Cultivar fresas en Irapuato ha trascendido de una actividad económica a un estilo de vida, son generaciones de jornaleros que aman y viven del campo, hombres y mujeres que se levantan diariamente a las 6 de la mañana para esperar el transporte que los habrá de llevar a los campos donde el trabajo arranca cuando el reloj da las 7 en punto.
“Me encargo de ir a buscar la gente, traerla aquí a trabajar la fresa, que salga todo el trabajo bien, que la gente sea responsable”, narra Ramón quien por décadas ha sido capataz.
La entrada en vigor del T-MEC les vino a cambiar la vida (aunque en naturipe farms ya implementaban con anterioridad las medidas) los salarios mejoraron sustancialmente, tienen jornadas de 7 horas, tiempos de receso, los niños acompañan a sus padres y juegan al aire libre mientras ellos trabajan.
“Ahora con el TMEC se abre la ventana a un salario justo, pero históricamente en la fresa, esparrago, coliflor se ha pagado un salario justo porque es un producto que te lo da”, explica Juan Carlos Aguirre, uno de los principales productores y exportadores de Irapuato.
Y es que cultivar fresas es casi como tener una novia, o al menos así lo refieren los agricultores, pues la Fragaria Rosácea, planta que da el fruto, requiere mucho tiempo, cuidados, la cantidad de exacta de agua y sol, un cultivo exigente al riego, pero sensible a la humedad.
“Se trata de cuidarla, de darle a la planta todo lo que necesita, de hacer sinergia para que se nutra y nos del producto”, dijo Ramón.
Todo inicia cuando se trae la planta madre, misma que apenas siendo un retoño será trasplantada a su nuevo entorno donde le tomará de dos a tres meses crecer lo suficiente, a partir de ese punto dentro de dos meses más comenzaran a brotar sus primeros frutos.
En climas templados, puede producir casi todo el año, le gusta la tierra rica en abono y sin exceso de agua.
Una planta tiene la capacidad de producir fresas aproximadamente cada 21 días y en un año cada una puede producir hasta 2 kilogramos, si recibe los cuidados necesarios.
Para protegerla, sobre la tierra se colocan plásticos a su alrededor que la ayudarán a mantener la humedad, la protegerán del exceso de calor y del crecimiento de malezas, es prácticamente un micro clima personalizado.
De manera adicional se colocan toldos plásticos a manera de túneles que la resguardarán de las lluvias intensas y del sol abrazador.
El cultivo debe ser regado de 2 a 3 veces por semana cuidando no excederse o la planta podría pudrirse, se fertiliza de 2 a 3 veces por semana y se le aplican productos vía foliar, todo producto debe ser previamente aprobado para consumo humano "Se trata de cuidar a la planta y con lo que se nutre para que no afecte la salud".
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Una vez listos los frutos, los jornaleros proceden a la recolección que deberá ser manual pues son sumamente delicados.
“Ya cuando se va a cosechar, se amarran las personas una cubeta a la cintura y van cortando la fresa ya sea si es para empaque o es para proceso”, narra el Capataz de la siembra.
Las mujeres que trabajan en los campos de fresa han desarrollado una técnica en la que revisten su cuerpo de prendas y telas que les cubren prácticamente hasta la cabeza, esto es un mecanismo para mantener regulada su temperatura interna y evitar enfermar por los cambios bruscos de temperatura.
Con una producción de fresa de 80 mil toneladas anuales, Guanajuato ocupa el tercer lugar a nivel nacional. Un dato curioso es que a raíz de la pandemia la exportación a los Estados Unidos ha incrementado un 20 por ciento debido a que las personas regresaron a sus cocinas a elaborar postres a causa del confinamiento.