Lo que era un lugar emblemático para alzar las copas y decir salud por el gusto de vivir, se ha convertido en un espacio apagado y con uno que otro cliente que asiste a darse un relax, se trata del Bar Gil que al igual que muchos bares y cantinas de Jalisco han visto pérdidas considerables debido a la pandemia de coronavirus.
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"Los clientes frecuentes son los que vienen en la noche, jóvenes y señoritas y más o menos es donde nos defendemos porque ahorita en la mañana está muy tranquilo", detalló Rodrigo Robles, gerente del bar
El bar Gil localizado en la calle Prisciliano Sánchez, en la zona Centro fue fundado en el año 1950, por lo que su historia alberga muchas anécdotas y a un mes de su reapertura, el lugar no logra levantar sus ventas pues según su gerente apenas registran un 20 por ciento de clientela.
"Después de la reactivación nos ha ido más bien mal porque ahorita estamos a un 80% bajo de ventas, desde entonces hemos estado muy sólo la gente no viene y nos está afectando bastante", aseguró.
El establecimiento de ocio cuenta con todos los protocolos sanitarios exigidos por la autoridad municipal en los cuales gastaron poco más de 15 mil pesos, cantidad monetaria que afectó aún más su bolsillo.
"Esos requisitos generaron muchos gastos, yo le calculo que más o menos que para tener todo eso que nos pidió el gobierno yo le cálculo de 15 a 17 mil pesos", explicó.
Además el propietario tendrá que hacer otro gasto en un sistema de cámaras de videovigilancia solicitado por el Ayuntamiento de Guadalajara aunque ya cuentan con el botón de pánico que alerta a la Comisaría Municipal en caso de algún altercado dentro del bar.
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Pese a que los empleados del bar fueron recortados de sueldo, aún prevalece el gusto de servir con la preparación de las bebidas que refrescan el paladar.
“Todo tipo de preparación de hierbabuenas, sangrías, todo tipo de lo que pidan de preparación, micheladas, todo tipo de bebidas, aunque aquí es un bar caguamero, se venden más caguamas, también vino, pero es lo que ofrecemos al público".
Juan José Robles, alias ‘El Chino’ lleva más de 20 años de cantinero, quien dijo disfrutar de escuchar las anécdotas de cada cliente que llega a la barra.
"Lo que más me gusta es convivir con los clientes con sus historias con varias cosas que me cuentan, sus problemas, como dicen yo los emborracho y me cuentan sus penas".
En cada rincón del Bar Gil se escuchan los murmullos de cuando eran tiempos de fiesta y carcajadas, por lo pronto, siguen sus puertas abiertas al público para cualquiera que desee curar sus penas.
MC