Sacerdote en área covid-19 escucha y apoya a pacientes del Hospital Civil viejo

El padre Huerta no solo ofrece apoyo en el aspecto religioso, también escucha a quienes desean compañía.

El padre Francisco Javier Huerta acude con pacientes del área covid-19 del Hospital Civil viejo (Josefina Ruiz)
Josefina Ruiz
Guadalajara /

Pese al miedo y la incertidumbre, el sacerdote Francisco Javier Huerta se enfrentó a un terreno desconocido cuando inició la pandemia, y es que su labor incluye la visita a pacientes que contrajeron covid-19 quienes residen en el antiguo Hospital Civil.


“Jamás me imaginé tanto sufrimiento, jamás me imaginé tanta miseria, pero también nunca me imaginé tanta calidad es muchísima la gente que ayuda, que aporta qué sirve y que está dispuesta a entregarlo todo”, dijo el ministro de culto.

El padre Huerta no solo ofrece apoyo en el aspecto religioso, también escucha a quienes desean compañía. “También hay gente que tiene fuerzas para confesarse y lo hace, en algunas circunstancias especiales les damos la comunión y también hay personas que no son católicas pero piden alguna oración el ser escuchado”, expuso.

Para realizar su labor debe portar un traje quirúrgico completo, dobles guantes, cubrebocas KN95, doble gorro, una bata, gogles, botas y una mascarilla que le permite estar protegido cuando ingresa al área de covid del nosocomio.

El padre Francisco Javier mencionó que en general los enfermos experimentan un estado de tristeza cuando atraviesan por una dura enfermedad. Lo mismo sucede con los pacientes que contrajeron covid-19, en su caso dijo se agudiza un poco más el sentimiento pues al no tener contacto con el exterior debido a la gravedad de la enfermedad llegan a sentirse solos, por ello, la importancia de sentirse acompañados aunque sea un momento por los sacerdotes.

“Yo en el área Covid no toco a nadie prácticamente. Si están conscientes les pido que levanten su palma y sobre su palma les pongo las gotitas del óleo, ellos mismos se lo riegan en la palma de la mano o en alguna parte del cuerpo y así evitamos también llevarles a alguna bacteria y tampoco me contagio. Si están inconscientes pues se les pone con un algodón en alguna parte del cuerpo, en la espalda, en la cabeza o en la pierna. La idea es ungir a todos”, describió.

Durante toda la pandemia han sido 34 los sacerdotes que se han unido a este apostolado de atender pacientes en esta área . En un principio eran grupos que se rotaban pero ahora son un grupo de 10 sacerdotes fijos que se dedican a esta noble labor.

Lo más complicado para él ha sido aprender a desprenderse de las personas y pacientes que han fallecido por el virus.

“Vamos aprendiendo a desprendernos de las personas que amamos y entender que son los procesos de Dios. Aquí nos va fortaleciendo la fe nos va acrecentando la caridad y son de esas experiencias que vamos viviendo y si da impotencia de ver a tantos enfermos que murieron”, señaló.

Aunque lleva tiempo prestando este servicio, continúa siendo impresionante para el padre Francisco caminar por los pasillos del área covid-19, sin embargo, cuando entra lo hace pensando en que es un espacio sagrado y hay que entrar con mucha reverencia.

Previamente ofrece una oración a Dios para que ilumine su camino y en sus palabras los enfermos encuentren el alivio, la paz y la tranquilidad que necesitan en estos tiempos tan difíciles.

​SRN

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