Pandemia provocará que haya más niños en la calle

Ante el desempleo, muchos padres sumarán a sus hijos al trabajo en este espacio público.

En Latinoamérica el número de pobres podría aumentar entre ocho y doce millones; dos de estos corresponderían a mexicanos. (Nacho Reyes)
Guadalajara /

Ante el incremento de la pobreza que se espera a raíz de la pandemia de coronavirus es posible un aumento en la población de niños y niñas de la calle en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), ya que muchos padres y madres, ante el desempleo, como estrategia de sobrevivencia sumarían a sus hijos e hijas al trabajo en calle, afirmó Ricardo Fletes Corona, académico de la División de Estudios Políticos y Sociales, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en Latinoamérica la población de pobres, por la pandemia, podría incrementar en ocho millones y hasta 12, dijo el investigador, y calcula que México podría contribuir en ese crecimiento con dos o tres millones.

Fletes Corona distingue entre lo que es un niño o niña de la calle, y en la calle; en el primer caso, ha roto los lazos de comunicación o de convivencia permanentes con la familia, y vive y sobrevive en la calle, tiene un grupo de amigos, habita en una casa abandonada, en un hotel barato o espacio público en el que se pueda resguardar.

El niño o niña en la calle, en cambio, es aquel que realiza actividades en la vía pública por unas horas del día, algunos días a la semana, pero regresa al núcleo familiar cotidianamente. El contacto del niño o niña con la calle es el primer paso que podría detonar la salida permanente de su casa, y del núcleo familiar, y va a pasar a formar parte del mundo de la calle.

La situación no es fácil ante la migración del campo a la ciudad que se está registrando en el AMG; se trata de personas que han sido expulsadas de las zonas rurales por la sequía y la pandemia, y son estos núcleos generadores de población de la calle, que abarca a personas de distintas edades, incluso a adultos mayores.

Fletes Corona destacó que en el caso de la población indígena, a diferencia de los mestizos, tiene fuertes lazos de cohesión familiar, y es más difícil que un menor indígena rompa con el núcleo familiar. “Sí los hay, pero son muy pocos”, subrayó.

Describió que detrás de los niños y niñas de la calle está la pobreza económica y social; este último caso incluye a aquellas personas con poco capital social. Es decir, escasas relaciones con personas, amigos y parientes, que les permitirían solventar de mejor manera las situaciones difíciles; además de tener poco contacto con instituciones como iglesias, universidades, centros de atención como el DIF u organizaciones de la sociedad civil.

El investigador indicó que “si antes de la pandemia se había logrado una reducción del trabajo infantil, y la población de calle estaba incrementando de manera leve, ahora el covid-19 nos dejó al desnudo, ya que muchos de los apoyos sociales son insuficientes ante un número mayor de personas que requieren estos”.

Externó que “cada niña o niño de la calle evidencia una falla en los mecanismos de atención a esta población. No son suficientes, no lo eran antes de la pandemia. Conozco los programas del DIF o a asociaciones civiles que trabajan con niños y niñas de la calle, y siempre han tenido restricciones en los recursos económicos y humanos”.

“Llama la atención que el personal de programas de atención a la infancia, del DIF, no ha incrementado. Este año debieron de haber aumentado la cantidad de profesionales, promotores infantiles comunitarios de ambos sexos, además de las y los educadores que atienden a la población que sale a la calle”, denunció Fletes Corona.

Hay una falta de visión de derechos humanos sobre esta población en y de la calle, ya que los padres y madres de estos menores deberían de ser apoyados para cumplir de mejor manera su función de criar a los niños y niñas. Estos menores tienen derecho a que todas sus necesidades educativas, de diversión y recreación sean cubiertas de manera plena, satisfactoria y con calidad, dijo.

CLAVES

Niño de la calle

Éste ha roto los lazos de comunicación o de convivencia permanentes con la familia, y vive y sobrevive en la calle, tiene un grupo de amigos, habita en una casa abandonada, en un hotel barato o espacio público en el que se pueda resguardar 

Niño en la calle 

Es aquel que realiza actividades en la vía pública por unas horas del día, algunos días a la semana, pero regresa al núcleo familiar cotidianamente.

Falta apoyo 

Los padres y madres de estos menores deberían de ser apoyados para cumplir de mejor manera su función de criar a los niños y niñas.

MC

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