestría en Periodismo de Investigación en Políticas Públicas por el CIDE.

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