Hace tres años todo cambió para las familias de Tamaulipas, el anuncio del primer caso covid confirmado y residente del municipio de Altamira trajo caos, desesperación, miedo, angustia y lamentablemente con el paso de los meses fuimos perdiendo primero a los conocidos y luego a nuestros más cercanos.
El temor de contagio generó que en las farmacias en cuestión de horas se agotaron los cubrebocas, guantes, gel antibacterial e incluso los productos de limpieza.
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En los supermercados eran evidentes las compras de pánico, largas filas y los carritos de mandado hasta el tope ante el desconocimiento de lo que vendría después.
Vino luego el anuncio para suspender clases de manera presencial, el cierre de espacios públicos y de todo tipo de evento masivo, más tarde el trabajo en casa ante el acelerado aumento de contagios y fallecimientos.
Hospitales rebasados
El doctor Héctor Pérez Monsiváis platicó que a principios del mes de marzo fue designado como encargado del Despacho de la Jurisdicción Sanitaria 2, nunca imaginó todo el trabajo que vendría después ante la llegada de la pandemia a la entidad tamaulipeca.
Señaló que pese a la escasa información sobre dicha enfermedad, los trabajadores de la salud dieron su mejor esfuerzo para luchar contra un enemigo invisible.
Dijo que conforme transcurrían los días lamentablemente los hospitales se vieron rebasados, cada día era mayor el número de personas que resultaron contagiadas y perdieron la vida al complicarse su estado de salud por tener una enfermedad crónica. Señaló que se trató de una curva de aprendizaje bastante dolorosa para la salud y el mundo entero.
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"Estábamos ante un agente infeccioso nuevo en la que las personas en general no teníamos un sistema de defensa que conociera ese nuevo virus, todo mundo éramos vulnerables a eso y traía por consecuencia que la enfermedad se propagó muy rápidamente. Los que tenían factores de riesgo se complicaron y desafortunadamente murieron, los hospitales se saturaron, rebasaban la capacidad que tenían y no sabíamos cuál iba a ser el alcance del daño"
Desde la llegada del virus al estado se mantuvo una vigilancia epidemiológica, sin embargo el coronavirus como en su momento se le nombró rebasó todas las expectativas del área de la salud.
El exjefe de la jurisdicción manifestó que a pesar de aumentar con recursos limitados nunca dejaron de realizar sus actividades y lamentablemente alguno de sus compañeros se contagiaron al atender a otros pacientes, desafortunadamente con el paso de los meses fueron perdiendo aquellos apreciados amigos y compañeros. En este sentido reconoció el profesionalismo con el que actuaron, siempre con la vocación de servicio y el deseo de ayudar a los demás, incluso al poner en riesgo su propia vida.
"Algunos pacientes no querían ir al hospital o algunos familiares no los llevaban y tristemente fallecían en su casa, otros fallecieron en el trayecto a sus hospitales. Una curva de aprendizaje muy dolorosa para todo el mundo"
Día y noche el teléfono sonaba...
Protegidos con el cubrebocas N95, googles, guantes, bata quirúrgica, gorro y botas acudían a los domicilios, asilos, guarderías, oficinas y demás áreas para hacer los bloqueos correspondientes ante la confirmación de algún caso. Platicó que día y noche sonaba el teléfono, en muchas ocasiones acudió a los domicilios para entregar insumos médicos y también se les dio el acompañamiento psicológico debido al deterioro mental que presentaban los pacientes.
Agregó que a cualquier hora del día, noche o madrugada recibía llamadas telefónicas, la petición era presentarse en los domicilios para reconocer e identificar un fallecimiento y así darle seguimiento al acta de defunción para los trámites legales correspondientes.
Comentó que eran conscientes de que en cualquier momento también podrían ser una víctima más de la pandemia, sin embargo la vocación y el interés de ayudar a los demás los mantenía ocupados con el trabajo ya que no podían quedarse con los brazos cruzados ante el avance crítico del virus mortal.
"Hacer un acto de humanidad para reconocer e identificar la defunción de una persona en el domicilio y apoyarles con el llenado del certificado de defunción. No había hora para nosotros, el teléfono estaba 24/7 y así nos movíamos. Primero apoyar con el tratamiento, muchos estaban aislados en sus casas y no tenían quién los apoyara y afortunadamente contábamos con un tratamiento que era pues empírico, algo teníamos que hacer y le llevamos el tratamiento a sus casas".
Ya para ese momento, a un costado del centro de salud de Tampico se habilitó una zona para realizar las pruebas y así confirmar la enfermedad o en su caso descartarla, a veces al día tenían hasta 80 personas en la fila.
Platicó que eran momentos muy estresantes, algunos presentaban un grave problema psicológico ya que cada día era mayor el número de personas que perdían la vida entre amigos, familiares y compañeros de trabajo.
Los meses más complicados fueron junio, julio y agosto de 2020, lamentablemente personas con sobrepeso, obesidad , hipertensión, diabetes, cáncer entre otros fueron los primeros que presentaban complicaciones y al paso de los días perdían la vida.
La vacuna, una esperanza
El extitular de la jurisdicción reconoció que para desarrollar una vacuna pueden pasar incluso hasta 10 años. El saber que ya se iniciaban con algunos ensayos para encontrar una dosis ante la enfermedad les daba una esperanza.
Dijo que el tratamiento para los enfermos también formó parte del aprendizaje, debido a que en todo el mundo se hizo lo correspondiente con antivirales y en algunos casos no funcionaron de forma correcta, la finalidad era esperar que la infección se autolimitara.
La etapa crítica en un contagiado era del día 7 al 10 por lo que el objetivo era que los ayudará a pasar este periodo para evitar fallecimientos.
Posteriormente con el surgimiento de las variantes Alfa, Beta y recientemente omicron se midieron otros aspectos. Dijo que la naturaleza se encargó de mermar la capacidad del virus y afortunadamente hoy en día la última variante ya no es tan agresiva, principalmente en aquellos que ya estuvieron contagiados o han recibido alguna vacuna.
Somos vulnerables
A 3 años de la llegada del covid-19 a Tamaulipas señaló que a pesar de los avances que hay en el mundo tanto científicos y tecnológicos demuestran que somos vulnerables, como lo fuimos hace miles de años.
"Fue un aprendizaje muy doloroso, nunca nos imaginamos que fuera tan grande, de la trascendencia que tuvo en la salud sino también en la parte social"
También dijo nos hace ver la importancia que le debemos a nuestra salud, principalmente aquellos que presentan alguna enfermedad crónica ya que muchos a pesar del descontrol no le dan un seguimiento médico y esto los hizo vulnerables ante al virus.
Héctor Pérez Monsiváis señaló que desafortunadamente el covid trajo un dolor enorme para miles de familias, por ello hoy en día es importante aprender de todo lo vivido durante estos años.
"Llegó un momento de caos porque realmente volteábamos y no sabíamos para dónde voltear, porque toda la ciencia estaba volcada en hacer algo pero no era suficiente. Yo hablo allá de los meses de junio, julio y agosto de 2020, esa fue la parte más crítica que tuvimos y dije seguimos siendo muy vulnerables" concluyó Pérez Monsiváis.
SJHN