En medio del bosque de la Sierra Norte, a los pies de los cerros de neblina y rodeada del río Hueyapan, se encuentra la finca La Concordia Berry Fest, la cual está dedicada desde hace 20 años al cultivo de blueberry o arándanos azules, pero en las últimas fechas, también al ecoturismo.
Este agroparque, el más importante en México en la producción de este fruto, destaca por la comercialización y exportación de este cultivo a los Estados Unidos y Canadá. Se localiza a siete kilómetros del centro del municipio de Zacatlán, aproximadamente unos 15 minutos en automóvil.
En estos días, La Concordia abre sus puertas a todo público, pues está de celebración; se trata de la segunda edición del Berries Club Fest 2022, la Fiesta de la Cosecha.
Durante 13 fines de semana, hasta el 28 de agosto próximo, los visitantes puedan realizar recorridos, recolectar moras, degustar y participar en diversos talleres.
Guillermina Cano Cruz, responsable del Área de Experiencias de la citada finca, contó que la historia de este proyecto inició en 1977, cuando el alemán Norman Carson trajo desde su país la primera planta de blueberry a Zacatlán y al conocer la finca, quedó maravillado y decidió que era el sitio ideal para producir esta mora, por lo que incluso se quedó a vivir en el ahora Pueblo Mágico.
Señaló que los propietarios del predio aceptaron y acordaron repartir estas plantas en toda la zona antes que dedicarse a su cultivo y producción solo para sí: “La finca recibe el nombre de La Concordia porque fueron las únicas personas que se encargaron en distribuirla”, refirió.
Con el paso del tiempo se enfocaron a producir blueberry, por lo que en 2009 se convirtieron en los primeros en toda la Sierra Norte de Puebla en recibir el certificado de cosechas orgánicas en su totalidad: “Actualmente, somos los mayores productores aquí en Puebla, con 88 toneladas que se exportan a Estados Unidos y Canadá”, presumió.
Agroparque y hospejade
Guillermina informó que el predio está conformado por 42 hectáreas, de las cuales 33 están destinadas para la reproducción de blueberry. De estas, dos son para el corte por parte de los visitantes: El Consuelo y La Masía, mismas que atraviesan el río Hueyapan. Después, nació Berry´s Club, que se diversificó y ahora ofrece hospedaje en sus instalaciones.
Actualmente, La Concordia cuenta con el hostal “La Masía” y el hotel boutique inclusivo “Frutos del Bosque”, ambos adaptados para albergar a personas con alguna discapacidad. “En este caso con alguna dificultad de traslado (…) pues todas las áreas y habitaciones tienen rampas”, mencionó Guillermina.
Construidos en piedra y a dos aguas, estos alojamientos disponen de habitaciones y suites de estilo rústico contemporáneo, decorados con madera y cuadros de moras azules. Están equipadas con chimenea, aire acondicionado, smart TV y agua caliente.La propiedad también tiene un área de camping, la cual está rodeada de árboles y cerca del río. El sitio es seguro pues existe personal de vigilancia.
“La Concordia Berry Fest puede albergar hasta 400 personas y hospedar hasta 20 por noche. En promedio captamos a unas 80 personas cada fin de semana”, dio a conocer la responsable de Área de Experiencias.Resaltó que además de inclusivo, este es un proyecto sustentable que orienta a los visitantes a una convivencia responsable con la naturaleza.
Actividades recreativas
Respecto a su atractivo de temporada, que consiste en participar de la recolección de arándanos azules, Guillermina Cano indicó que este fruto es un tipo de baya en forma esférica de uno o dos centímetros, la cual tiene muchas propiedades: “Es un fruto rico en fibra, astringente, diurético y, además, posee vitamina C y vitamina K. Es un antioxidante natural y también ayuda a mantener en condiciones óptimas el funcionamiento del cerebro y la vista”, agregó.
En cuanto a la pisca, dijo que los visitantes reciben capacitación sobre la forma correcta de hacer el corte: “Hay una forma específica, agarramos nuestra berry, que debe de tener un color morado a azul, debe ser más azul que morado, muy oscura, van a verle una capa blanca, que es la que la protege. Si alguna berry está dañada no pasa a calidad, no pasa a exportación. La sujetamos, giramos, jalando y colocándolo directamente al recipiente para comercializar”, instruyó.
