¿Cómo va la reconstrucción en escuelas tras el sismo del 19-S?

A un año del sismo del 19-S

Las autoridades celebran que más de 98 por ciento de los alumnos regresaron a sus escuelas, pero la dinámica diaria de 18 mil más sigue trastocada a a un año del sismo.

La Escuela Francisco González Bocanegra, en la colonia Guerrero, resultó gravemente afectada durante el sismo del 19 de septiembre. (Especial)
Las autoridades prometieron que la rehabilitación completa de la escuela Francisco González Bocanegra quedará terminada el 30 de noviembre. (Especial)
Luego de casi un año, las condiciones en las que los niños eran obligados a estudiar no cambiaban, así que los padres exigieron respuestas. (Especial)
Los padres de familia improvisaron los salones dentro del auditorio y utilizaron lonas y cobijas para dividir el espacio. (Especial)
Y la protesta funcionó: ahora por lo menos tienen mobibliario en buen estado, muros de tablaroca y baños/Especial.
Olinka Valdez Morales
Ciudad de México /

A un año del sismo del 19 de septiembre, 18 mil alumnos de 45 escuelas de nivel básico en la Ciudad de México no han podido regresar a sus aulas y se ven forzados a tomar clases en salones provisionales. 

Es el caso de la Escuela Primaria "Francisco González Bocanegra", en la colonia Guerrero, cuyo edificio fue uno de los 2 mil 800 planteles educativos que resultaron con algún tipo de daño en la Ciudad de México tras el sismo de magnitud 7.1 que dejó 228 personas muertas tan sólo en la capital del país. 

Hace 11 meses y dos días, Brianda, de 9 años, dejó su vieja escuela. Ahora tiene un pupitre en las carpas improvisadas en el auditorio de la Escuela Secundaria "Josefa Ortiz de Domínguez", frente a Garibaldi, en Eje Central. 

Sin embargo, no deja de extrañar la otra escuela: quedaba más cerca de su casa, tenía patio para jugar y sobre todo, baños. 

Estudia el cuarto grado de primaria y le ha sido difícil adaptarse, pues durante el recreo no puede utilizar los baños que la secundaria puso a disposición de los estudiantes de primaria porque el horario coincide con el descanso de los adolescentes. 

Para que los niños puedan ir al baño, los padres se organizaron para formar brigadas que se turnan para cuidar que lo más grandes no molesten a los pequeños. 

“Imagínese. Ahorita ya nos dieron unos baños, pero no tienen agua. Ayer (el 12 de septiembre) nos trajeron unos baños. No los queremos abrir porque van a apestar. Antes no tenían lona los niños, luego todo el tiempo están bajo el sol, comen ahí en el suelo. Allá salían a las 4 y sí tenían comida, aunque comían en sus propias butacas. Apenas ahorita nos van a poner comedor porque les pedimos, que no querían, verdad, pero pues ahora sí vieron que no ponemos bien rudas”, dijo Brianda Blanco Rojas, madre de la niña. 

La pequeña enfermó. Su madre dice que es “mal de orín”, pero los médicos le diagnosticaron una infección en las vías urinarias ocasionada por los largos períodos de espera para poder ir al sanitario.

La infección tuvo a Brianda en cama con intensos dolores durante el día y deberá seguir con antibióticos por dos semanas más. 

El 6 de septiembre los padres cerraron Eje Central para protestar por las condiciones en la que permanecían los niños que, literalmente, estudiaban en un mercado improvisado en el auditorio escolar que los maestros y padres de familia intentaron dividir con mantas y lonas en un vano intento por dar privacidad a cada grupo. 

El esfuerzo resultó imposible: si el maestro de un grupo tenía que alzar la voz para captar la atención de los muchachos, el profesor de la carpa de al lado gritaba más fuerte para conseguir que sus alumnos siquiera lo miraran. 

Los niños sentados en las últimas butacas ni siquiera alcanzaban a escuchar y otros, como Brianda, optaron por taparse los oídos cuando cayeron en cuenta que gritar era un esfuerzo inútil porque ya nadie podía oír. 

Hartos de las quejas de los niños, de las butacas podridas y rotas que lograron salvar de la antigua escuela, pero sobre todo de que nadie les diera respuesta, los padres afectados decidieron cerrar la circulación. 

Sin embargo, de acuerdo con las autoridades educativas, los trabajos de reconstrucción en México avanzaron de manera meteórica, a diferencia de lo ocurrido en otros países. 

