Cristina Tovar Melgarejo es diseñadora gráfica y hace cuatro años y medio empezó con un emprendimiento “Nívrika. Ilustración y diseño”, en el que hace accesorios a mano, un proyecto cuya intención es dar a conocer sus ilustraciones, enfocadas en el estilo gótico alternativo con toques muy personales, como el uso de colores neón, por ejemplo, que son los que más le gustan.
“A pesar de que se trata de temática gótica-oscura, trato de ponerles mi estilo y les pongo colores, que se vean vivas a pesar de que es un estilo oscuro, por eso se enfoca más a lo alternativo”, comenta con evidente emoción.
Sus productos llaman la atención, por supuesto, la cultura gótica siempre resulta atractiva y hay mercado, prueba de ello es que aun cuando al principio le costó trabajo, actualmente cuenta con bastantes clientes y le ha ido muy bien.
La mayor parte de los productos que ofrece a la clientela son diseñados, ilustrados y elaborados por ella, a excepción de los anillos de metal y otros artículos del mismo material. Lo demás es producto artesanal elaborado con acrílico, sus ilustraciones y resinas; todo el proceso, desde el bocetaje hasta la pieza final, son su responsabilidad.
Para algunos de sus artículos ha requerido usar moldes que ella no elabora, pero que consigue con otros emprendedores mexicanos para impulsar el consumo local. Lo que más disfruta es la ilustración y después el proceso artesanal, aunque la realidad es que “con cada diseño yo siento que pongo un poquito de mí, pongo un poquito de mi esencia”.
La comunidad gótica es pequeña y por ello es más fácil que le ubiquen: “de hecho mis clientes me buscan, me recomiendan, cada que se encuentran conmigo hasta se emocionan, la verdad es que ha sido un proceso bonito”.
Decisiones
Emprender le ha resultado difícil, dice, porque es un camino complicado: “al principio casi no vendía, me costó mucho trabajo empezar a vender mi producto por el estilo, porque a la gente se le hacía caro y, además, desgraciadamente todavía existe mucho el regateo y no hay mucha valoración todavía de lo artesanal, de lo creativo y demás; a la gente todavía se le hace caro”.
Por fortuna y con el pasar de los años, agrega, esto se ha reforzado, “la gente ha aprendido a valorar mi proceso creativo y desarrollado también un speech con el que también convenzo a mis clientes y atraigo a otros para que conozcan mi producto. Les empiezo a explicar el proceso creativo y eso también ha hecho que mis clientes se enganchen con mis cosas”.
Al principio, por ejemplo, los pines fueron los que más trabajo le costó vender porque la gente estaba acostumbrada solo a los de metal que son mucho más baratos y fáciles de conseguir, pero los suyos son artesanales y por ello el precio es más elevado. Cuando les empezó a explicar todo el proceso manual fue cuando empezó a llamar la atención de la clientela de Nívrika, como se le puede encontrar en redes sociales.
“Me encanta conocer gente nueva, me encanta cuando la gente ve mis productos y se emociona con mis creaciones y mis diseños; de hecho solo de comentarlo se me corta la voz, me emociona mucho.
Me gusta moverme en los bazares porque conozco emprendedores, conozco lo que hacen, la gente nueva me va también conociendo y es muy satisfactorio porque a mí me motiva; cuando a la gente le gustan ms ilustraciones y les digo ‘estos diseños son de mi autoría’ se sorprenden y a mí eso me llena mucho”.
Imperdible mensaje
Para quienes desean emprender, Cristina tiene un gran consejo que darles: “no se den por vencidos, aquí resiste el que lucha. Yo siempre le digo a mi comunidad que somos guerreros, todo lo que te propongas lo puedes lograr y la clave está en creer en ti mismo y eso fue algo que a mí me costó mucho trabajo entender y ahora que lo comprendo he crecido mucho y ha sido a través de persistencia. Todos tenemos altas y bajas y al principio va a ser difícil, pero si tú crees en ti y tienes un sueño, tienes que luchar por él hasta conseguirlo porque se puede y yo lo he comprobado”.