José, el niño que hace mandados para ayudar a su familia en Altamira

A su corta edad ha aprendido a ganarse la vida a base de esfuerzo y asegura que su sueño es ser un profesionista.

José, en su bicicleta | Cortesía
Reynaldo Gutiérrez
Altamira, Tamaulipas /

Para ayudar a hacerle frente a los gastos de su familia, en medio de esta pandemia por el coronavirus, el pequeño Juan José sale todos los días a bordo de su bicicleta, realiza mandados y entrega comidas a domicilio.

Diariamente recorre las calles del centro de Altamira ofreciendo alimentos que preparan en casa de una tía para vender y obtener un ingreso que les permita contrarrestar la crisis económica que se vive en la actualidad.

“Me dedico a trabajar con mi tía, vendiendo comida, yo entrego y me siento bien ayudándoles, también hago ejercicio mientras ando en la bicicleta”.

Juan José Guerrero Reyes, tiene actualmente 10 años de edad y sabe bien de los riesgos que prevalecen por el covid-19 y que por ello se suspendieron las clases para disminuir el riesgo de contagios, pero aun así sale a las calles portando su cubrebocas con la figura de batman, su personaje favorito.  Además de colocarse en la cintura una cangurera en la que guarda las propinas que le da la gente por el servicio de entregar la comida hasta la comodidad de su hogar, negocio u oficina.

“Tuve la iniciativa de ayudarles, mi mamá al principio no quería que saliera por lo que está pasando, pero yo quiero ayudarlos y estoy ahorrando para comprarme una mochila cuando vaya otra vez a la escuela”.
José, el niño que hace mandados en Altamira | Cortesía

Refiere que se siente bien ayudando a su familia y aprovecha las mañanas para realizar la entrega de comidas y también toma sus clases en línea, pues asegura que le gusta la escuela y cursa el quinto grado de primaria.

“Estudio matemáticas, llevo clases por internet, hago las tareas por las tardes, siento que me está yendo bien, me gusta estudiar y lo que le pido a mis compañeros es que se cuiden, ya pronto los volveré a ver en el salón de clases”.

Desde las 8 de la mañana sale a las calles para levantar pedidos y al mediodía acude a entregar la comida.

“Algunas veces me dan propina, otras veces no, pero no importa, yo solo quiero que se venda la comida que prepara mí tía, salgo temprano a ofrecerles y anoto lo que van a pedir”.

A su corta edad ha aprendido a ganarse la vida a base de esfuerzo y asegura que su sueño es ser un profesionista.

“Yo quiero ser ingeniero, sé que para eso le tengo que echar muchas ganas al estudio y ahorita en mis ratos libres me pongo a trabajar para ayudarle a mi familia”.

En la zona centro de Altamira ya conocen al niño Juan José, quien a bordo de una pequeña bicicleta en color amarillo se desplaza por las calles, llevando en su cabeza una gorra para cubrirse un poco de los incesantes rayos del sol que predominan en este periodo del año en la zona conurbada.

En este periodo de cuarentena, algunos menores como él también han aprovechado para ayudar en los gastos de su hogar, al estar consientes de que sus padres están enfrentando serias dificultades al quedarse sin empleo y no tener un ingreso fijo que les permita salir adelante de esta contingencia sanitaria.




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