Museos privados de Guadalajara, en riesgo y sin fecha de reapertura

Los dos únicos museos privados de la ciudad, el Museo de Cera y el de la Tortura, siguen sin operar y sin entrar en la agenda de la reactivación económica.

El Museo de Cera y el de la Tortura, siguen sin operar y sin entrar en la agenda de la reactivación económica. (Diana Barajas)
Diana Barajas
Guadalajara /

El Museo de la Tortura y el Museo de Cera, los únicos museos privados de Guadalajara, continúan con las cortinillas abajo. Son parte de los giros que aún no tienen luz verde para reanudar labores tras el paro por la pandemia de coronavirus.

Los dirigentes de estos negocios de entretenimiento dicen sentirse olvidados por las autoridades porque no han sido considerados para participar en ninguna mesa de diálogo.

"Nosotros hemos tocado puertas, hemos insistido por medio de escritos, directamente a Cámara de Comercio, a Desarrollo Económico, pero no tenemos una respuesta en concreto. A veces pregunta uno que nomás quisiera saber cuándo, cuándo nos van a permitir abrir para también nosotros saber cómo movernos qué hacer", dijo Ricardo Barbosa, propietario del Museo de la Tortura.

"[No nos sentimos parte de] la agenda de nadie. No somos de la Secretaría de Cultura, no estamos en turismo y al ser un negocio privado tampoco estás en ninguna cámara porque somos dos en Guadalajara. El sentirte ignorado es muy frustrante sobre todo porque eres una parte importante de la cultura tapatía o de la imágen del centro de Guadalajara", lamentó Ella Morales, gerente general del Museo de Cera.

Para Ricardo, el mensaje del gobierno estatal es confuso, pues según la información publicada, su recinto es de riesgo moderado-bajo de contagios, pero aun así no están operando.

"Ahí es donde entra la confusión de nosotros, que no nos toman en cuenta pero sí nos marcan en un riesgo moderado-bajo", expresó.

El Museo de la Tortura se encuentra sobre la calle Ocampo, en el Centro Histórico de Guadalajara. Durante cinco años ha emocionado a los visitantes con las biografías de asesinos seriales como Charles Manson, Ted Bundy y Aníbal. Sin embargo, si en un mes aún no tienen permiso para laborar, cerrará sus puertas de manera permanente.

Por otro lado, el Museo de Cera también enfrenta un panorama complicado. Los costos de mantenimiento de las 130 figuras y el complejo ascienden a 80 mil pesos por mes, más la renta. Además, debido a la falta de ingreso, su nómina pasó de tener 45 empleados a 18.

Lo que piden de manera desesperada al gobierno del estado, tanto el Museo de Cera como el Museo de la Tortura, es certeza sobre cuándo podrían iniciar operaciones otra vez.

MC

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