Con el reto de lograr una instancia más profesional y capacitada, y de mantener un escrutinio permanente sobre el organismo, David Gómez Álvarez asumirá este martes la presidencia del Consejo de Participación Social (CPS) de Jalisco, cargo que tendrá por un año antes de terminar su periodo de un lustro dentro de este consejo.
Gómez Álvarez, especialista en política y gestión pública, académico, analista y director ejecutivo de Transversal ThinkTank, es un hombre clave en los temas públicos de Jalisco. No exento de polémica, el también profesor universitario habló con MILENIO sobre su trabajo, sus retos, y lo que el ciudadano debe esperar del Comité de Participación Social en los próximos doce meses.
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La mayoría de los sistemas anticorrupción del país están en crisis, ya sea porque los han capturado, desaparecido o simplemente marginado, ¿el sistema en Jalisco también está en crisis?
Por el contrario. El sistema estatal anticorrupción de Jalisco no solo no está en crisis, sino que considero que está en vías de consolidación. A diferencia de la inmensa mayoría de esta dos del país que no está completo el sistema o que no termina de integrarse en su totalidad, Jalisco funciona. Claro, falta mucho por avanzar. Hay retos pendientes que debemos afrontar no solo como sistema, sino como sociedad. Pero en definitiva el sistema en Jalisco no está en crisis, a pesar de ciertos momentos de mucha adversidad que pudieron haber derivado en una crisis institucional. Por fortuna resistió el CPS.
Se ha criticado que el Comité de Participación Social ha sido capturado por el gobierno por medio de la designación de sus integrantes que hace la Comisión de Selección, ¿Está capturado el CPS?
No diría que hay una captura como tal, sino una cierta pérdida del espíritu ciudadano que dio origen a los comités de participación ciudadana del país. En un inicio se designaron perfiles ciudadanos provenientes de la academia o de las organizaciones de la sociedad civil; ahora se ha privilegiado el nombramiento de funcionarios públicos. Creo que el reto está en cómo mantener el mandato de la representación ciudadana en una instancia cada vez más profesionalizada. Creo que el riesgo es que se burocraticen están instancias, no tanto que se profesionalicen. Algo parecido le sucedió a los organismos electorales que pasaron de la ciudadanización a la profesionalización y, en el caso del INE, por ejemplo, ahora a su captura. El riesgo es para todos los organismos autónomos, para todos los contrapesos del país.
Se dice que ganan demasiado los integrantes del Comité de Participación Social, más de cien mil pesos mensuales. ¿Qué dirías de su sueldo como integrante del CPS?
Todo es relativo, pero ciertamente ganamos bien. Pero a ver, creo que caben varias precisiones al respecto. Primero, no recibimos más de cien mil pesos mensuales, excepto en el caso de un integrante por su régimen fiscal. Desde su creación hace seis años, los integrantes del CPS reciben 93 mil pesos, de los cuales después de pagar impuestos quedan 70 mil pesos netos. Segundo, no es un salario sino un pago por servicios, pues no tenemos derechos laborales ni prestaciones de ningún tipo como aguinaldo. Tercero, el pago lo determinó el Comité Técnico de Valoración Salarial, no el propio CPS. En ese sentido, es un pago alto pero regulado y referido.
También se dice que no hay resultados del CPS ni del sistema estatal anticorrupción en su conjunto, ¿qué logros podrían mostrarse?