Añadió que mientras menos se toque al arándano azul, es mejor; “no tocamos la fruta, es un pequeño corte, antes de que la persona haga el corte debe de tener su protocolo de limpieza”.Refirió que los frutos para exportación deben de cubrir ciertas características: mínimo tener de 12 a 16 milímetros de radio. “Las que no cuenten con esas características pasan a proceso, donde sacamos los productos derivados de la berry, en este caso mermeladas, vinos, licores y aderezos”.
Expresó que lo correcto es dejar a la planta a una altura de metro y medio porque “el corte es más fácil, los nutrientes se quedan en la planta y en el fruto. Una vez que se hizo la poda, ocho meses atrás, se procede a la temporada de cosecha, que es de junio a agosto”.
Confesó que aquellos frutos que no fueron cortados pasan a ser semillas: “Caen y son las nuevas plantas. Esa sería una forma de reproducirlas, otra sería que después de la temporada sacamos nuevos esquejes (un fragmento de tallo con yemas que se separa del arbusto y se introduce en tierra o maceta para que arraigue y forme una nueva planta)”.
Reiteró que la temporada de cosecha inicia en junio y finaliza en agosto, “sin embargo, desde ocho meses atrás se prepara la tierra. Se hace una poda, se abonan las plantas, no se ocupa ningún fertilizante ni químicos”. Para este proceso se emplea humus, una composta a base de lombrices, que se encarga de regenerar la tierra.
Otro de los atractivos de este sitio es el venadario, donde viven dos venados hembras, un macho y un cervatillo, el cual nació durante el eclipse lunar que se vivió durante el 15 y 16 de mayo pasado.Los ejemplares fueron donaciones y para su mejor cuidado y reproducción, se realizan intercambios a préstamo con otras granjas.Además, el sitio cuenta con un circuito ecuestre, donde la gente puede interactuar con los caballos Gala y Shiballa.
A un costado de esa área existe un espacio donde los artistas de la compañía PetrixZolaida presentan dinámicas para entretener a los visitantes; a la par, se ofrecen conferencias sobre cultivo y cultura, o se presentan danzas, “pero todo con un enfoque incluyente”.En otra zona se presentan los Voladores de Totonacapan, quienes han preservado esta danza ritual totonaca.
Expansión del proyecto
Por otra parte, Guillermina adelantó que dentro de su proyecto de expansión está la reproducción de orquídeas y bromelias, para ello se construyó un invernadero, el cual está diseñado para albergar hasta mil plantas de cada especie.
“La gente compra para ya no reproducirlas, quitándole el alimento a muchas aves (…) Queremos fomentar el no comprarlas para no dañar el ecosistema”.Detalló que los productores se encuentran en la fase de cómo germinarlas, “cómo reproducirlas en el sustrato, porque como son plantas epífitas (que germinan y crecen sobre otras plantas), plantas trepadoras, su manejo es diferente a una planta común”.
Dentro de su misión del cuidado y preservación del medio ambiente, se creó un espacio donde se encuentran tres árboles a los que les otorgaron el título de monumentos de la naturaleza: “Ellos van a ser los encargados de distribuir la energía a los árboles alrededor y lo que tratamos es, obviamente, concientizar porque dentro de este bosque vamos a encontrar árboles, murciélagos, catarinas, lagartijas, y es aquí donde presentamos la obra de Petrix Zolaida”.
Otra de las actividades que ofrecen es el senderismo por el bosque, por lo que se diseñaron veredas con pocos ascensos y descensos, con el propósito de incluir a más personas. Cabe señalar que uno de sus recorridos cubre el Sendero de los Helechos Arborescentes, donde a los visitantes les dan una amplia explicación de estas plantas milenarias: “Datan de cientos de millones de años y son anteriores a los dinosaurios (…) los helechos no se reproducen por medio de flores, frutos o conos, sino por esporas más primitivas”.
Guillermina subrayó que en el recorrido los visitantes conocen sobre las clases de hongos que existen: “Les vamos a explicar lo que es un hongo comestible, un alucinógeno y un tóxico, así como su manejo (…) les explicamos que una de las funciones de estos ejemplares es limpiar al suelo de los metales pesados, de ahí la importancia de cuidarlos”, finalizó.
AFM