En el hospital el doctor en turno no me quería recibir ahí, me dice: ¿sabes qué? yo ya no te veo muy mal, no te veo tan grave, yo creo que todavía puedes estar en tu casa.
Entonces mi esposa le dijo: yo lo traje porque se está poniendo cada vez peor, si tú me garantizas que puede pasar la noche me lo llevo, pero si no yo no sé qué hacer con él, ¿qué hago si tiene una crisis?
- Te recomendamos Canirac iniciará vacunación contra influenza para personal del sector restaurantero Comunidad
La oxigenación en mi sangre era muy poca, me sentía débil, entonces el doctor queriendo y no, porque al principio había dicho que no tenía camas, me aceptó a regañadientes en el hospital.
Me pasaron al piso que tienen habilitado para covid, me pusieron suero, antibiótico, vitamina C, vitamina D, anticoagulante y antiinflamatorios, me volvieron a tomar una tomografía y me pusieron oxígeno.
En el hospital pensaba que me iba a poner más grave, sobre todo porque a lado de la habitación en la que estaba había otra persona, era un hombre más grande que yo, yo tengo 35 años, él había llegado un día antes.
El señor se veía bien, pero conforme pasaron las horas se puso peor, su oxigenación empezó a bajar, eso le provocó alucinaciones y decía: "me quiero ir, no quiero estar aquí, ya déjenme ir a morir a mi casa".
Se levantó de la cama dos veces para irse, lo regresaron, lo amarraron y después lo intubaron. Y yo pensaba: no quiero llegar a ese punto, yo tengo que salir de esto.
Mi esposa lloró cuando empezaba a sentirme mal y le decía: no te puedes quebrar ahora porque apenas estoy empezando y necesito que estés bien para que puedas tomar decisiones, para que sepamos qué vamos a hacer.
Empecé un domingo en la tarde, eran como las cinco, las seis de la tarde, me empezaron a dar escalofríos, yo pensaba que era porque había comido algo, no sé.
Luego me empezó a dar fiebre, me tomé un desenfriol porque no sabía qué era lo que tenía, eso fue el primer día, los primeros síntomas. Te empiezas a sentir mal, te da frío, solo quieres estar acostado.
Después de la fiebre me empecé a sentir cansado. Entonces avisé al trabajo que tenía fiebre y dolor corporal y me dijeron que no me automedicara y que fuera al doctor.
Al otro día encontré un doctor en una farmacia similar en el Palmar y me dijo: "no creo que tengas covid, pero te voy a dar un tratamiento que es precisamente para covid". Me dio antibiótico, un desinflamatorio y un anticoagulante.
Con el medicamento al principio me sentí un poco bien, pero la fiebre volvió. Empecé con 37.7 y llegué a los 40 grados. Me sentía muy mal, sentía el cuerpo como incendiado, muy caliente, me retumbaba la cabeza.
Mi esposa se preocupó desde que marqué 38 grados de temperatura, consultó a unas amigas doctoras y me compró ibuprofeno. Me aislé en una habitación y ella se quedó con mi hijo en otra.
Entonces me llamaron de la oficina y me dijeron: "¿sabes qué? Te vamos a mandar a hacer una prueba". Fui, me sentía débil y a los dos días me dieron los resultados, salí positivo, tenía covid-19.
Pero en el transcurso de los días yo me estaba empezando a sentir más mal, la fiebre no cedía, empezaba a ser más constante, ya no llegaba a los 40 pero sí a los 38, 39 grados.
Al mismo tiempo empecé a sentir dolores de estómago, la fruta que me llegaba a comer enseguida me daba diarrea y cuando iba al baño otra vez empezaba a sentir escalofrío y dolor corporal.
Entonces llegué al punto en el que nada más quería estar acostado. Fui a una consulta con una doctora amiga de mi esposa, nuevamente me recetó medicamentos y multivitamínico. Me empezaba a sentir bien cuando comenzó a faltarme la respiración. Conseguimos un oxímetro y empecé a medirme.
Mi oxigenación pasó del 91 al 87 por ciento, entonces llegó el momento en el que no podía respirar bien, el solo hecho de levantarme y sentarme en la cama me sofocaba.
Mi esposa me dice: "te tienen que hacer una tomografía". Me toman la placa y me dicen que tengo una afectación del 30 por ciento en mis pulmones, que por eso estaba teniendo complicaciones para respirar.
Me llevaron al hospital y el médico que me atendió dijo que necesitaba un tanque de oxígeno para seguir respirando porque si no esto iba a ir empeorando, eso fue un sábado.
Me regresé a mi casa, conseguí un tanque de oxígeno, me lo puse y ya como que me calmó un poco, pero aún así todavía seguía muy débil, me estaba debilitando cada día más.
Entonces me dice mi esposa "te voy a tener que llevar a internar al hospital, no hay de otra porque te vas a poner más mal". Y hasta cierto punto tenía un poco de temor por todo lo que ves en las noticias de que las personas entran al hospital y ya no salen.
Estuve en el hospital tres días, no fue mucho pero con esos tuve suficiente y los tres días estuve con oxígeno. Las doctoras parecían astronautas en sus trajes, con sus gogles, mascarillas, guantes y todo eso.
Si yo hubiera llegado más tarde al hospital a lo mejor no la libro. Sí pasó por mi cabeza que podía morir. Ahorita que estoy saliendo de todo esto sí pienso que hay muchas cosas que quiero hacer, tengo un hijo de tres años y quiero verlo crecer.