Renovar o morir, es el dilema que dejó el coronavirus para el sector del entretenimiento. Por cuatro meses el circo Daniel Atayde permaneció cerrado, sin embargo, volvió a reabrir la carpa el pasado 26 de junio. La manera de disfrutar del espectáculo cambió, las familias tienen acceso sólo con carro, por lo que el concepto ahora es un auto circo.
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“Nos dieron una autorización de 30 carros máximo el cual la gente no está acostumbrada a un auto circo, pero ha estado viniendo gente y los ponemos separados”, explicó Eduardo Olivares, encargado del circo.
Para los artistas que forman parte del espectáculo, adaptarse a la nueva modalidad de interactuar con los espectadores tienen un reto, al no poder escuchar las risas de las personas y los aplausos, sin embargo, los asistentes cambiaron los aplausos por el claxon de los vehículos.
“Nos da mucha alegría, aunque es algo nuevo para nosotros, una modalidad nueva, no se siente lo mismo, el calor de la gente, pero como quiera que sea vuelves a lo mismo, vuelves a trabajar y a tener un poco de más ingresos”, expresó el payaso Cachetitos.
Los espectadores compartieron estar a la expectativa del show, además de estar de acuerdo en que reabrieran cuidando todas las medidas sanitarias. “Vivimos por la zona y vimos que se estaba instalando. Mi hijo quería venir, y preguntamos cómo se iba a estar trabajando por precaución también de nuestra salud y nos pareció interesante la idea del auto circo”, dijo María Estrada, una de las asistentes.
Durante la primera semana de la reapertura del circo, acudieron 40 vehículos. Los interesados en asistir pueden apartar su lugar al tener cupo limitado por el espacio. “Se ha tratado de manejar, es que marcan por teléfono se les aparta su lugar por el cupo limitado que tenemos. Hay carros que sí vienen, otros que no”, dijo Eduardo Olivares.
También compartió que los integrantes del circo llegaron a considerar migrar para otro estado u otra zona, debido a la necesidad que tenían, sin embargo, al tener la autorización por parte del gobierno municipal de San Pedro Tlaquepaque decidieron continuar en Jalisco.
En mayo pasado, cuando habían pasado dos meses de que las autoridades obligaran a los cirqueros a cerrar sus carpas al público, los trabajadores se las ingeniaban para subsistir, y recurrieron a la venta de fruta, refrescos, aguas, “lo que se pueda” en los cruceros de la ciudad, dijo en ese entonces Olivares.
El encargado del circo señaló en mayo pasado que un 30 por ciento del personal artístico y de mantenimiento tuvo que buscar otro empleo, pues no pudieron seguir pagando sus sueldos.
“Se siente feo que los compañeros se vayan a sus casas porque pensábamos que iba a ser de ocho días, se alargó a 15 días y luego ya 20 días, y luego ya casi el mes y pues ya se empezó la gente a ir, retirarse tanto como trabajadores de que ya el sueldo que se les daba ya no es el mismo”, reconoció Olivares. “Esta es la vida de uno, este siempre ha sido el mundo de uno, en circo”, expresó
MC