A falta de agua para suministrar a todo el estado, los regiomontanos ya se preparan comprando recipientes de plástico que sean funcionales y fáciles de mover para adaptarse a las necesidades del día, ante el riesgo de enfrentar otra crisis durante este verano.
Hay que recordar que en el 2022, Nuevo León vivió una de las peores crisis hídricas provocando que las familias al querer almacenar y contar con agua en sus casas, cuadruplicaran el gasto en garrafones, tinacos, baldes y tinas.
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Sin embargo, como gente previsora, los regios ya se preparan con recipientes para no ser tomados por sorpresa, además de buscar alternativas.
Tal es el caso de Adriana Gómez, que a diferencia de quienes en años anteriores se abalanzaron por comprar muchos botes, tuvo una mejor idea: reciclar el agua.
“Para recolectar el agua de la lavadora, la reúso, desconecto la manguera del desagüe y la coloco en el bote”, explicó.
Los regiomontanos son parte de las 2 mil 200 millones de personas que carecen de agua potable segura en el mundo, según cifras de la ONU. Tinacos públicos
Cuando la crisis de agua amenazaba seriamente a la población con no tener el recurso ni siquiera para lo más básico, los tinacos comunitarios se mostraron como una solución emergente, que de inmediato reflejó la necesidad del líquido en muchos sectores.
Días bastaron para que tras el anuncio de autoridades municipales, las largas filas de personas se observaran en los lugares públicos donde fueron instalados.
A casi dos años de distancia, y aún en medio de una incertidumbre por el servicio, es común observar enormes recipientes, sobre todo en parques y áreas públicas de distintos sectores del Área Metropolitana, aunque algunos de ellos no están operando.
nrm