En total serán 22 piezas que forman parte de la exposición #ConexiónGráfica “Reflejo de lo que Somos”, que se presentará este martes 18 de junio en el Museo de la Estampa, ubicado frente a la Alameda Cuauhtémoc de Toluca.
Las obras, producto del trabajo de nueve estudiantes y dos profesores del programa BIDIMENSION, de las áreas de pintura y gráfica, de segundo semestre de la Escuela de Bellas Artes de Toluca (EBAT), forman parte del cierre de actividades semestrales.
“Durante el semestre los jóvenes llevaron a cabo su taller de investigación junto con el de producción de obras, lo que dio como resultado una carpeta gráfica, la cual reúne el trabajo de todos, donde cada pieza responde a una temática en específico y un formato”, refiere Israel García Enguilo, responsable del taller y uno de los dos profesores a cargo de la exposición.
La carpeta se convertirá en un objeto coleccionable porque todos contribuyeron con el mismo número de estampas que fueron hechas con técnicas de relieve en madera y linóleo. En la reproducción múltiple, que en este caso es la gráfica, hay técnicas de relieve, hueco, planografía, estampado y en algunos casos digitales.
“En el relieve se dibuja sobre una placa o matriz, que en este caso es madera o linóleo, para luego con el uso de gubias obtener un encaje, que posteriormente se entintará para pasar, con un papel, por el tórculo o la prensa calcográfica, la cual genera presión y permite obtener una reproducción múltiple de una imagen”, explicó.
Para el entintado, que en el caso de las obras fue de aceite, aunque también existe de agua, se pone una pequeña cantidad en la placa y se esparce con el rodillo para que la tinta no sea muy gruesa o se sature mucho. “Tomamos una ligera capa y la pasamos por toda la placa para que quede bien entintada y pueda transferirse al papel”.
Previamente se saca un registro con papel y la medida de la placa para que quede bien centrada, pasa a través del tórculo o prensa calcográfica para recoger la impresora. “Es un proceso que se firma de acuerdo con la intención de la impresión, que pueden ser pruebas de autor, de taller o edición, en las que las piezas van foliadas, llevan el título y la firma del autor”.
Reproducción múltiple
A diferencia de la pintura y la escultura, donde se crean piezas únicas, en la reproducción múltiple puede obtenerse un tiraje de las obras de artes. En este caso fueron 16 piezas por imagen, las cuales técnicamente se complejizaron con el uso de color y la creación dos placas o matrices.
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“Cada imagen responde a los intereses, el imaginario de cada alumno. En el relieve cuando se mezcla una placa negra con una de color se obtiene el camafeo, cuando hay más de una placa de color se convierte en una policromía, y cuando solo hay una placa se denomina placa pérdida, es decir, se empieza por imprimir el color más claro, se limpia, y se imprime el siguiente color”, detalla el también docente egresado de la EBAT.
Lo interesante de la propuesta es la resolución del trabajo, que es muy pesado, la organización de los estudiantes en el salón de clases para mantener la limpieza, la factura de las piezas y la gestión para la exposición. “Aquí se dio una organización horizontal de trabajo, todos tuvimos el mismo voto y una comisión determinada para hacer el catálogo, gestionar el uso del museo, el registro y el enmarcado de las obras”.
A partir de este año los jóvenes determinan el camino a seguir en su formación académica, ya sea escultura, tetradimensional o bidimensional (pintura y gráfica). Algunas de las piezas que se presentarán fueron hechas para el Encuentro de las Escuelas de Bellas Artes del 7 y 10 de junio en Texcoco, por lo que el área bidimensional ha tenido un trabajo constante de los alumnos.
Si bien cada fin de cursos los alumnos tienen la oportunidad de presentar sus trabajos en la escuela, en esta ocasión la intención es que estén en un campo más formal, por ello cuentan con el respaldo de la Secretaría de Cultura y Turismo y podrán usar el Museo de la Estampa, ubicado en Plutarco González 305 en el Barrio de la Merced.
¿Cómo surgen las obras?
En total, la exposición tiene 22 imágenes de 11 personas que, por sus características e intereses, difícilmente podrían unificar un temario, de ahí que lo más viable fue tener una palabra satélite, la cual definió el tema de investigación según los intereses y realidades de cada uno.
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“La carpeta es un ejercicio de autorretrato de los alumnos, representa sus intereses y sus imaginarios particulares, por eso era difícil definir un solo tema”, explica el docente Jesús Alonso Bastida Gómez, por ejemplo, tardó dos meses desde la concepción de la idea hasta la creación del boceto, la compra de materiales, el grabado de las placas y la impresión.
“Iniciamos con las palabras satélite que al final representan el ser de cada uno, en mi caso, la palabra fue 'identidad', por ello mis obras muestran a una persona tratando de alcanzar algo y una sociedad a su alrededor, la identidad permite la construcción social y el individuo es lo que es por quienes lo rodean, abrazan y ayudan a alcanzar sus metas”, refirió.
Por su parte, Lara Abril Martínez Martínez retoma a las quimeras y las máscaras como un ente que le permite trasmitir la cultura mexicana, en su caso mazahua, y conforme pasa el tiempo abstrae vivencias, tradiciones y costumbres. “Todo eso se unifica con mis personajes, que hablan por sí mismo para representar esencia de lo mexicano”.
Para Abril Ramón Álvarez la experiencia en el aula fue muy amistosa y les permitió generar conexiones y mejorar su comunicación para trabajar con limpieza desde el diseño hasta la impresión, donde la organización fue indispensable. “En la gráfica encontramos cómo hacer crecer nuestro proyecto”.
Inversión necesaria
Cada uno de los relieves fueron hechos en papel 100 por ciento algodón, papel guarro súper alfa, muy fino y exportado de España. De trabajar con un papel muy industrializado el soporte podría sufrir de hongos o polillas al grado de perder la imagen.
Cada pieza tuvo un costo mínimo de 500 pesos, por lo que la carpeta de 22 piezas costó alrededor de 11 mil pesos en un mercado no de colección sino en uno donde los jóvenes pueden alcanzar la posibilidad de impulsar el consumo del arte. “Bajo la lógica de la reproducción múltiple, una pintura puede venderse en 5 mil pesos, pero 10 grabados pueden venderse en 500 pesos, más o menos equilibrio del costo-producción.
“Para la exposición nos dividimos tanto el costo como el trabajo, lo que denominó colectivizar la práctica, pues en la escuela nadie puede hacer algo solo, es decir, desde tener las manos sucias entintando a tener las manos limpias para colocar la placa en la prensa”, indica Israel García.
PNMO