Hoy en día, la vida de un paciente grave con covid-19 pende entre un tanque de oxígeno y las horas que tarden sus familiares en rellenar el cilindro en alguna empresa dedicada al suministro.
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Sin embargo, al inicio de esta quinta y última semana de enero, el escenario es desalentador afuera de dichas industrias pues han crecido las filas de personas que demandan el servicio.
Tanto, que la gente originaria del interior del Estado ya viaja hasta Guadalajara para atender la emergencia de llevar el oxígeno a su enfermo lo antes posible.
Una pareja de hermanas originarias de un municipio colindante con Michoacán, han viajado repetidas ocasiones a la ciudad para recargar el tanque que oxigena a su abuela y madre, ambas convalecientes del coronavirus.
“Venimos de Degollado Jalisco, un pueblo que está como aquí a dos horas y media; y vinimos aquí a surtirnos por qué el municipio que está media hora del nuestro dónde surgiremos originalmente le robaron el tanque con el que ellos surtían a las personas”, comentó Diana García, quien recarga tanque de gas.
Entre traslados de ida y vuelta a su pueblo y los tiempos de espera por el rellenado de oxígeno, Diana y su hermana dijeron tardar alrededor de 6 a 7 horas para conseguir el gas medicinal.
También, ellas fueron víctimas del abuso de sobreprecio por un cilindro.
”Nosotras por ejemplo tuvimos que comprar un tanque, nos costó 19,000 pesos, un tanque chiquito y pues es difícil porque es sacar el dinero de un jalón, es también estar llamando todos lados y ver quién tiene o no tiene”, dijo Diana.
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Incluso, platicó que hasta cierto punto la necesidad por encontrar oxígeno llegó a convertirse en una paranoia.
“Pues se siente miedo, se siente mucho miedo porque no sabes si lo vas a conseguir a tiempo, conforme va pasando el tiempo y lo consigues, el paciente va bajando sus niveles de oxígeno y entonces tienes que darte prisa, por eso es que uno cae en esos precios”, manifestó.“Ha sido una lata porque es como el miedo, más que la enfermedad es el miedo de no encontrar el oxígeno”, agregó.
JMH