La controversia entre los que expresan abiertamente su afinación por las corridas de toros y aquellos que lo consideran como maltrato animal, resulta un tema que tiene diferentes perspectivas y sobre todo, parece casi imposible llegar a un punto de acuerdo al tener cada quien sus argumentos bien puestos.
Taurinos y animalistas; el verdadero duelo entra a debate
En el programa de análisis y discusión ‘Cambios’, conducido por Ángel Carrillo y Marcela Moreno, acudieron un par de especialistas en toros de lidia, así como una defensora animal, para poner sobre la mesa lo que representa la llamada Fiesta Brava a nivel cultural y hasta artístico, pero también si se trata de un acto de maltrato y crueldad animal.
Grisel Plata, presidenta de la Asociación Lagunera de Defensoría Animal, expresó en primera instancia que no está a favor de la cultura taurina, misma que refiere, es una cultura española, además aclaró que su defensa siempre será a favor de los animales y dijo estar en contra de la tortura que llegan a sufrir los toros de lidia.
“El toro (de lidia) es un animal creado, no puede ser una fiesta brava al grado de llegar a torturarlo, vemos que sufre. Dicen que es arte y cultura pero yo no le veo el arte. Yo defiendo a los animales por amor, porque no hay voces para los animales”, compartió.
En contraste, Rafael Cortez, representante de Pasión por el Toro, admitió que aunque es una actividad cruel y con agresividad, los taurinos lo ven de manera diferente, ya que asegura que el toro nace bravo y tiene la oportunidad de defenderse, algo que no sucede con el maltrato de otro animales.
“El duelo entre un matador y un toro es limpio, si el toro tiene la suficiente bravura y las condiciones para que se le indulte, se le indulta y se lleva a un lugar a vivir feliz”, comentó el especialista, para luego recordar que mientras en Coahuila están prohibidas las corridas de toros, en Durango son totalmente lícitas.
“Es una especie creada y el toro es criado especialmente para las corridas y se pueden lidiar una vez en su vida. Es una especie única que si se acaban las corridas de toros se acaba esa especie”.
El juez de la Plaza de Toros de Lerdo, José Orozco, resaltó que en la región lagunera hay ganaderías de toros bravos, donde se protege la flora y fauna del lugar, además, apuntó que en las ganaderías sólo se lidia el 5 por ciento. “Se protege todo el ecosistema, la flora y la fauna, es algo muy importante para las ganaderías”.
Ante la cuestión de considerar a la fiesta brava como un ente cultural a nivel mundial, Rafael Cortez señaló que es una actividad que se relaciona con las emociones. “Es una expresión de sensibilidades, cuando algo emociona y se queda grabado en la retina, posiblemente no a todos, pero por ejemplo en la pintura costumbrista me encanta, pero el abstracto no, y no deja de ser arte”.
“No sólo es la muerte del animal. Un torero es un atleta de alto rendimiento dentro del ruedo, es un bailarín, tiene estética y tiene una proyección. Cuando se impone a la agresividad de la bestia y vence la naturaleza de correr del peligro, crea algo bello que se transmite”, añadió.
Finalmente la defensora animal exhortó a que la permisión de las corridas de toros no tenga que ver con intereses políticos, por lo que aclaró que su defensoría se basa bajo todo marco legal, por lo que abogará para que se prohíba tal maltrato animal también en el estado de Durango.
DAED