Con un segundo año de pandemia, fieles católicos vivieron un Domingo de Ramos diferente ya que se registró poca afluencia en los templos. Los creyentes prefirieron presenciar la eucaristía por las redes sociales, televisión o radio, además, las ventas de la tradicional palma bajaron hasta 50 por ciento.
Durante un recorrido realizado por MILENIO Puebla, se constató que los fieles católicos decidieron recibir la bendición de palmas desde sus hogares de manera virtual para evitar las aglomeraciones y contagios del covid-19.
En entrevista, Ricardo Ramírez, creyente católico, compartió que prefirió escuchar la misa desde su hogar en compañía de la familia y evitar los contagios; por ello, no acudió al templo y desde hace tres días compró su palma y la bendición fue a distancia.
“La palma la compramos el miércoles y decidimos no asistir a la iglesia y desde hace muchos meses que vemos la misa a través de la televisión para evitar aglomeraciones y contagios”, enfatizó el creyente.
Asimismo, artesanos de palmas reportaron bajas ventas, pues señalaron que este Domingo de Ramos pocos creyentes asistieron a los templos y desde su hogar han seguido la celebración, por ello las ventas no repuntaron.
En entrevista, Floriberta Arizpe, artesana de la Mixteca poblana, destacó que a su corta edad comenzó con la elaboración de los ramos de palmas en sus diferentes presentaciones, por lo que los precios van de los cinco pesos hasta los 25 pesos, son las coronas, pero el más vendido son las palmas.
Artesanos migran a otros estados para vender
Estados como Veracruz, Guerrero, Ciudad de México, entre otros, son recorridos por artesanos del municipio de Chapulco, los cuales buscan ventas en medio de esta pandemia que por segundo año consecutivo viven y que limita sus ventas.
Marina García, artesana dedicada a la elaboración de figuras de esta temporada de Semana Santa, dijo que a pesar de las dificultades que han tenido, se mantiene con esta tradición heredada y aún cuando sabe que exponen su salud, ha salido de sus hogares para vender y tener un leve respiro en su débil economía.
Comentó que se preparan desde cuatro meses atrás cuando comienzan a trabajar las figuras de cristos, copones, entre otras figuras que son decoradas con imágenes, brillantina y que tiñen con colores atractivos.
Estos trabajos que hacen de forma manual son llevados a la capital del estado, así como a distintas ciudades de los estados de Guerrero, Veracruz, Ciudad de México, entre otros lugares a donde llevan estos trabajos que tienen demanda entre la gente que sigue con esta tradición de la iglesia católica.
Marina García dijo que en este y el año pasado, las ventas han sido bajas; en el 2020, fueron de apenas un 10 por ciento, en este 2021, han mejorado un poco, porque no asiste la misma cantidad de gente a los templos como en otros años.
AFM