En uno de los tantos pasillos enrejados del Cereso Norte 1, antes conocido como penal de Apodaca, Miguel y Alberto, hoy en día ya limpios, hablaron para la plataforma MILENIO-Multimedios sobre su adicción a las drogas.
“Como 3 años yo creo consumí la mariguana, creo que por curiosidad y luego te va llevando, te va arrastrando la adicción. Así fue, llegué hasta ese punto (de necesitarla a diario)”, relató Miguel, un ex servidor público que enfrenta 29 años de condena.
“(Era adicto) a la cocaína. (Empecé) juntándome con malas compañías más que nada. Me fui haciendo adicto, dependiendo más de la droga, empecé como a eso de los 15 o 16 años”, recordó Alberto, a quien le queda menos de un año para salir en libertad.
Miguel y Alberto ingresaron hace 10 años, uno con sentencia por secuestro y otro por equiparable al robo y posesión de armas.
“Lo que hemos encontrado es que cerca del 93.6 por ciento de las personas que llegan a los centros penitenciarios de Nuevo León, traen antecedentes de consumo de drogas”, refirió Fernando Bravo, titular de los Programas de Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad Pública; ante esta situación, desde hace unos meses se construye al interior del Cereso Norte 1 la clínica de desintoxicación. Se estima que inicie operaciones en junio, con capacidad instalada para 110 internos que recibirán atención médica, psiquiátrica y psicológica.
Un análisis de esta área de la Secretaría de Seguridad Pública arrojó que la adicción de los internos son principalmente a 3 drogas: metanfetaminas, mariguana y cocaína.
Actualmente, en este penal se atienden a 700 personas por una adicción, y en todo el sistema penitenciario la cifra llega a 2 mil.
“En este primer momento estamos trabajando con voluntarios, personas que voluntariamente deciden participar del programa, también tenemos otros programas que ayudan, tenemos Alcohólicos Anónimos, tenemos Narcóticos Anónimos”, apuntó el funcionario.
Ingresos ilegales
Unos cartelones con el rostro de todos aquellos que han intentado meter droga o celulares al Cereso Norte 1 reciben a los 800 familiares que en promedio entran al día a este lugar.
Mujeres y niños en su mayoría son advertidos de esta forma de las consecuencias que la acción representa, y a pesar de ello, muchos deciden arriesgarse para calmar la adicción de su familiar.
“Es frecuente, si hay una frecuencia. Si no es droga, son celulares. Si han querido tratar de vulnerar la seguridad.
“Hemos tenido en este punto (área de rayos X), desde el año 2022, 51 decomisos, y en lo que va de este año son 7 (decomisos) los que se han dado en este punto”, reveló Francisco Calderón, subdirector del Cereso Norte 1.
De acuerdo al Código Penal Federal, en los artículos 193 al 196, introducir sustancias prohibidas a un reclusorio se sanciona de 20 a 25 años de prisión.
- Te recomendamos “Los penales eran cogobernados por criminales” Comunidad