En los mercados rodantes de Guadalupe, San Pedro y Santa Catarina hay algunos ciudadanos que olvidan el cubrebocas y prefieren caminar sin mascarilla a pesar de que los casos de coronavirus continúan registrándose en Nuevo León.
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Durante un recorrido en los mercados de Rancho Viejo en Guadalupe; San Pedro 400 y el de la Trabajadores, en Santa Catarina, se constató que las personas, en su mayoría infantes, jóvenes y algún adulto mayor, circulaban con la mascarilla en la barbilla o en las manos.
Aracely García, comerciante de chicharrones, papas y pollo frito, explicó que hay clientes que acuden a su puesto con mascarilla que cubre su nariz y boca, sin embargo, hay quienes visitan el lugar sin protección.
“Se convierte en un problema porque imagínese que yo tenga eso (el covid-19) y se lo paso al señor que no trae cubrebocas, aunque realmente ya ni sabe uno donde puede contagiarse”, manifestó García.
Por otra parte, Iván Flores, vendedor de pasteles, aseguró que las personas llevan puesto el cubrebocas, pero al comprar alimentos, deben retirarse la protección para comer, por lo que pidió comprensión.
Los vendedores de ropa eran los más estrictos porque pedían el cubrebocas y hasta tomaban la temperatura, expresó Amalia González, de Guadalupe.
“Antes nos tomaban la temperatura en los accesos del mercado, ahorita ya no tanto, pero cuando uno se va a meter al puesto de ropa, te toman la temperatura, te dan gel y pasas si traes el cubrebocas”, manifestó.
En el puesto de lotería mexicana, donde se rifan productos de la canasta básica, las mujeres de edad avanzada, jóvenes y señores en general portaban la mascarilla y la única ocasión que lo retiraban fue cuando bebían agua o refresco.
Cabe mencionar que las autoridades sanitarias modificaron las restricciones de aforo establecidas al pasar de 60 a 70 por ciento, mientras que el horario se abrió a 24 horas.