“En Chile les tembló en 2010. Es fecha que el día de hoy el presidente Piñeira ha dicho que no han concluido con las afectaciones y eso que fueron menores. A Chile la Universidad de Berkeley le entregó un reconocimiento porque en seis meses tuvo su plan de reconstrucción. Era impensable que en nuestro país nos tardáramos seis meses en planear y proyectar el plan de reconstrucción”, dijo Luis Fernando Domínguez Martín del Campo, director general del Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (Inifed).

Martín del Campo aseguró que 26 millones de alumnos que resultaron afectados, que representan 98 por ciento de la matrícula total, regresaron a sus planteles de origen. 

En la Ciudad de México, el Inifed es responsable de los trabajos de reconstrucción de los planteles afectados por los sismos del 7 y 19 de septiembre, en coordinación con los gobiernos federal y local, mientras que en los ocho estados afectados la responsabilidad corre a cargo de las autoridades educativas locales que tienen la obligación subir la información a la Plataforma México, puesta en marcha para crear una base de datos única sobre la reconstrucción. 

El mayor número de escuelas afectadas está en la delegación Iztapalapa, pero los inmuebles se distribuyen en el resto de las delegaciones, con excepción de Gustavo A. Madero. 

A finales de agosto, la cifra se ubicó en 52 edificios, pero el instituto actualizó el censo a 45, justo a seis días de cumplirse el primer aniversario del sismo. 

“La cifra se fue actualizando. Administramos una base de datos única y un censo validado por los estados. No quiere decir que de tener un censo definitivo varió, sino que siempre se fue actualizando y en esa disposición se fue informando a la comunidad escolar y se fueron actualizando. Los elementos han sido muy consistentes ya que prácticamente se tenía una base cerrada, lo que queríamos era confirmar y validar con los estados que ese número de planteles que tienen nombre y apellido fuera el censo definitivo de daños ocasionados por el fenómeno perturbador”, destacó. 

De acuerdo con el funcionario, las escuelas con menor daño y con graves afectaciones estarán completamente concluidas al cierre de 2018 y en el resto de las entidades afectadas al término del segundo trimestre del año entrante porque el presupuesto necesario está, dijo, garantizado y la alternancia en el gobierno no tendrá repercusiones. 

“Los estados reportan que el 100 por ciento de la matricula regresó a clases. Es por circunstancias fuera o extra sismo que no pudieron haber regresado a su plantel por cuestiones ajenas a la infraestructura, pero al igual que en la CdMx continúan en aulas provisionales”, aseguró. 

La presidenta de la Asociación de Padres de Familia de la escuela "Francisco González Bocanegra", Elvia Salazar, no piensa lo mismo.

Durante meses recorrió innumerables oficinas para conseguir todas las firmas que le pedían, dijo que los padres se cansaron de que nadie les hiciera caso y denunció que durante la protesta fueron amedrentados por los granaderos. 

La manifestación tuvo efecto y una semana después las autoridades educativas respondieron a algunas de las demandas que arrastraban desde que el sismo del 19 de septiembre impidió a 130 alumnos regresar,. Baños, lonas y falsas paredes para dividir los salones en el auditorio fue lo que obtuvieron.

“Los niños había veces que no querían venir a la escuela. Tenían un baño para niños, un baño para niñas. El baño para niñas estaba donde tienen la dirección y entraban las maestras, los alumnos. Cerramos porque, aparte, nos hacía falta una firma de la SEP para que pudiera el Inifed meter los documentos al INAH y el INAH pudiera venir a valorar la estructura. Como no nos daban respuesta, nduvimos con todas las autoridades, conocimos toda la estructura educativa y tuvimos muchas reuniones, pero los papás estaban muy molestos. Lo que no querían era esperar más tiempo, querían su escuela”, dijo. 

Las autoridades se comprometieron a entregar la escuela totalmente rehabilitada y a que los niños regresarán a sus actividades normales el 30 de noviembre, pero los padres se mantienen a la expectativa de que se cumpla.

Los niños ahora toman clases en aulas provisionales construidas con tablaroca y tienen mobiliario casi nuevo que los padres rescataron de la Escuela Primaria Italia, en la colonia Guerrero, que también resultó afectada por el sismo. 

“Estaban en el gimnasio de la Secundaria Técnica número 2, el mobiliario nos lo trajimos de la escuela y mucho se echó a perder. Lo dividimos con lonas y carpas que compramos los padres, unos por la Asociación de Padres de Familia”, comentó. 

Para Elvia Salazar es como si la escuela se hubiera hecho de retazos: “está armada una ciudad que aún no consigue olvidar y que se resiste a hacerlo”, reflexionó.


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