Sin exagerar, creo que el CPS es una de las instancias más observadas. Desde su creación, por las excesivas expectativas que generó, pero después, por lo incómodo que le resultó al poder político que derivó en un conflicto, lo cierto es que el CPS ha estado bajo escrutinio permanente. Siempre he dicho que el CPS es como el cohetero de pueblo: le chiflan porque truenan o porque no truenan los cuetes. A ver. Sobre la falta de resultados: todo está en un informe anual de actividades por demás completo que es público. Yo creo que lo que hace falta no son más actividades, pues el sistema está sobre cargado de actividades, sino un mayor impacto de esas actividades. Creo que la pregunta de fondo que nos tenemos que hacer, dentro y fuera del sistema anticorrupción, es cómo incidir más efectivamente en el control de la corrupción. Cómo actuar más estratégicamente para incidir en los llamados casos emblemáticos de presuntos hechos de corrupción. Ahí habría que darle un mayor seguimiento para detonar los engranajes institucionales para que funcionen como un sistema más integrado.
Hace unos años tuvo un enfrentamiento con el gobernador Enrique Alfaro, ¿cómo está relación con el jefe del ejecutivo ahora que serás presidente del sistema anticorrupción?
El enfrentamiento no fue con Alfaro, sino con un diputado. Claro, cuando escaló el conflicto el diálogo se interrumpió con el gobernador, con quien no hablo desde hace más de tres años. Yo espero que ahora que sea presidente del sistema podamos retomar el diálogo de forma institucional, respetuosa, en beneficio de la agenda anticorrupción. Aunque siempre he mantenido el diálogo con integrantes de su gabinete. Como presidente del CPS siempre estaré dispuesto a dialogar con cualquier actor, así que para mí el enfrentamiento es un asunto archivado. Espero ver a Alfaro pronto, sobre todo ahora que ya entregó la estafeta y está concentrado en el gobierno del estado.
En su momento algunos apostaron a que no sería designado en el CPS y, tras el conflicto con el gobierno, mucho menos que llegarías a la presidencia del sistema anticorrupción, ¿qué diría de este difícil paso ahora que serás presidente?
Esto ha sido una carrera de obstáculos. Aún no he llegado a la meta, pues me falta el tramo más importante que es el de la presidencia. Espero terminar esta difícil prueba habiendo rendido cuentas y habiendo dado buenos resultados. Es una carrera de fondo, más que una carrera de velocidad. Y como dice un refrán africano que me fascina, si quieres llegar pronto ve solo, pero si quieres llegar lejos ve acompañado. Espero liderar un sistema, que lo entiendo como un equipo, que lleve lejos la agenda anticorrupción. Espero estar a la altura de las circunstancias y expectativas no solo del comité de participación, sino también del comité coordinador. Para mí es un honor tener la oportunidad de presidir el mejor sistema del país.
Es un personaje hiperactivo al que algunos señalan de protagónico, ¿piensa continuar con su activismo o bajarás el perfil ahora que asumas la presidencia?
Todos somos protagonistas de alguna manera u otra cuando participamos en la vida pública. Creo que a algunos les molesta el protagonismo, que yo prefiero llamar liderazgo, cuando es crítico, o cuando no rinde pleitesía al poder o cuando de plano provoca envidias en quienes lo perdieron o nunca lo alcanzaron. Es normal que el protagonismo genere cierto antagonismo. La vida pública es así. “Algunos integrantes de la entonces comisión de selección que me designó me contaron que, entre otras razones, me eligieron para subirle el perfil del CPS. Más allá de sus razones, yo estoy convencido de que los contrapesos deben tener un alto perfil para no ser eclipsados por el poder.
Asume la presidencia en un año electoral, ¿cómo actuará el CPS durante las campañas políticas?
Nuestra idea es entrarle de lleno al proceso electoral para comprometer a candidatos y partidos con una agenda pro integridad que haga de Jalisco un referente nacional. Hay condiciones para ser un estado ejemplar. Ya existe un acuerdo con las autoridades electoral y de transparencia del estado para crear un mecanismo único en el país donde los candidatos presenten una serie de declaraciones e información que permitan al electoral conocer mejor las opciones de la boleta. Creo que puede ser un ejercicio interinstitucional que nos permita conjugar lo mejor de las tres instituciones, el IEPC, el ITEI y el CPS junto con Transparencia Mexicana.
MC